8 de septiembre de 2015
La posibilidad de que pueda presentarse
una oportunidad histórica para nuestro Pueblo de acabar con la
oligarquía familiar, sin derramamiento de sangre, que las presiones
externas y el miedo real de perderlo todo, terminen llevando a la "
tribu" a aceptar unas elecciones que saben que, si son libres, limpias y
democráticas, pueden perder, ha convertido la UNIDAD en una palabra
mágica. Una especie de abracadabra, que lo resuelve todo.
La experiencia, sin embargo, nos dice que no. No basta la unidad. Hay que unirse para hacer cosas.
Es decir, la unidad de la Oposición GUINEANA no es lo esencial. Lo
esencial es tener una alternativa política, con la que intentar sacar al
Pueblo del agujero en el que le ha metido Obiang Ngema.
Y esto es así porque, para un " quitate tú para ponerme yo", casi mejor dejar las cosas como están.
Tenemos muchos líderes, pero no hay alternativa. Es más, no basta la
alternativa. Además de la alternativa, si se quiere gobernar y no
mandar, hay que rodearse de un equipo de mujeres y hombres que, además
de capacitados y competentes, estén comprometidos en el servicio a su
Pueblo.
Nuestro Pueblo ha sufrido mucho, demasiado. Jamás pensó que
su independencia le traería, como alternativa a la arbitrariedad
colonial, la anomia y la miseria que le agobia ahora; sobre todo, cuando
se para a pensar que es el tercer productor de petróleo en el África
negra. Sobre todo, cuando observa cómo su selva se pone amarilla porque
alguien ha talado toda su arboleda.
En los tiempos que corren,
gobernar es una tarea de equipo, como decíamos antes. Y, entre los que
integran este equipo, debe haber un común denominador, que les permita
fijar horizontes comunes.
Bien, si todo esto es así, ¿ alguien se
imagina a la actual Oposición, la que ha sido fiel a los principios que
guiaron a nuestro Pueblo, cuando se alzó contra el colonialismo,
trabajando, en un proyecto serio de gobierno, con esa oposición que se
ha cebado con el sudor, el dolor y la muerte de nuestro Pueblo, bajo el
poder de Obiang?
Esto me llevó, en el almuerzo de Madrid, a decirles
a los que me quisieron escuchar que las siglas se nos han quedado
cortas. Nunca serán suficientes las manos para atender a nuestro Pueblo.
La solución, a mí juicio, no es hablar de la unidad de la Oposición,
cuando ésta es un cajón de sastre. Sería como predicar en el desierto.
La solución es articular una alternativa fuerte, capaz de aglutinar un
equipo de trabajadores competentes y comprometidos. Hay demasiadas
incompatibilidades en nuestra oposición. Tantos perros terminan
imposibilitando la caza.
Fuente: Francisco Ela Abeme