Por Ángel-Obama OBIANG ESENG, Secretario de Asuntos Jurídicos y Relaciones Institucionales de CPDS agosto de 2015.-

LAS OCURRENCIAS[1] DE TRIQUIÑUELAS[2] DEL PRESIDENTE FUNDADOR.

El presidente fundador, que es el actual presidente vitalicio de facto_ el anterior, su tío, lo fue últimamente por “Constitución”_ de Guinea Ecuatorial, nuestro País de todos, nos tiene acostumbrado, como siempre, a otro paquete de  las cosas suyas: sus viajes al exterior. Unos suelen ser declarados “de visita de jefe de Estado”; y otros, no dicen nada (por lo menos, para el resto de los mortales guineoecuatorianos).

En este sentido, se puede afirmar que casi nunca_ por no decir nunca_  el que encabeza el régimen de la alegre memoria ha pasado un mes sin viajar al exterior en los últimos diez años (de los algo más de treinta y cinco que está en el poder)  del boom del petróleo. Pero, curiosamente, no se ha ido a la última Cumbre de Jefes de Estado en Sudáfrica_ envió a su Ministro de Asuntos Exteriores_, que se celebró hace menos de dos meses; y el encuentro del Presidente Norteamericano, Barack Obama, con otros Presidentes o Jefes de Estado africanos en Etiopía, África, del día 27 julio del presente año,  ha sido simple y llanamente ignorado por el cabeza del régimen de alegre memoria. Uno se preguntaría ¿por qué ese plante del fundador del PDG a esos encuentros tan significativos para la política de Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos?

Como sabrán, en la última Cumbre de Jefe de Estados celebrada en Sudáfrica, como ya  apuntado, se trató sobre todo, de la Carta Africana de la Democracia, de las Elecciones y de la Gobernanabilidad (Charte Africaine de la Democratie, des Elecctions et de la Gouvernance). Por espacio y tiempo aquí, no podemos explayarnos en la exposición y explicación de la misma; nos ceñiremos en destacar ciertos puntos de dicha Carta, según nos interesa en las presentes líneas. Así, haremos indicación de  (i) el capítulo V, “DE LA CULTURE DEMOCRATIQUE ET DE LA PAIX” (DE LA CULTURA DEMOCRÁTICA Y DE LA PAZ); (ii) Capítulo VI, “DES INSTITUTIONS DEMOCRATIQUES (DE LAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS); y (III), Capítulo VII, “DES ELECTIONS DEMOCRATIQUES” (DE LAS ELECCIONES DEMOCRÁTICAS). Dicha carta tiene un total de cincuenta y tres artículos en once capítulos.

En seguida, hacemos una ligera pincelada acerca de lo que se trata en los capítulos citados.

El último capítulo citado_ De las elecciones Democráticas_, trata, entre otros aspectos, de que los Estados miembros de la Unión Africana (UA) _ entre ellos, Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos_ se comprometen a crear y reforzar los órganos electorales nacionales independientes e imparciales, encargados de la gestión de las elecciones (“Créer et renforcer les organes électoraux nationaux indépendants et impartiaux, chargés de la gestión des élections”), artículo 17. Esta exigencia, como una de las contempladas en el artículo, está muy lejos de lo acostumbrado en las elecciones que tienen lugar en nuestro País; elecciones “administradas” o amañadas por los acólitos del presidente fundador, y encabezados por el muy preciado o caro (por lo bien que se las arreglan para que el partido del fundador se haga con, por lo menos, 99,99% de votos a favor) ministro del interior de turno: todas las mesas electorales de todo el ámbito nacional son controladas por los del PDGE, del presidente fundador. El susodicho ministro se encarga de concretar las “sabias orientaciones”.

El capítulo VI es el anterior al que se acaba de señalar la exigencia fundamental; dicha exigencia la hemos contrastado con lo que nosotros vivimos en Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos. En este último_ De las Instituciones democráticas_ los Estados miembros o partes deben comprometerse a reforzar e institucionalizar el control del poder civil constitucional sobre las fuerzas armadas de la seguridad para los fines de consolidación de la democracia y el orden constitucional (“Les Etats parties renforcent et institutionalisent le controle de pouvoir civil constitutionnel sur les forces armée et de sécurité aux fins de la consolidation de la démocratie et de l´odre constitutionnel”). Esto se puede interpretar del siguiente modo: los Estados miembros deberían instituir  mecanismos, como Administración Electoral independiente; que deben trabajar para que las instituciones de representación de los Pueblos (Cámara de diputados y Cámara de Senadores; Jefatura del Estado o Presidencia del Gobierno; y Ayuntamientos) se compongan de los ciudadanos realmente elegidos en unas elecciones libres y transparentes. Estos son los que deberían tener poder sobre las fuerzas armadas y de seguridad.  No al revés, como nos ocurre en Guinea Ecuatorial, nuestro País de todos, donde el presidente fundador_  jefe del Estado  y del gobierno_ es el general de los generales de todos los Ejércitos de Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos.

El V capítulo_ De la Cultura democrática y de la Paz_, en la misma línea, exige que los Estados parte emprendan actividades que deben promover principios y prácticas democráticas; que también consoliden la cultura de la paz. Para ello, deberían promover la buena gobernabilidad: transparencia y obligación de rendir cuenta de la administración. Resaltan, asimismo, la necesidad de crear las condiciones legales propicias para la eclosión de la organización de sociedad civil (“… A ces fins, les Etats parties doivent: 1.- Promovoir la bonne gouvernance, notament par la tranparence et l´obligation de rendre compte de l´administration ….3.- Créer les conditions légales propices a l´epanouissement des organisations de la sociedad civile”). Como se habrán dado cuenta, estamos muy lejos aún de que el  presidente fundador nos dé cuenta  de los resultados económicos a propósito de la explotación económica que realizan las grandes empresas de petróleo, de madera y de otras materias primas de que gozan el subsuelo de Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos. Las asociaciones civiles se quedan en asociación hijos de obiang (asho), movimientos amigos de obiang (mao), y otras asociaciones afines. No más.

El viaje de Barack Obama, por su parte, tampoco podía ser atractivo para el presidente fundador. El presentimiento de que el Presidente Norteamericano, harto de presidentes fuertes_ en lugar de instituciones fuertes_ no perdería la oportunidad de lanzar unos mensajes en el sentido_ y acertó por donde  duele más al fundador y otros como él_: “Nadie debería ser presidente de por vida”. Un mensaje claro, que nos recuerda la Agencia MISNA en su relato de fecha 29/07/2015 a propósito del mensaje del  Mandatario de uno de los países más potentes militar, política y económicamente hablando, en la sede  de Unión Africana (UA).

Ya lo venimos repitiendo y lo seguiremos haciendo: el presidente fundador practica muchas y variadas perversiones; éstas son muy evidentes. Pero, lo que ya  no parece muy evidente es si los guineoecuatorianos que sufrimos dicha situación somos conscientes de ello.  De lo contrario, deberíamos armar de valor para resolver la situación.

Por ejemplo- se vuelve hacer hincapié de algo ya apuntado aquí y en algún que otro capítulo anterior _, a la luz de las exigencias de la Carta Africana, sobre todo, en los puntos que hemos hecho breves comentarios, por un lado; y, por otro, la observación certera de que el fundador del PDGE es presidente vitalicio de facto, no nos queda más remedio que darnos cuenta de que está en nuestras manos deshacernos del entuerto.

Somos remolones al quedarnos en lloriqueos: las elecciones deberían  suponer un momento oportuno de romper el estado de cosas a partir de la apertura del proceso electoral (desde la elaboración del censo electoral) hasta el día de las votaciones.  Hay un espacio suficiente de corrección de lo que han venido practicando el presidente fundador y compinches: podemos romper las listas electorales, si no son correctas; paralizaríamos  el proceso de emisión de votos, si no se hace en forma correcta; no escogeríamos la papeleta del PDG, para mostrar nuestro desacuerdo; si los resultados de las elecciones no son los esperados, se exige la reapertura del recuento; si se organiza una manifestación para exigir que el régimen de alegre memoria cumpla con las exigencias de la Carta Africana, como se ha visto más arriba_ es buena oportunidad para que mostremos el valor de luchar o reivindicar nuestros derecho_, que participemos.

 Repetimos, no valen los lloriqueos.