Mentiras, Trampas, Ignorancia y Caos. SEGUNDA PARTE



Mi amigo insistió que había que tener mucho cuidado con los ignorantes o los ineptos de Guinea, pues como ellos creen que pueden llegar lejos, harán trampas o cometerán delitos para competir con aquellos que tienen capacidades. Y la prueba era que desde 1968 ellos se habían adueñado del poder mediante la mentira, el engaño y la violencia. Y eso había sucedido porque Macias impuso su régimen con la mentira, el engaño y la violencia, en una Guinea donde nadie tenía ninguna autoridad y todos eran sospechosos, no importaba la trayectoria o los conocimientos que tuvieran.

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Entonces caí en la cuenta de por qué se había asesinado a todos los maestros al comienzo de la dictadura de Macias: había que destruir a los árbitros, había que destruir a aquellos que decían lo que era correcto y bueno, aquellos que eran autoridad moral e intelectual.

En los últimos 7 años de la primera dictadura, dejaron de funcionar las escuelas. Y la Escuela es el lugar donde se inculca en el joven el cuadro de valores que rigen una sociedad, donde de adulto tendrá una función importante. Además, la gente hizo cosas increíbles para poder salvar sus vidas, entre ellas, la denuncia de hijos a sus padres. Todo eso y la destrucción de todas las personas formadas, rompió la cadena de la autoridad y descolocó moralmente al país. La ausencia de unos referentes que como polos vectorizan las ideologías y afinidades de la gente, la ausencia de unas autoridades naturales en la sociedad, siendo la unica la del presidente dictador, produjo unos efectos catastróficos, que posiblememente son los que ya estamos recogiendo hoy y que se prolongarán en el tiempo al ampliar esos efectos la actual dictadura.



El problema que teníamos no era solo la ausencia de unos referentes que nuclean a la sociedad, sino la ausencia de unas reglas de juego para todos. Las dos dictaduras, que eran lo mismo en el fondo, destruyeron las reglas de juego para poder hacer y deshacer sin sujeción a ninguna norma. Por supuesto, esto se hizo en el interés de aquellos que ocupaban el poder dictatorial. Una sociedad sin reglas de juego, sin árbitros, donde todo está permitido y lo prioritario es lo que parece y no lo que es, es una sociedad abocada a la destrucción.



Todos los que vivían en Guinea, aunque NO tuviesen la cualificación para ello, se creían con el derecho de ocupar cualquier puesto, compitiendo con aquellos que tenían la destreza para ello. Mejor dicho, no había ningún sistema que valorara ninguna destreza, aparte de la capacidad engañar, de mentir y de hacer daño.



Esta historia de mentiras y de ausencia de ética ha creado una nefasta tradición que se abre camino en el país sin grandes dificultades. Los que han asumido esa tradición, sin importar su edad ni su inteligencia, intentan engañar, no importa la edad ni la inteligencia del otro. Cuanto menor es la cualificación que poseen estos practicantes, más mienten. Con la mentira intentan suplir sus carencias. Nada de extrañar puesto que al fin y al cabo el que gobierna ahora en Guinea ha llegado al poder de la misma forma como ganó el cojo del cuento: HACIENDO TRAMPAS. Y no hay ninguna institución que le reclame al dictador el juego limpio, pues la sociedad ya quedó desarticulada.



En los contactos que mantenemos en los foros sociales ultimamemente, nos vamos encontrando con algunos guineanos que son el paradigma de la ignorancia, de la falta de vergüenza y de la ausencia de ética. Como pocos son los guineanos que quieren actuar como árbitros o como autoridad moral, los foros se convierten a veces en ese escenario lleno de trampas que nadie quiere denunciar y donde todo está permitido: los cojos ganan a los atletas preparados.



Mientras algunos se han preocupado y esforzado en prepararse para la materia específica, otros han aprendido a engañar y a mentir. Peor aún, éstos últimos creen que el engaño es la única acción posible: todo lo que se haga se hará usando siempre el engaño o la simulación.



La dictadura de Obiang es el gran engaño. Es una gran simulación. Tenemos un señor que no es Presidente pero simula ser presidente, tenemos unas elecciones que no son tales, pero simulan ser unas elecciones, tenemos unos partidos que no lo son pero simulan ser partidos, tenemos unos generales que no son, pero simulan ser generales, tenemos un pais que NO ES UN ESTADO pero simula ser un Estado, etc. etc. Y así todos van aprendido que no importa lo que se sea sino lo que PARECE QUE ES.



Las personas en general hacen las cosas según las expectativas que mantienen y según lo que PARECE SER. Si esto es así, podríamos concluir que aquellos que simulan realidades mediante el engaño o la mentira pudieran no estar tan equivocados. La Guinea de Obiang, que es una gran mentira, podria ser una realidad válida, porque al fin y al cabo la gente actúa según lo que CREEN QUE ES y no según lo que ES en la realidad (real).



Entonces ¿qué hacer?


Nvo Zang Okenve Mituy
Celestino Nvo Okenve Ndo


Fuente: propia

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