“La Corte Internacional de Justicia (CIJ) optó hoy por no pronunciarse acerca de la inmunidad diplomática del vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Nguema Obiang Mangue, “Teodorín”, dejando a Francia la puerta abierta para continuar juzgándole por corrupción.

El tribunal alegó no tener jurisdicción para decidir si al hijo del presidente de Guinea Ecuatorial le corresponde la inviolabilidad a la que Malabo recurre para impedir que rinda cuentas ante la Justicia francesa.

Guinea Ecuatorial pidió al tribunal internacional que adopte “medidas urgentes” para suspender el proceso penal contra “Teodorín”, y denunció que lo contrario supone una “vulneración de su soberanía”.

La corte no ha atendido esa solicitud, pero sí prohíbe a Francia irrumpir en el palacete localizado en el número 42 de la Avenida Foch de París, un edificio que Guinea Ecuatorial registró como parte de su misión diplomática.

La CIJ exigió a Francia “tomar todas las medidas necesarias para garantizar la protección del edificio”, aludiendo al artículo 22 de la Convención de Viena que recoge la protección de las relaciones diplomáticas.

“Se pide un trato equivalente al que exige la Convención de Viena para velar por la inviolabilidad del edificio”, sentenció.

En declaraciones a Efe, el embajador de Guinea Ecuatorial ante Holanda, Carmelo Nvono-Ncá, que representa a su país en este pleito ante la CIJ, aplaudió la decisión del tribunal y la consideró un respaldo a Malabo.

“Reconociendo la inmunidad del edificio de nuestra misión diplomática en París, la CIJ no ha hecho más que avalar nuestro alegato de que la independencia de Guinea Ecuatorial no está en venta”, advirtió.

El diplomático resaltó que la corte está orientada a hacer “prevalecer la soberanía de una nación por encima de las injerencias en asuntos internos por parte de otro Estado”.

“La buena fe de Francia ha brillado por su ausencia durante todo el proceso”, lamentó Nvono-Ncá.

Con esto, la Justicia francesa no podrá volver a registrar la propiedad parisina de “Teodorín”, aunque ya lo hizo con anterioridad a que Guinea Ecuatorial haya trasladado el caso a la manos del tribunal internacional.

De hecho, la CIJ tampoco ha considerado tener jurisdicción sobre “los objetos” de valor incautados por las autoridades francesas.

Por tanto, París no tiene la obligación legal de devolver el patrimonio incautado, que la Justicia considera que “Teodorín” adquirió mediante la malversación de fondos públicos de su país.

En 2011, la Justicia francesa ordenó retirar el mobiliario y los objetos de valor y obras de arte que había en el palacete de la Avenida Foch.

Ese mismo año, los magistrados también confiscaron la colección de automóviles de lujo matriculados en Francia por “Teodorín”, que más tarde fueron subastados por 3,21 millones de euros.

Los coches que había adquirido eran de marcas como Bugatti, Maserati, Ferrari, Rolls Royce o Porsche, entre otros.

La Fiscalía acusa a “Teodorín” de malversación de fondos, blanqueo de decenas de millones de euros, corrupción y abuso de confianza.

Según sus investigaciones, el vicepresidente invirtió grandes cantidades de dinero público en la compra de palacios en París, objetos de lujo, obras de arte y otras antigüedades.

“Teodorín”, nombrado vicepresidente por su padre en 2012, después de que Francia le declarara una guerra judicial, defendió que su patrimonio es fruto de su trabajo.

La Corte se lava las manos con su decisión y pide a ambas partes que recurran a los tratados internacionales “ante cualquier controversia” que pueda surgir.

Guinea Ecuatorial basó su denuncia en los artículos de la Convención de Viena para la protección diplomática, y no en otros acuerdos internacionales.

Asimismo, la Corte también comunicó hoy a Francia que “rechaza” su solicitud de que este tribunal no se pronuncie sobre este asunto en el futuro.

En París está previsto que el próximo 2 de enero comience el juicio contra el hijo mayor del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que gobierna ese país con mano de hierro desde 1979, tras acceder a la jefatura mediante un golpe de Estado.

Francia no es el único país que ha abierto un proceso judicial contra “Teodorín”, ya que también lo hizo la Justicia estadounidense, que lo investigó y se incautó de 28 vehículos de colección y una mansión en Malibú (Los Ángeles, EEUU), mientras que Suiza le investiga por blanqueo de capitales.