El Ministerio de Asuntos Exteriores ha abierto una investigación para aclarar presuntas irregularidades cometidas en el organismo público Casa Mediterráneo durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La institución, que empezó a operar en septiembre de 2009, fue impulsada por el exministro Miguel Ángel Moratinos con el supuesto objetivo de "convertirse en puente de unión entre Europa, el Mediterráneo y África"�. Sin embargo, la cartera que dirige José Manuel García-Margallo dispone ahora de documentos que probarían que la entidad fue empleada por el propio Moratinos para favorecer sus negocios personales.

La investigación está siendo realizada por la Inspección General de Servicios de Asuntos Exteriores tras la presentación de una exhaustiva denuncia que ha aportado detalles sobre el modo en que Moratinos y sus colaboradores utilizaron presuntamente los fondos de Casa Mediterráneo para, entre otros fines, entablar relación con altos cargos del Magreb y el Golfo Pérsico a los que luego recurrían para conseguir que grandes compañías de su entorno pudieran acceder a esos suculentos mercados.

Una dirección en la sombra

La documentación remitida a Exteriores también probaría que Casa Mediterráneo, que llegó a contar con un presupuesto anual de 4 millones de euros en 2010 y 2011, en pleno proceso de recortes, fue dirigida irregularmente en la sombra por Juan Díaz Muñoz, afiliado al PSOE de Córdoba, candidato al Senado por esa circunscripción en las generales de 2004 y mano derecha de Moratinos. Según consta en comunicaciones internas del organismo público a las que ha tenido acceso El Confidencial, Díaz era el encargado de decidir las líneas estratégicas de la institución incluso después de que Moratinos abandonara el Ministerio en octubre de 2010.

Embajadas a su servicio

Las pruebas que tiene en su poder el departamento de García-Margallo son aún más concluyentes. De la correspondencia interna de Casa Mediterráneo no sólo se desprende que Moratinos puso este organismo al servicio de sus negocios privados, sino también que el exmandatario socialista utilizó la red diplomática de España para que las empresas que operaban bajo su paraguas accedieran más fácilmente a nuevos mercados. Al menos en una ocasión, Casa Mediterráneo logró que una legación situada en un país del Golfo Pérsico se pusiera a disposición de una constructora alicantina que había contactado previamente con el exministro de Exteriores para tratar de introducirse en ese territorio.

La mayoría de las comunicaciones incluidas en la denuncia son mensajes sobre la actividad privada de Moratinos que intercambiaron Juan Díaz Muñoz y la directora general de Casa Mediterráneo hasta marzo de 2012, Yolanda Parrado, una persona de confianza del exministro que fue colocada intencionadamente por este en ese puesto estratégico. Se da la circunstancia de que, en la actualidad, tanto Díaz como Parrado son socios de ICP Consulting, el despacho de intermediación que ha montado el exdirigente socialista para dedicarse por entero a la captación de contratos para grandes corporaciones. 

Viaje a Cuba y Bolivia

En el expediente de la denuncia también figuran correos sobre la actividad de Casa Mediterráneo remitidos por la secretaria tradicional de Moratinos, Ainhoa Camacho, desde una cuenta de correo oficial del Grupo Parlamentario Socialista. Camacho pasó a cobrar del Congreso de los Diputados cuando el alto cargo del PSOE salió de Exteriores, pero no pasó mucho tiempo en ese destino. Moratinos la repescó en cuanto pudo para su firma ICP Consulting, donde trabaja en estos momentos.

El exministro fue duramente criticado el pasado mes de febrero por viajar a Cuba en compañía de Zapatero para reunirse con las autoridades de la isla sin avisar previamente a los máximos responsables de la diplomacia española. Pero los dirigentes socialistas no pretendían abordar cuestiones bilaterales. Moratinos no tuvo inconveniente en admitir que tanto esa estancia en La Habana como la escala que luego realizaron en Bolivia tenían como objetivo la promoción de intereses comerciales privados.