Los guineanos hemos recibido un nutrido grupo de españoles. No han sido los de a pie, ni jugadores de un equipo de futbol, ni un grupo de misioneros agustinos. No. Son políticos que actualmente cuenta España. El máximo de la diplomacia española, con diputados de renombre y personalidades del mundo de la política, empresarios conocidos en la sociedad española. Han estado aquí.
Estamos acostumbrados, desde hace medio siglo, a ser marionetas de nuestra propia historia; por el trato que nos dan nuestros gobernantes (si merecen estre pronombre); han salido gente a la calle a dar la bienvenida a otra comitiva después de la del rey marroquí. Bajo el sol, mientras llegaban en sus jets privados, la diplomacia española con gafas oscuras, chaquetas Emidio Tucci y suela Versage, perfumes Giorgio Armani y otros bártulos. A nosotros los guineanos nos quedaba saborear el buen olor de los españoles que nunca jamás volveremos a saber nada de ellos, mientras nosotros tragamos mierda y putrefacción. Nuestro gobierno, que sabe desinformar más que informar, ha ensombrecido esos días las pocas, si no inútiles opciones que teníamos de saber la verdadera razón del viaje.
¿Es que los guineanos no preguntamos a qué vino Moratinos y los suyos? Si, y tontos no somos, otra cosa es que nos den una respuesta de las de siempre, de torpeza, desacierto o errática como siempre lo hacen. Pero el guineano, pregunta y seguirá preguntado ¿Para qué y por qué vino Moratinos con su caravana de idiotas? Parece que el gobierno español ha descubierto recientemente algo en Obiang Nguema que el pueblo guineano durante 40 años sufriendo las embestidas de este sátrapa, no ha sido capaz de descubrir. Entonces, ¿En qué ha cambiado Obiang y su gobierno que España acaba de destapar?
Obiang nunca cambia ni cambiará, y con España todavía menos; esto es lo que ha descubierto España. España sabe de sobra que Obiang no les quiere, pero la diplomacia y la política es más que las relaciones humanas y la memoria historica, sobre todo en medio de esta irremediable crisis económica. No somos tan ingenuos de suponer que Obiang tiende la mano al gobierno español, ni a los españoles. No, no es cierto, Obiang es una especie humana muy irreconciliable y mientras Severo Moto y otros siguen reposando “holgadamente” en territorio español; Obiang y los españoles nunca comerán en un mismo plato ni tendrán una reconciliación sincera.
Pero, tampoco hemos de suponer que el gobierno español ignora esa beligerante actitud de Teodoro Obiang. Tampoco. España sabe que Guinea y España nunca tendrán buenas relaciones, al menos que Obiang y los suyos dejen al pueblo guineano en paz. No hay otro camino que ése.
¿Entonces y por qué estas, aparentes buenas relaciones? Sin someterse a un reduccionismo parcial, queremos creer que España y su gobierno se han metido en un buen lío. Y esto demuestra por sí misma la doble política y doble moral de los países occidentales (España). Hace un tiempo me dijo un alto funcionario del gobierno de Obiang y a demás un hombre de su confianza que Guinea no puede hacer nada sin el visto bueno (fue el término que utilizó) de España, quizá un tanto excesivo, pero no deja lugar a dudas, que cualquier actividad que un país occidental o los emergentes quiera realizarse en guinea ecuatorial, pasa por llamar al despacho del ministerio de Exteriores de España, ya sea para pedir y contrastar información sobre Guinea y Obiang; ya sea para pedir consejo sobre el modus operandi en el terreno guineano.
España asumió esta responsabilidad desde la colonia y lo sigue patentando hasta la actualidad. Pero la política de España, fue de informar a otros países (sobre todo europeos) realmente sobre lo que en Guinea pasaba; mientras ellos distanciaban cada vez de los dictadores guineanos. Fue Francia quién, por cercanía cultural de países limítrofes y su empeño en convertir a África en su propiedad privada, quien se irrumpió en Guinea sin mayores consultas a España. Luego se sumaron los americanos con la misma política, pero no sin previo consulta a España, aunque fuese ínfima y en ciertos aspectos específicos que les preocupaban. Esa presencia francesa y americana, suplantó a España, en parte, de su posición privilegiada en Guinea.
Durante mucho tiempo, España buscó reactivar su influencia y su memoria histórica sobre guinea, encontrándose siempre con la negativa de Obiang. Esa negatividad de Obiang nunca eximió al déspota guineano ciertos aprietos en el desarrollo político y social de guinea (aunque por orgullo personal, nunca lo quiso reconocer). Ciertas cosas dependían indudablemente de una respuesta por parte de España y necesitaba a España. Hay que subrayar que tanto España como Guinea se necesitan, pero pueden vivir el uno sin el otro.
El viaje de Obiang a Valladolid, reavivó un deseo de juntar aquello que les unía y enterrar aquello que les distanciaba. Para España, lo que les distancia de Obiang es la dictadura que tiene sometido a su pueblo, pero curiosamente para España, es un asunto menor. Obiang es un dictador y tiene a medio pueblo exiliado y la otra mitad muerto de hambre, de miseria y de sida. Para los guineanos es el mayor problema, pero para España se puede cohabitar con Obiang aunque actúa así con su pueblo.
Pero, la historia de España, reciente y antigua; la política española y de la unión europea, la opinión pública nacional e internacional, no deja impasible la conciencia de los políticos españoles en su errática política hacía Guinea. Por eso, ellos de vez en cuando, tratan de soltar alguna tímida declaración para tirar una de cal y dos de arena.
¿Qué ha pasado después?, España, como decía antes sabe que trata con Obiang, persona que no sobresale por sus dotes de inteligencia ni de responsabilidad, que nunca dice en serio lo que va hacer. Pero la diferencia es que los españoles ya saben donde pueden recurrir en caso de hipotético falto de cumplimiento de los acuerdos adoptados por parte de Obiang. Las cuentas de Obiang descansan arbitrariamente en las entidades bancarias españolas, ESTA ES LA GRAN NOTICIA, y España tiene a Obiang en los testículos, cualquier fechoría blanqueará sus cuentas. Pero Obiang es astuto para hacer mal y salir airoso en situaciones difíciles y nunca unos sabe si después de firmar convenios con España, buscará otro oasis bancario en Marruecos, Argelia u otro país más corrupto que Guinea, para dejar con el culo al aire a Moratinos y compañía, cosa bastante probable. Pero la política española, sigue igual de túpida.
Hay dos datos, a groso modo, que merecen subrayar. La nefasta y debilitada política española de los últimos años que ha perdido confianza de Europa y el corte sustancial de las inversiones europeas, han vuelto a dejar a España al borde del un país tercermundista, sin empresas capaces de reactivar el sistema económico español. Relegado en un segundo plano en la política de la unión. La irrupción de la crisis económica, en estas condiciones ha hecho a España un país vulnerable y con tendencias a valorar el fin sin sopesar los medios. Y Guinea es un fin que hay que conseguir sin detenerse en los medios.
¿Por qué Guinea?, no solo por el hecho de que guinea fuera colonia española, eso también, sino porque los país occidentales están buscando recuperar su economía, sin importarles dónde ni cómo. El caso de España, es muy fácil, hacerlo en guinea, por afinidad cultural, por historia y porque guinea tiene mucho petroleo y mucho dinero (palabras del dictador) y ese dinero está en los bancos españoles (silencio de la justicia española). Obiang sabe que cualquier incumplimiento por parte suya le aplicaran los submúltiplos en las rentas que atesora en los bancos españoles.
No habrá cambio político, ni contrapartida, Obiang seguirá abarrotando las cárceles guineanas de presos de conciencia, seguirá matando, seguirá expulsando del país a los guineanos para llenarlos de Gaboneses, angoleños, “dictando siempre las leyes” a su antojo, seguirá esquilmando las riquezas del país para su familia y amigos y España no hará nada. Lo único que queremos avisar a España es que Obiang Nguema es especie única, alguien que se alimenta de carne humana y que le gusta comer los sesos de personas inteligentes (según dicen, video en youtube), para salir inteligente a los 65 o 66 años que tiene (no lo sé ni me interesa saberlo). No muy asiduo a recordar hoy las promesas de ayer. ¡Ojo!
Fuente: Propia
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