En los años 1960, los entonces territorios africanos que fueron divididos por Europa en la Conferencia de Berlín, fueron adquiriendo el carácter de Estados. Europa, al igual que había decidido repartirse Africa sin consultar a sus moradores, a quienes sometió después como colonizados, había decidido convertir tales regiones rectangulares en Estados, solo con el otorgamiento de una bandera, un ejército, un himno y un puesto en las Naciones Unidas. Los pueblos africanos habían pedido la libertad, pero Europa dio la independencia a sus creaciones. Aquí, de manera temprana, aparecía el divorcio que iba a hacerse evidente con el tiempo, entre el Estado africano, creación europea y lo pueblos africanos, creación africana. Pero la fiesta de las Independencias ocultó las contradicciones.

Cuando Africa celebra el medio siglo de existencia de gran parte de sus Estados, muchos de ellos se hallaban sumidos en conflictos. Tales conflictos ponían al descubierto la existencia de males internos que eran comunes en el Estado africano. La inservible Organización de la Unidad Africana (OUA) dio paso a la Unión Africana. Esta, tras detectar la situación de los conflictos en Africa, creyó necesario hacerlos frente diseñando unos mecanismos para asegurar la Seguridad, la Paz y la Gobernabilidad.

Los países africanos eran todos subdesarrollados. Y en su mayoría eran gobernados por dictaduras. La combinación subdesarrollo y dictadura no era casual. Ambos fenómenos estaban  muy correlacionados. En realidad la colonización era una situación política claramente dictatorial, había sido una dictadura colonial, en la que las naciones Europeas impusieron un gobierno colonial gracias a la fuerza de las armas. Y ese gobierno colonial impuso un modelo económico, la economía colonial, que satisfacía los intereses de las potencias colonizadoras. La independencia no desmontaba la economía colonial. El subdesarrollo deslegitimaba el nuevo poder político y los gobernantes africanos pensaban que la única forma de frenar esta deslegitimación era la dictadura. Los pueblos africanos se hallaban encorsetados en Estados artificiales  que no tenían en cuenta el hecho étnico y tribal. Las dictaduras, con el tiempo se degradaron y aparecieron toda clase de vicios como  el clientelismo, el nepotismo, la corrupción y la cleptocracia. Estos vicios  favorecieron la aparición de disidencias violentas y así Africa se sumió en el caos, mientras el subdesarrollo persistía a pesar de las ayudas al desarrollo.

El esfuerzo de la Unión Africana por controlar las inestabilidades dio lugar a la creación de dos arquitecturas complementarias, una es la que aborda la seguridad y la paz y la otra la que aborda la gobernabilidad o buena gobernanza. Hasta ahora no ha prosperado el esfuerzo por frenar las guerras e inestabilidades en Africa, toda vez que el esfuerzo se ha dirigido mayormente a implementar la arquitectura de la paz y la seguridad, dejando en un segundo plano la buena gobernanza, léase, la democracia, el uso adecuado de los recursos y las libertades.

Existe un mecanismo para la preservación de la Paz y la seguridad, basado en la prevención de conflictos, incluso existe un mecanismo de alerta temprana dentro de este esquema, pero este mecanismo se ha mostrado inoperativo, como se evidencia con la situación en Centroafrica, en Sudan del Sur y el conflicto sistémico en la República Democrático del Congo. El protocolo sobre la creación del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana aprobado en Durban en 2002 y que entró en vigor en 2003 es el principal instrumento preventivo. Incluso ya antes, la declaración de El Cairo ya había abordado  la puesta en marcha de mecanismos preventivos, de gestión y de resolución de conflictos. El protocolo establece, entre otras cosas que el Presidente de la Comisión de la UA puede indicar al Consejo de la Paz y Seguridad que centre su atención en cualquier asunto que, en su opinión pueda poner en peligro la paz, la seguridad y la estabilidad en el continente.

La Unión Africana tiene una marcada influencia de los presidentes africanos, los creadores de conflictos que asolan Africa. Es imposible que los que generan problemas puedan resolverlos.

Es cierto que en la actualidad, la UA reacciona pronto ante casos de conflictos internos e interestatales, poniendo en marcha fuerzas de interposición o usando sanciones. Pero en general no funciona de manera adecuada ningún mecanismo preventivo. La prueba de ello es que la UA no ha enviado emisarios a entrevistarse con el dictador Obiang para que deje de violar las leyes. La continua violación de las leyes por parte del poder político confiere a éste el carácter de banda organizada para la comisión de delitos. Y consecuentemente pone en peligro la estabilidad y la paz.

Además de la arquitectura basada en la paz y la seguridad, la UA llegó al convencimiento, de forma tardía, de que debe haber otra arquitectura, basada en la buena gobernanza. Los gobiernos injustos y corruptos invitan a la inestabilidad política ya que ello es causa de conflictos. La UA erigió un instrumento jurídico para abordar esta segunda arquitectura, representada por la Carta Africana sobre Democracia, Elecciones y Buena Gobernanza, aprobada el 30 de enero de 2007. Una nueva forma de gobierno, basada en el respeto de los Derechos Humanos, elecciones libres y transparentes, la lucha contra la corrupción y el empleo adecuado de los recursos públicos (por ejemplo la transparencia en el uso de los recursos petrolíferos y gasísticos), supone una buena forma de evitar los conflictos en Africa.

Especialmente importante es el proceso electoral en este nuevo enfoque para lograr la Paz y  la estabilidad. Y dentro del proceso electoral se concede enorme importancia la existencia de una Junta o una Comisión Electoral Independiente que asegure un proceso electoral justo, limpio y transparente. El censo biométrico es una condición necesaria en el aseguramiento de unas elecciones limpias, justas y transparentes. Y es factible y poco costoso en una evaluación global.

La nueva embajadora de los Estados Unidos de América Sra. Julie Furuta-Toy, en su mensaje de presentación dirigido a las autoridades e invitados en febrero de 2016, dijo entre otras cosas lo siguiente (1):

 Me gustaría ver a Guinea Ecuatorial establecer una comisión electoral totalmente independiente representativa de la gama de puntos de vista políticos. Esto aseguraría a sus ciudadanos todas las tendencias políticas a su alcance y se beneficiarán de todas las garantías de libertad de movimiento, de reunión y de expresión, que están consagrados en su constitución

La apuesta de la señora Embajadora norteamericana por una comisión electoral independiente, es una apuesta por un proceso electoral limpio y, por ende, una apuesta por la Paz y la Estabilidad en Guinea Ecuatorial.

Guinea Ecuatorial firmó la Carta Africana por la democracia y las elecciones, pero no lo ha ratificado. Tras su aprobación por el consejo de ministros, la Carta Africana debía ser ratificada a finales del año pasado o en este año 2016. Si las elecciones se hubieran celebrado en la fecha que marca la constitución, hubiera dado tiempo para que el parlamento guineano ratificara la Carta. Obiang no quería que la Carta Africana por la Democracia hubiera estado en vigor antes de las elecciones, por eso las ha adelantado, poniéndose descaradamente en contra de la Constitución.

Eso suponiendo que hubiera hecho caso a la Carta Africana. Y es que el dictador va contra todas las leyes, como una forma de hacernos conocer, con su arbitrariedad mayúscula, su poder. Es decir, lo mismo que ahora acaba de ir contra la constitución convocando elecciones fuera del plazo constitucional, hubiera ido en contra de la Carta africana si estuviera ratificada. Quizá la diferencia, en este último caso, es que desde una referencia externa como la UA, se hubiera podido advertirle de la abominable decisión.

El cumplimiento de la Ley y de la Constitución por parte del régimen de Malabo al menos hubiera supuesto un logro importante en el camino por la conquista de las libertades y la democracia en Guinea. Su flagrante incumplimiento sistemático sitúa a la oposición en condición incómoda. Desde ella no cabe más camino que la rebeldía si desea reconocerse a sí misma como entidad y no como una bufonada.

Prof. Celestino-Nvo Okenve Ndo

Presidente de Unión Popular

(1)   http://spanish.malabo.usembassy.gov/ta-021116.html