COMUNICADO DE DECAM
18 de Julio de 2009.-
En relación al viaje efectuado a Guinea por una delegación del estado español y en relación a una supuesta contestación a una carta enviada por algunos partidos de la oposición, esta plataforma tiene a bien hacer las siguientes manifestaciones:
PRIMERO:
Las relaciones exteriores de un pais deben estar dirigidas por el conjunto de intereses económicos y culturales de dos comunidades, en el marco de los principios que conforman las leyes internacionales y en el respeto a la dignidad humana. Estando así dirigidas, se han de llevar a efecto al amparo de las decisiones emanadas de los representantes legítimos de ambas comunidades y con el horizonte de medio y largo plazo como eje temporal sobre el que ha de discurrir la acción exterior bilateral.
Es imposible que estas condiciones se den si el gobierno de un pais es fruto de la imposición armada de un grupo de personas, cuya única legitimidad es la ”manu militari” y cuya única acción para con la ciudadanía es la violencia continua contra ella, ejemplo de todo lo cual es el gobierno de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
España y Guinea Ecuatorial son dos comunidades ligada entre sí más allá de los avatares de gobiernos temporales de uno y otro país y de un signo político u otro. Las relaciones entre ambas comunidades se deberían desarrollar por tanto por encima de esas condiciones mínimas enunciadas más arriba.
Diciendo esto no descubrimos nada nuevo, pero nos sirve de justificante para cotejar en qué medida las últimas acciones exteriores emprendidas por España para con Guinea Ecuatorial se ajustan al buen hacer y a la transparencia.
Es indudable que el gobierno de Guinea, una dictadura que además empobrece y expolia y que no garantiza el derecho, no reúne las condiciones para que España pueda establecer con ella unas relaciones estables y favorables para ambas comunidades. Existen varios acuerdos internacionales firmados por Guinea, además del derecho propio, que en principio deben garantizar las propiedades y los derechos de las personas fisicas y jurídicas. Pero en la práctica, como corolario de un proceder secular de arbitrariedad, los derechos de las personas y de las empresas no se respetan. En ese escenario nada es posible. Sin el derecho, sin una justicia mínima y sobre todo sin un derecho civil y mercantil, no es posible la actividad empresarial.
Y eso ha sido así en Guinea desde hace mucho tiempo y nada indica que las cosas hayan cambiado, mas al contrario.
No entendemos entonces a qué ha ido la delegación española a Guinea.
Si las autoridades españolas hicieran un balance de sus especiales relaciones con la dictadura de Malabo, medible mediante cualquier parámetro que objetive algún beneficio, ya sea político, económico o cultural, se tendría un resultado escaso. Y lo más sangrante es que este resultado podría haber sido positivo, tanto por parte española como por parte guineana.
En el caso del ministro Moratinos, este viaje es el tercero que ha efectuado a Guinea. El gobierno de Guinea no había hecho antes de este viaje ningún gesto práctico -más allá de las promesas- que mostrara su buena voluntad para normalizar unas relaciones con un país, España, donde rige el imperio de la Ley y la democracia.
De modo que para nosotros el viaje no tenía ningún sentido, al menos en la forma en que se ha diseñado e implementado.
Si el derecho civil no puede presidir como árbitro la actividad empresarial, las empresas españolas no pueden funcionar en Guinea basándose en la arbitrariedad o en el humor variable del sátrapa. Existen varias empresas extranjeras importantes que tienen un conflicto jurídico con el gobierno guineano y personas amparadas por él y que se ven obligadas a acudir al amparo de sus tribunales nacionales y al arbitrio internacional, porque el derecho guineano no existe en absoluto. Los guineanos que han sido expoliados por la tribu dictatorial no pueden acudir a ningún tribunal local porque simplemente nadie les haría caso.
Las empresas americanas y francesas que desarrollan sus actividades en Guinea están amparadas por sus Estados, que podrían represaliar a los brutos de Malabo al menor asomo de abuso de poder para con sus empresas. Esta actitud y posicionamiento de Francia y Estados Unidos, una actitud potencialmente firme ante cualquier atropello a los derechos de sus nacionales, es justo lo contrario de lo que evidencia la posición entreguista y rayana en la sumisión vergonzosa que ha protagonizado Moratinos en Guinea Ecuatorial. En este sentido las muestras de debilidad de Moratinos constituyen la peor garantia para las empresas y los intereses españoles en Guinea Ecuatorial.
SEGUNDO:
En relación a la respuesta escrita por el Primer ministro a una carta de la oposición y que se encuentra en la página http://www.asodegue.org/, queremos hacer las siguientes observaciones:
La carta de la que se hace mención no tiene nada que ver con DECAM. En efecto, DECAM sólo ha dirigido un escrito al gobierno guineano, el que fue entregado al que ahora es Primer ministro cuando éste era embajador en Madrid, en diciembre de 2007.
La carta de la que se hace mención en la respuesta, la que, repetimos, DECAM no ha formulado ni enviado, creemos que es una maniobra de un líder exiliado malicioso, en su intento de boicotear el desarrollo fuera de su control de un plan de transición a la democracia, maniobra en la que algunos partidos guineanos han sido víctimas. Este líder ha querido dejar en evidencia al régimen guineano en su posicionamiento nada favorable en apariencia a la negociación y lo ha conseguido.
Por otro lado, la respuesta escrita por el Primer ministro es de una zafiedad insoportable, impropio de un miembro de un gobierno. Y adolece de errores conceptuales graves. Uno de ellos se refiere al concepto de legitimidad, que confunde al parecer con legalidad.
La legitimidad de una persona o grupo para hablar con cualquiera existe desde que existe esa persona o grupo. El que la otra persona no quiera establecer ninguna relación con la otra, nada tiene que ver con la existencia o con la ausencia de legitimidad.
Si nos referimos a la legitimitad como actitud de apoyo, reconocimiento o consentimiento otorgado por un grupo a una persona que la recibe-legitimidad del poder-nada tiene que ver en este caso, porque la petición de conversación o negociación no se hace en base al ejercicio de un derecho o de un poder otorgado (en legitimidad), sino como expresión de la voluntad de una persona que desea hablar con otra persona o grupo. La petición de negociación o de conversación por tanto no puede negarse erróneamente en base a la falta de legitimidad. Del mismo modo en que una parte expresa su voluntad de negociar, la otra parte puede negarse a conversar con ella, como expresión simple igualmente de su voluntad. En nada interviene la legitimidad en la manifestación de la voluntad propia.
Si nos referimos a la legalidad, que es al parecer el concepto erróneamente usado por el primer ministro en lugar de la legitimidad, no nos consta que el derecho constitucional prohiba a los poderes políticos establecer conversación con grupos ilegales, siempre que esa acción vaya en interés de la paz o de la justicia. Y por lo que sabemos, hoy por hoy, los partidos políticos, como es el caso de FDR, no están legalizados simplemente como resultado de una decisión arbitraria de los que ahora dicen que existen grupos ilegales, incurriendo así en una perversa y cínica contradicción como ya nos tiene acostumbrado el régimen guineano. En suma, si FDR por ejemplo no está legalizado, es por decisión del dictador Obiang y no porque FDR no haya querido legalizarse en varias ocasiones, como todos sabemos.
En DECAM, tras la restructuración producida hace mas de un año, trabajamos sin ruido, sin publicidad innecesaria y con honradez.
A pesar del espectáculo vergonzoso que hemos asistido entre el gobierno guineano contestando una carta de un grupo de partidos, engañados por un líder cofirmante, que prefiere el caos a que no se cuente con él, creemos no obstante que:
1.- La responsabilidad del gobierno dictatorial es enorme en la situación actual de cara a un futuro que nosotros entendemos incierto al menos a medio y largo plazo.
2.- Seguimos creyendo que el despeje de esa incertidumbre puede conseguirse mediante un verdadero proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición interior y exterior, de forma franca, sin que haya ningún afán por manipular por parte de nadie, para garantizar así el buen éxito de la negociación y el cumplimiento de los acuerdos que se consigan.
Mauricio Nsue
COORDINADOR GENERAL DE DECAM
Fuente: propia
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