¿ ESTAMOS ENCAMINADOS HACIA LA DEMOCRACIA? III
En esta ya tercera comparecencia, seguimos convencidos de que si, EFECTIVAMENTE ESTAMOS ENCAMINADOS HACIA LA DEMOCRACIA. No puede ser de otro modo, habida cuenta la dignidad inherente a todo ser humano que le hace evocar su libertad y autogibierno cuando le son arrebatados, viéndose obligado a desenvolverse como un súbdito indigno sometido a la voluntad absoluta de un autócrata, sus próximos y adláteres, cual es el caso de Guinea Ecuatorial.
La pregunta es: ¿hemos alcanzado el necesario número exponencial de guineoecuatorianos librepensantes, con plena consciencia de la innegociable dignidad y condición de cada ciudadano, en modo alguno dispuestos a someterse a la voluntad del Dictador y su camarilla?.
En la lucha, civil y pacífica, frontalmente negatoria del régimen dictatorial en que muchos estamos inmersos, son tantos y tan complejos los obstáculos que se interponen en nuestro camino que es humanamente comprensible que surjan dudas y la tentación de arrojar la toalla. Sobre todo en los mejor dotados que podrían limitarse a vivir y disfrutar de su vida al amparo de los países de acogida en que se han establecido y desarrollado como cualquier otro ciudadano (dotado), nativo de los mismos.
Uno de los más grandes retos radica en la aculturación y la despersonalización programadas y desarrolladas en la colonización, que han alcanzado su plenitud en la vigencia de ambas dictaduras. La destrucción de los genuinos referentes de las sociedades y los pueblos autóctonos era necesaria para el sometimiento colonial y el postcolonial, exponenciado en ambas dictaduras. De otra parte, no puede sostenerse que a cambio hemos heredado los más válidos referentes de la metrópoli colonial, y sí, que se evidencia que hemos asumido los peores experimentados en la vigencia de su régimen. Se constata desde la máxima representación, en las personalidades de los dictadores Francisco Macías Nguema y Teodoro Obiang Nguema, capaces de aunar el infame (mal)ejemplo del régimen franquista junto con el maniqueísmo a la hora de acudir a las fuentes autóctonas con el único afán de dividir y subvertir los originarios lazos de solidaridad y tolerancia en MERO E INSOPORTABLE TRIBALISMO.
El mayor hándicap es que TODOS los guineoecuatoriamos, en mayor o menor grado, somos víctimas de y no hemos superado estos estigmas. Esto se evidencia en el hecho de que incluso los más dotados librepensantes de entre nosotros adolecemos de problemas de autoestima. De otro modo, cómo racionalizar y comprender nuestra permanente necesidad de justificarnos, de mostrar y exhibir lo bien dotados que estamos y exigir el reconocimiento, al mismo tiempo que mostramos una muy preocupante incapacidad de reconocer en el otro algún mérito, no digamos ya alguna capacidad o dote superior. Así, del mismo modo que es rarísimo constatar experiencias de compatriotas reconociéndose, respetando y divulgando los méritos ajenos, trabajando en equipo con capacidad de empatía y respeto al otro, base para la conjunción de esfuerzos y la eficacia en el logro de objetivos comunes, es muy fácil y hasta habitual encontrar a guineoecuatorianos desmereciendo y desmereciéndose en público. Lo peor es cuando esto ocurre entre personas claramente dotadas, muy escasas en nuestro entorno por razones obvias, llamadas objetivamente a convertirse en refererentes. Es muy desmerecedor e incomprensible que se sumen, con estos comportamientos, al clima opresivo, de nula autoestima y desprecio de lo propio en que la gran mayoría de humildes y sencillos guineoecuatorianos se ven abocados a desenvolverse para que se les pueda mantener, a ser posible “ad aeternum”, en la categoría de súbditos, e incluso de vasallos.
Es evidente que los debates públicos son aleccionadores e ilustrativos. Al menos cuando la calidad de los partícipes los elevan a un nivel superior. Como también es evidente que la LIBERTAD DE EXPRESIÓN, es un principio democrático innegociable. Sin embargo, cuando en un debate se confunden las tesis con las personas, de modo que la confrontación de ideas acaba convirtiéndose en un enfrentamiento personal, sin espacio alguno para la pluralidad y la diferencia, que habrían de ser pacífica y civilizadamente administradas como hechos connaturales a la unicidad de cada individuo, mal vamos encaminados. Cuando al amparo de la libertad de expresión cada uno se considera habilitado para hablar e incluso confrontar de cualquier asunto, independientemente de su conocimiento e información acerca de la materia dada, entonces definitivamente ALARGAMOS EL CAMNO HACIA LA DEMOCRACIA EN G.E. La democracia nos exige libertad y responsabilidad, formación y opinión, es decir, CIUDADANOS LIBREPENSADORES conscientes de la normalidad de la disidencia y el desacuerdo, que en modo alguno pueden legitimar la falta de respeto al otro que es un camino que sólo conduce a un sistema parangonable al Obianguemismo. Este régimen, haciendo una vez más honor a su absoluta falta de respeto a las personas tiene hoy privado de libertad al Dr. WENCESLAO MANSOGO, situación que cotidianamente padecen los súbditos y vasallos al alcance de sus abusos, con argumentos que no son siquiera parajurídicos. ¿Cómo podrían ser jurídicos si ni siquiera las “Leyes” que el Soberano otorga a sus súbditos y vasallos es respetada por él mismo, su camarila e “instituciones”?¿Como podrían serlo si en G.E. El Derecho se convierte en una esperpéndica parodia?
TODOS LOS DÍAS SE EVIDENCIA QUE EN G.E. RIGE UNA DICTADURA QUE VIOLA GRAVEMENTE LOS DERECHOS HUMANOS. Para su fortuna, los que creemos en ellos y en el derecho de toda persona a ser respetada también estamos preparados y dispuestos a exigir, si algún día se diera la ocasión, el respeto a los derechos fundamentales de los que hoy los violan.
Con esta legitimidad natural, ¡les exigimos que respeten a las personas, VACÍEN LAS CÁRCELES DE INOCENTES, y nos dejen vivir en paz!. ¡¡¡Que los compatriotas quieren avanzar y vivir en una sociedad plural, de consenso, libre y tolerante!!! A ello nos hemos de ENCAMINAR.
José Luis Nvumba. Febrero 2012
Fuente: propia
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