REALIDADES DE GUINEA ECUATORIAL 6
Se me viene resistiendo este artículo desde hace unos días. Y es que en unas cuantas líneas pretendo reflejar la situación de los transportes por tierra en Guinea Ecuatorial.
Voy a empezar diciendo, por si se me olvida en el embrollo de esta historia, que a día de hoy (junio de 2009) en Guinea Ecuatorial hay CERO km de ferrocarril. Increíble, pero cierto. Es decir, quien haya vivido sólo en nuestra tierra no ha visto un tren sino en la tele. Y la explicación que se da a este absoluto despropósito no puede ser más paranoica: Guinea Ecuatorial es tan pequeña, que no caben trenes. Señalar que en el Continente, uno de los recorridos con más tráfico es el que va de Bata a Ebibeyín, con unos 220 km de distancia entre ambas localidades. También subrayar que eso lo dice la gente por la calle, no alcanzo a saber quién ni cuándo les metió esa chorrada en la cabeza.
En otro orden de cosas, les voy a ofrecer unas pinceladas del estado de las carreteras. En el Continente (al igual que en Bioko) no hay ni un solo km de autopista en servicio. En Bata, por ejemplo, lo único que existe son dos especies de cinturones de circunvalación, con cuatro carriles una y seis carriles la otra. Entre las dos, no suman cuarenta km. Además, al no existir pasos elevados ni zonas habilitadas para aparcar, en buena parte de sus recorridos, se convierten, más bien, en carreteras de dos carriles; pues, los coches aparcados acaban absorbiendo los dos carriles extremos. Y, por otra parte, hay muy pocas calles; lo que quiero decir es que el porcentaje de viviendas (casi todas son casas unifamiliares) a las que se puede llegar en coche, tanto en Malabo como en Bata, se situaría como mucho en un 10%. Al 90% restante, se accede a través de caminos de tierra (sin ni tan quiera grava) de hasta 50 cm de ancho.
Continuando con esta coyuntura, comentar que en las carreteras de nuestras ciudades (casi todas de dos carriles y doble sentido; prácticamente no existen calles de un solo sentido), no están previstas zonas de aparcamiento; y como es natural, los coches tienen que parar en algún momento, por lo que se acaba aparcando en cualquier sitio. Esto lleva a que las carreteras de dos carriles (cogidos con alfileres) acaben convirtiéndose en vías de un carril, incluso de medio; pues, los coches aparcan, en general, con dos ruedas en la acera y las otras dos en la calzada. Es muy divertido (sarcasmo) contemplar el tráfico por las calles: ver como un coche en circulación se “esconde” detrás de otro aparcado para dejar paso al que le viene de frente: la carretera en, plena “ciudad”, no da muchas veces para que dos coches en marcha se crucen.
En cuanto al servicio de transporte, cabe decir lo siguiente: no existen estaciones de autobuses ni nada por el estilo. Los trayectos entre “ciudades”, los cubren camionetas, furgonetas y algún que otro autocar. Eso sí: cada “ciudad” cuenta con unas zonas que llaman “estaciones” (en general, en el ámbito de los mercados) donde se toman los coches. Insisto, no existe ninguna compañía o agencia de viajes por tierra donde reservar plaza o comprar billete (esto se hace directamente al conductor en el momento de embarcar), ni existen horarios formales de salidas y llegadas, ni un tablón donde se indiquen las diferentes rutas que parten de una “estación”; NADA DE NADA. Y, en el marco de las “ciudades”, resaltar que no existen buses urbanos. No se dan conversaciones tipo: “yo cogeré la línea 3 y si tú coges la 5, nos encontramos ahí”. Lo único que hay son taxis. Pero son un fraude, pues, se trata de coches (cantidad de ellos en un estado deplorable) que prestan un servicio híbrido entre el taxi normal y el bus; es decir, van tomando a los clientes a medida que van circulando (hasta dos personas en el asiento delantero y cuatro en el trasero) y los van dejando donde les soliciten; no tienen paradas fijas ni un número de teléfono al que llamar.
En resumen, el surrealismo que les traigo esta vez es el siguiente: en Guinea Ecuatorial (junio de 2009) hay cero km de ferrocarril, cero km de autopista en servicio (se están construyendo), los coches se aparcan con las dos ruedas de un lado en la acera y las otras dos en la carretera, al 90% de las viviendas (como mínimo) se llega exclusivamente a través de caminos de tierra de hasta 50 cm de ancho, no existen estaciones de autobuses ni compañías o agencias de viaje para los trayectos por tierra, no hay buses urbanos y el servicio de taxis es un fraude.
Fuente: Zee Medang
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