Si se hace un recorrido por las páginas digitales que se ocupan de nuestro país, crean en el visitante una cierta expectación de que se está moviendo ficha en lo de Guinea, en diversos frentes. No es la primera vez que eso ocurre. Ya en el cercano pasado de nuestra historia hubo o ¿se creó, a propósito? un ambiente de que nos encontrábamos en el principio del fin del luctuoso, cruel, régimen de Obiang, que, no olvidemos, se hizo con el poder no de forma democrática sino por medio de un golpe de estado a su propio tío Macias, para lo que contó con buenos apoyos emanados de sus amigos ”extranjeros” cuyos nombres nos afanamos los guineanos en pronunciar en círculos muy íntimos y casi susurrando. Pero no hemos seguido la pista a los acontecimientos hasta llegar a la consecución de las pruebas que hicieran ciertos esos supuestos para dejar de susurrar y hacerlos públicos. Desgraciadamente hemos de reconocer en que todo lo concerniente a nuestro país, registra ese malhacer.Los guineanos padecemos ese síndrome de decir, sin probar.
Y es, precisamente, esa condición la que, hasta hoy fecha hace que todo lo referente al país se haya convertido en un enorme congosá donde tanto lo cierto como lo inventado forma parte de un todo con el perjuicio que esto ocasiona en la consecución de un cambio a favor de transparencia en los asuntos del país. Claro, que este ”sometimiento” y aceptación por parte de la mayoría de nosotros a esta regla inaceptable del bulo-rumorología, ha sido vital y bien aprovechada por el dictador en beneficio de su presencia longeva en el poder. Al mismo tiempo, esta conducta ”del decir y no probar”, ha perjudicado enormente la consecución de un cambio en Guinea y también- porqué no decirlo- le ha restado a nuestra causa credibilidad y respeto por parte de paises, organismos e instituciones internacionales.
Los asuntos de Guinea dejaron de ser materia reservada para ocupar el espacio del oscurantismo, lo oficioso, dejando de lado, la transparencia, condición sine qua non para cualquier actividad y mucho más cuando se trata lo concerniente a un país. Por supuesto, que la opacidad, oscurantismo, manipulación, rumorologías, etc, son armas propiciadas, utilizadas por las dictaduras. Y aquí es donde es necesario preguntarse qué porcentaje de responsabilidad recae sobre los políticos opositores en cuanto a la conducta mantenida en reforzar, ( cara al ciudadano) ese comportamiento. La claridad, la transparencia, debe ser tónica habitual entre la clase opositora, las mentiras, los bulos deben ser bien aclarados y bien cerrados con información detallada para que no quepan dudas y el ciudadano de dentro y fuera de Guinea siga puntualmente informado de lo que se cuece, salvo detalles que por su complejidad no es conveniente difundir.
Seamos serios, responsables, evitemos que cualquier oportunista, aprovechando el terreno, pueda especular, enriquecerse, por aquello de que lo referido a Guinea queda sino en la impunidad, más bien en el limbo de lo oficioso. Por citar unos casos que están en boca de los guineanos se deberían (si es que existen pruebas y si constan a alguien, que las busque) investigar y posteriormente tomar las medidas que convengan a la presencia y supuestas actividades de Bono, Laborda y Moratinos, en Guinea, para empezar.
La actuación del Pocero y cia, así como los tejes manejes de otros muchos ”poceros” cuya presencia en el país ha supuesto un enriquecimiento quizás rozando en la ilegalidad o fraudulento.
Para que cada cual quede en su sitio (reforzando la transparencia), dejar claro, no que la operación del periodista Donato Ndongo haya querido eliminar del partido del Progreso a Severo Moto, sino todo lo relativo a esa operación. Circulan tantas versiones que dificilmente se puede llegar a una conclusión sobre la misma. Y debe ser, desde mi modesta opinión, el mismísimo Severo Moto, el que debería dar más cobertura de esta conspiración ya que a él iban dirigidos los ”tiros dialécticos” y la intención de ”tumbarle políticamente”.
¿Que Plácido Micó visita EEUU y qué? Otras veces lo ha hecho y no ha cambiado en nada el espectro político en el país. Ya lo demostraron las idas y venidas de otro prevoste del CPDS, Celestino Bacale, ahora en el PDGE. Las malas y desinfomadas lenguas dicen que pretende lograr el cambio desde ”dentro”. Desde dentro de sus bolsillos, algo mermados en contenidos monetarios, - apunto -. ¿Que un guineano cuya identidad se desconoce ha sido llamado por Sarkozy? También un y qué rotundo.
Combatamos con nuestra conducta la especulación/rumorología sobre nuestro país en todas sus formas. Obiang está ahí, esa es la única realidad. Ni el supuesto cáncer, ni las constantes denuncias sobre su comportamiento, sus robos, todo el mal que nos ha producido han podido evitar que así sea. La hipocresía, los intereses, el montaje sustentado en ”la defensa de los derechos humanos” que el dictador infringe constantemente, es la forma más cómoda de contestar a nuestros lamentos. Solo cuando esa comunidad internacional, que ahora da cobertura al régimen, considere que ya Obiang no le es necesario, buscará a otro ”manejable” para sustituirle. Nunca me gustaría más que se quedaran sin cumplir mis predicciones.
Fuente: Propia
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