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Editorial

NAVIDADES DE OBIANG : CALIENTE, CALIENTE!


publicado por: Magdalena ADA-ACURUBANG el 30/12/2003 22:07:38 CET

Medallas y decoraciones a la Palacio, azotes a la oposición ”del interior”, matrimonio del Príncipe y ”malamba” de los guineanos de Asturias... ya vienen los Reyes. Aleluya!
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Por Joaquín Mbomio Bacheng !
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Hosanna. Ana. Obiang tuvo razón en decorar a la excelente ministra de relaciones exteriores de Aznar en visita a Guinea en vísperas navideñas. Esta mujer del año merece todo un reportaje. El Tirano de Malabo tuvo sobre todo razón en azotar también a la oposición guineana del ”interior”, con torturas de primera mano a uno de sus distinguidos primos hermanos, el ex supergeneral Agustín Ndong Ona. Este fue uno de los jerarcas guineanos que en febrero de 1992 afirmaron a la asociación Reporters Sans Frontiers (RSF) que ”Obiang obraba por una verdadera democracia en Guinea” cuando RSF pedía libertad por los miembros de CPDS (Convergencia Para la Democracia Social) que estaban encarcelados en Black Beach. Ahora que él mismo está siendo azotado por el inevitable látigo de Obiang, en el mismo momento en que el ”monumento andante” de la derecha española lustre en su respetable pecho la más alta distinción del dictador guineoecuatoriano, ya puede afirmar, sin bromear, que su hermano es un gran demócrata. Es verdad que para la dormida monarquía española que acaba de despertarse ante la olímpica riqueza petrolífera de Obiang en Guinea, todo es a pedir de boca en este fin de año. Y, se considera a los guineanos como cordero pascual navideño de sacrificio ante el altar de la miseria tropical del poder español.

Cinismo de Madrid

Hace mucho que Obiang ya se dio cuenta del doble lenguaje utilizado por los dirigentes españoles en el asunto guineano. En Madrid los mismos que le llaman dictador en los mitines electorales son los mismos que van a pidirle limosna al tiempo que abusan también de la buena fé de la decretada ”buena oposición” de Madrid. Cuando un líder español postfranquísta se encuentra golpeando con su mano desnuda la puerta de hierro de las Cortes utiliza a la oposición guineana.

Fue el caso Aznar durante su campaña, pero cuando el hombre de los bigotes se colgó en lo alto de la Moncloa fue prontamente a postrarse ante Obiang. Lo que se ha demostrado con el viaje de placer de Palacio (la Ana) a Malabo en noviembre. Pero, el hombre de Malabo, que ya conoce el cinismo de las mujeres y hombres de Madrid, como él solo, dió una merecida lección de realismo político a la mujer de las melenas. Porque la cabeza de la diplomacia española fue en busca de asilo económico en Malabo. Católica, con votos de Castilla y pañales de virginidad política, Ana sabe que Adviento es tiempo de espera en las iglesias y periodo santo de visitas, incluso en los Eldorados tropicales.

Obiang emitió su cheque salido del banco petrolífero guineoecuatoriano. Un pequeño tesoro de pirata que se trajo con premura a vaciar en las arcas del Palacio (de Oriente) donde se prepara con furia española y frenesía popular el matrimonio del Príncipe con una mujer de Asturias. En tiempos de Hitler también se trajo oro nazi a España.

Como ya tiene por costumbre el hombre de Malabo, en el revés de la medalla ganada por la española Obiang puso también como testimonio histórico su factura política: un culebrón navideño de represión quineana que se traga majestuosamente en el seno del poder español como un pavo real ¿Además, si Palacio (la Ana) no hubiese sido galardonada por un Obiang generoso quién sería aquel estadista avispado que hubiera podido destacar, para la historia, su disparatada cabellera diplomática que siempre busca su cabeza? Porque en las cámaras de la televisión guineana, junto al sólido ministro guineano de Exteriores, Pastor Michá, la mujer de Madrid aparecía desnuda como la mujer de los cuadros de Sábato. No tenía nada ni traía siquiera una cesta de viaje para ofrecer a la Guinea de Obiang.

En periodo navideño andar sin nada es una proeza. Este nuevo estilo de nudismo político también se contempla con sabor tanto en Africa como en Europa.

De Palacio en Palacio a Palacio

Otra de las proezas de Ana (la Palacio), junto a sus servicios de asesoramiento de la oposición
guineo-española o hispano-guineana (ya no se sabe de qué oposición se trata y en esto Obiang también tiene razón, sin contar con la nueva oposición al nuevo gobierno formado en Madrid por un nuevo Severo Moto), fue el cabezudo envio de miembros del ”Pacto de Madrid” a Ginebra, en marzo de 2001, para asistir al 56° periodo de sesiones de la Comisión de los derechos humanos (DDHH). Al leer esas líneas, en los labios de mi célebre paisano democristiano, se dibujará, forzadamente, una leve sonrisa de sabor agridulce, al recordar aquel viaje relámpago a Suiza, adonde pudo contemplar los inmensos salones ginebrinos del Palacio (de las Naciones Unidas). Hoy, el antiguo protegido de Oscar Alzaga (aquel que entró en la arena política de la España postfranquista como un espontáneo de las Ventas y desapareció sin oreja ni aplausos, aunque muchos dicen que fue el partido de Marcelino Oreja el que le cortó el camino) sigue preguntándose lo que fue a buscar en Ginebra, en un vuelo forzado por la no pudorosa acción diplomática española, ofrecida por el gobierno de Aznar y de Ana (la Palacio) exclusivamente a los miembros del ”Pacto de Madrid”. Estos viajaron a Suiza en una helada primavera helvética. Al frente de esta expedición, en las inhóspitas tierras onusianas, estaban los que se designan como futuros altos mandos del ejecutivo guineano. En Madrid, el Ministerio de Palacio (la Ana) no tenía conocimiento del programa del Palacio (de la ONU) ni el orden del día de la Comisión de los DDHH. De modo que cuando llegó la selección guineana de la oposición en la ciudad de las Naciones todos los hoteles ya estaban repletos. Se les mandó a Lausana, en la capital olímpica, donde se pasaron de catalanes para beneficiarse de la agradable hospitalidad de la ”ciudad condal” de Juan Antonio Samaranch, también patria de exilio del honorable Joseps Tarradellas, que en paz descanse. Después de conseguir, a duras penas y no sin ahinco catalán, un albergue (”un auberge espagnol”, como los llaman en esas tierras) la comitiva madrileña de la oposición guineana para la democratización de Guinea en España regresó a Ginebra para asistir y participar ”con pleno derecho e independencia” en los debates de la 56° sesión de la Comisión de los derechos humanos.

Destacaba el hecho de que algunos, para ser seleccionados por la bigotuda severidad de la Moncloa, tuvieron que renunciar a su dialéctica habitual de ”crítica inútil y persistente a la Madre patria”. De regreso al Palacio ( de Ginebra), ya no había tiempo, porque los billetes de avión que se había negociado a viva voz en Madrid a altas horas de la madrugada con empleados de Iberia que empleaban tacos muy duros incluso para un toro sevillano, llegaban a su expiración. Los miembros del ”Pacto de Madrid” regresaron a España el mismo día en que se empezaba el debate del punto 10 del orden del día de la Comisión que trataba precisamente de la situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial. Sólo tres grupos guineocuatorianos, muy competentes, pudieron asistir plenamente en estos debates, el grupo de RENAGE (Resistencia Nacional de Guinea Ecuatorial) presidido por Daniel M. Oyono que integraba también a Aquilino Ndong Ona Nchama, la delegación de CPDS conducida por el doctor Wenceslao Alo Mansogo y la misma delegación gubernamental de Malabo, dirigida por el ministro Ruben Mayé. Así regresó, impotente, la imponente comitiva patrocinada por el gobierno de Palacio (la Ana) sin participar en ningún debate serio en el Palacio (de la ONU).

Victorioso fracaso

Sin embargo, la nave de Ana (la Palacio) venía cargada de pesos pesados del ”Pacto de Madrid” más de cinco prohombres bien nutridos por ”la democracia española”, de 90 a 120 kilos cada uno (siendo mucho menos su peso específico en Guinea), de esos que Obiang tilda de ”comelones de las patatas del Rey”, cuando se enfada; ”porque yo también tengo derecho”, suele añadir, reivindicativo, refiriéndose siempre a las famosas patatas. El ministro ecuatoguineano de justicia, Rubén Mayé, representante del gobierno guineano y especialista del tema onusiano, se permitió incluso el lujo de lanzar ”un llamamiento” a la oposición guineana para analizar en un clima ”fraternal ” la futura y trascendental decisión de la Comisión de los derechos humanos de la ONU, en suprimir y retirar en el capítulo de las violaciones de los derechos humanos, el caso guineano. Un año después, en abril de 2002, cuando Obiang todavía seguía azotándo con su látigo a los militantes de FDR (Frente Democrático Republicano) que acababa de detener, con torturas físicas y psicólgicas a Ondó Obiang y Plácido Micó, el ministro Ruben Mayé celebraba la victoria anunciada de la diplomacia guineana en la ONU, en el lujoso restaurante del quinto piso del Palacio (de las Naciones Unidas) ”Le Restaurant”, como lo llaman los diplomáticos helvéticos. Esta vez en el menú estaban ”las patatas de Obiang” preparadas por ilustres cocineros del Palacio (de las Naciones). Poco antes había aterrizado en el aeropuerto Cointrain de Ginebra, en un vuelo especial, enviado por el mismo jefe de Estado, el primer ministro, Cándido Muatetema, para destampar el champán del triunfo del dictador de Malabo en el Palacio (de Ginebra). Mientras que un funcionario del ministerio de Palacio (la Ana) iba distribuyendo sin decoro un cobarde y escueto comunicado comunitario de dieciocho líneas redactada por la presidencia española, deplorando su fracaso.

Era un Trafalgar diplomático. Pero Ana Palacio había ganado.

Una arquitectura del esperpento!

También en el caso de Irak, donde la superpotencia norteamericana ha ido a la captura de un pobre árabe, el ladrón malo de Bagdad que retó a Cristo en la cruz, Sadam Hussein, la titular de la cartera de Exteriores se fue, siempre sin pudor, a las cruzadas y dio mucho brillo a su aristocrático apellido: Palacio. Una arquitectura muy útil en la construción de un reino.

Sobre todo para la edificación de una monarquía alocada con sueños de grandeza. Cuando, olvidándose de lo dicho por destacados hispanístas que ”España tiene su Oriente en casa”, va a la reconquista de su propia esencia. Caso clínico, irónico y característico de esta España, ”nueva potencia sin aviones de transporte logístico” , que va noblemente a por los molinos. Es lo que Juan Bautista Osubita llamó ”nobleza y realeza en la sangre de don Quijote”, el título de la obra que le valió un premio en la Sorbona. Así vemos todos hoy a España en el mundo. Un monumento gigante, como Pantagruel y Gargantua, que corre por los campos de Montiel, abriendo surcos corsos, obra de la arquitectura diplomática de Palacio. Ora en Roma, junto a Juan Pablo II, ofreciendo los restos mortales de los Reyes Católicos de la mano de este gran personaje con hambre de Napoleón, bigotes de poder y paso de duende. Vestigio de los mitos castellanos de la España franquista.

Se ofrece a Su Santidad dones de la mujer de la Reconquista, la cual, Santa no borbónica, recomendó con su credo y fé la expulsión de los árabes, de los judíos y de los berberíscos. Ora, esa misma España, que ya sólo viaja en palacios de petroleo como Palacio su ministra, va a Nueva York, país de los judíos: de los judíos berberíscos, de los judíos árabes, de los judíos católicos, de los judíos negros, de los judíos blancos, de los judíos de todo, omnipotentes, a suministrar a la primera potencia de la tierra, los Estados Unidos, en estruendosa unión de panderetas con los cañoneros laboristas de Londres. Ana (la Palacio) encabezó esta linda operación de cola de león, con la imagen de la Dama de Elche que va a Compostela. Esta imagen le fue fatal en la televisión. ”La Excelentísima ministra”, como la llaman en Malabo,
aparecerá llanamente en la pantalla de CNN como una grata y reconocida cenicienta de Galicia ante el poderoso secretario de Estado americano. En los corredores del Consejo de seguridad, la Ana (Palacio) va siempre corriendo detrás de un fornido y portentoso hombre negro con mentón de Duce, Colin Powel.

El interrogante !

Entonces aquí se habre un doble interrogante, con notas del concierto de Aranjuez, si se me permite, añadiendo también una pequeña fuga de Falla. ¿Es ésta la España que va a conquistar Arabia, Persia, Babilonia, Mesopotamia y mil pozos de petroleo en Oriente, capturando, de paso, mil perdices para las próximas nupcias de Navalcarnero en una sola noche de bombardeo americano? ¿Es esta, digo yo, la ”Madre patria” que en una noche de San Juan, con rayos y truenos y montes de Getsemaní, va abrir las puertas del poder al proclamado gobierno del exilio desplazando las mil montañas de Mahoma y situando a Obiang Nguema entre las rejas de la Bastilla, en el lugar y sitio de un rey borbónico? A Valle Inclán, don Ramón, no le gustaba que le hablen del surrealismo. Él había encontrado providencialmente su propio género, divino, para él solo.

Tal como la Santa Teresita de Jesús supo trazar en Avila el cerco de su via crucis, ascética y mística. Intra muros. Como escribía el otro día Celestino Okenve y todos los guineanos tomamos nota. La visita de Palacio (Ana) a Guinea fue un golpe de esperpento que despertó al dictador ecuatoguineano de su sopor del ocaso con nuevas detenciones y torturas contra altos cuadros de nuestra patria, derramando de nuevo sangre guineana inocente. Se notará también que la sangre que Obiang derrama inutilmente en Guinea nunca es española, ni francesa, ni americana, las tres potencias que se llevan todo lo que hoy se puede robar y pillar en Guinea. Los que caen son siempre guineanos. Sangre de nuestra sangre. En el esperpento el problema de los personajes es real y no imaginario, es físico, incluso fisiológico. Son los miembros. Las piernas que tiemblan o las manos que se agitan.

Con Ana (la Palacio) el problema es monumental. Está en la arquitectura labial, en la lengua, en el verbo, en sus hechos y dichos. En el discurso pronunciado en la última sesión del Consejo de seguridad antes de la II guerra de Irak, el 14 de febrero de 2003, Palacio (la Ana) no sabía dónde poner su lengua, leía en su propia lengua (el castellano) y sin embargo se tragaba la lengua, se comía algunas letras, las más sonoras, las vocales, ponía incomodo a no pocos ”hispanos” por sus pequeños errores de lectura durante su discurso. Fallos que hicieron decir a los ”machos” del Pentagono que ”aquel Reino de nueva Reconquista no tenía garras de imperio ”. Un Tejero lo hubiera hecho mejor. Pistola en mano y gritos en la asamblea. Eso es lo que esperaban los gringos de sus amigos de Covadonga. Pero, en Guinea aun quedan caballeros en los campos de Montiel, como Obiang (el dictador), que como ya no quedan doncellas vírgenes en estado prenupcial para proteger, vienen sembrando la muerte tras los surcos de la mujer de la triste figura. Obiang y Palacio serían la pareja ideal nevideña como regalo de los Reyes que vienen.

En Asturia llegan los Reyes

Es así y es Navidad. En Asturia llegan los Reyes, esos que regirán, mañana, en la monarquía española. Ya anunciaron su próximo y feliz enlace. Será en el 2004 por eso también se fue Ana (la Palacio) a Guinea. En Asturias, patria de la novia del Príncipe, la noticia llegó como una cesta de Navidad. Yo había pedido, hace poco, en mi último artículo ”la larga marcha de Macías”, un reconocimiento postumo del Principado a los mártires republicanos de Asturias. No sabía entonces que el gesto del Principe sería tan entrañable, con peticiones de mano y entrega de dote. En Guinea, entre los fangs, eso se llama ”Aluck”. Se da el ”Nsua” y se recibe el ”Eguonga”. Es verdad que la región de Asturias siempre se ha distingido por su osadía en aceptar matrimonios aparentemente prohibidos. Como aquel enlace histórico del líder sindicalista barbudo (quiero decir socialista) asturiano, Manuel Llaneza, con el entonces dictador Primo de Rivera. Un entronque altisonante que se rubricó en la sesión del Consejo de Ministros de agosto de 1929. De este matrimonio nació una hija que se encarnó con el nombramiento de don Francisco Largo Caballero, vicepresidente de la UGT (Unión General de Trabajadores), al puesto de Consejero de Trabajo. En el mismo año 1923, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) ordena a sus diputados y concejales provinciales a colaborar con la administración de la dictadura de Primo de Rivera. Como se ve, en Asturias, la virginidad política no siempre va a misa.

Ha sido muy astuto, don Felipe, al abrir su pecho encendido a la patria de don Pelayo. El poder por el trono se gana de corazón conquistando un terreno ya muy abonado. Avanzando palmo a palmo, desde el Norte hasta el Sur de España. Ganando por la causa de la nobleza a esa gente obrera de origen modesto. Asturias es pueblo de trabajadores, una antigua cuenca minera de onda tradición laboral y larga militancia política. De Asturias salieron con entusiasmo muchos milicianos republicanos para luchar contra los ”fachas” durante la guerra civil española. Sólo consiguieron llegar a León. El cuerpo de Ejército del general Mola les cortó el paso. Enemigo de los asturianos Mola también lo fue del infante S.A.R. don Juan de Borbón cuyo avance de infante detuvo en el parador de Aranda, de camino a Somosierra, en agosto de 1936. El futuro abuelo del actual príncipe regresó a la retagurdia francesa sin llegar al frente español. Con él regresaron a Francia muchos huidos de España. Hoy, por su apoteósica unión, el Príncipe y Asturias lavan la doble afrenta. Y los guineanos también Para nosotros los guineanos, por lo menos en lo que nos afecta, Asturias es la patria de adopción para muchos oriundos de nuestro país que viven en España. Asturias es también la tierra madre de numerosos españoles del Principado cuyos padres vinieron de Africa. De esa Asturias de población negra citaremos algunos nombres. Gente que no se mencionará en los anales de la crónica real.

Tal como se olvida muy a menudo la celebridad negra que escribió con letras de oro uno de los monumentos literarios del Renacimiento español, la Austriada, obra de Juan Latino, un africano. En asturias viven negros africanos, muchos que vinieron de Guinea. Son numerosas familias, repartidas principalmente en las dos capitales asturianas: Oviedo y Gijón, pero también Avilés.

Langreo, Lugónes, etc. Se dice que uno de los primeros guineanos que llegó en el Principado fue un bubi, se estableció en Oviedo. De Oviedo se han formado muchos guineanos, algunos hoy son ministros, es el caso del dirigente guineano Secundino Oyono Agoung Adá. Un intelectual de buena escuela. Hizo sus estudios en la Universidad de Oviedo. Ayudó a los ”barbudos” asturianos a conquistar el poder a principios de los años 80. Cuando los amigos de Felipe Gonzalez empezaron a afeitarse y llevar trajes de alpaca se ”olvidaron” del compañero guineano. El guineano se fue a Guinea y Obiang, justo como Salomón, le nombró ministro delegado de justicia y culto. Otro guineano, Fidel Mañana, el doctor, que dirige una clínica en Extremadura, es también una las personalidades guineanas que se destacan en Oviedo por su hospitalidad y solidaridad africana. Todos le conocen por su larga y experimentada militancia tanto cuando todavía era estudiante en la Facultad de medicina como actualmente asesorando al personal político que le solicita. También destaca, con merecida fama, la Manoli, la inevitable Manuela Rosa Monayong que trabaja en el Hospital General de Oviedo. Esta mujer no solo es una excelente profesional que acoje y ayuda a muchos de sus compatriotas, sino también se trata de una mente pensante que sabe analizar con lucidez los problemas que asolan a la mujer guineana en España. Madre de cinco hijos, Manuela Rosa es un modelo de dignidad de la mujer africana en las inhospitas tierras del Norte. En Asturias también empiezan a germinar iniciativas privadas que fomentan el intercambio comercial entre España y Guinea, es el caso de Rosa Oyono, especialista de relaciones comerciales. Aprovechando un primer impulso que le dio el centro CENIT de Oviedo, Rosa Oyono se ha iniciado a la gestión comercial de intercambios entre Guinea y Asturias.

El africano que llega al Principado puede encontrar en Oviedo productos africanos e información de primera mano en el puesto comercial de Lola y en la peluquería de Chuchu. Allí se sentirá en su casa y se enterará también que la capital asturiana está siendo animada, desde hace años, por una dinámica organización cultural de estudiantes guineanos que no se limita en acompañar la vida estudiantil de sus miembros sino que se ocupa también de la integración de guineocuatorianos en el tejido social asturiano. Esta asociación organizó, hace poco, una importante conferencia del escritor Donato Ndongo Bidjogo, una de las mayores expresiones del pensamiento guineano actual. En Asturias se bebe también ”malamba” de Guinea que es la sidra local. Finalmente Obiang debería dejar por un momento su látigo y visitar Asturias, imitándo al Príncipe, con una mano en el pecho y otra con flor de mayo. En Oviedo verá también que en España hay guineanas y guineanos profesionales activos con iniciativas que no andan en pañales, aun en Navidad, como la ”Excelentísima ministra” de Aznar en Guinea. Ana. Hosanna!



Joaquín Mbomio Bacheng




Fuente: Melle ADA - Service Presse CRAMOEG

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Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos

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