-- Madrid.- 29 de septiembre de 2004. Cualquier observador mínimamente atento a los vaivenes de la oposición democrática de Guinea Ecuatorial, en busca de una solución definitiva al progresivo deterioro de la situación política y social de Guinea Ecuatorial, puede haberse dado cuenta de que no se trata, en absoluto, de una oposición normal y juiciosa.

En el año 1.983, se producía en España un acontecimiento que bien podría considerarse histórico. Nacía en la ciudad de Zaragoza (actuando de excepcional y dinámico anfitrión, Don alejo ECUBE), La Junta Coordinadora de las Fuerzas de Oposición, de Guinea Ecuatorial.
Durante los días 1, 2 y 3 de Abril de ese año, se reunían en la capital aragonesa, componentes de la OTEPGE (Organización de Técnicos y Profesionales de Guinea Ecuatorial) y los cinco Movimientos políticos de oposición, guineanos en España:(A.N.R.D., U.P., Mo.Li.Fu.Ge., Organización de los Pueblos de Guinea Ecuatorial, Unión Bubi, y el Partido del Progreso, que, con la nueva vitola de Partido y no de movimiento, irrumpía en el mundo de la oposición en el exilio (España) con la marca ideológica de la Democracia Cristiana, aportando, además, (según afirman sus dirigentes) el documento base para la formación de lo que al final acabó siendo la primera experiencia de conjunción de fuerzas de la oposición, frente a la dictadura de Obiang Nguema, la Junta Coordinadora de las Fuerzas de la Oposición.

Severo Moto confió esta experiencia al liderazgo del Abogado Don Francisco Ela Abeme, tras una serie de empates a la hora de elegir al Secretario General de la Junta. Desgraciadamente, esta experiencia se esfumó en un tiempo demasiado breve.

Ya, conscientes de la necesidad de disponer de una plataforma aglutinante de la oposición, nació, en Madrid el PACTO DE MADRID, bajo el liderazgo de Don Francisco Jones Ivina. Una plataforma que constituyó un primer modelo del ejercicio de disidencia, discrepancia y acaloramiento interno que luego ha distinguido casi siempre a la oposición guineo ecuatoriana. El pacto sucumbió ante el reto de tener que trasladarse una delegación a Guinea Ecuatorial y plantar cara a la tiranía de Obiang Nguema.

El Partido del Progreso, liderado por Severo Moto, que ya había puesto en marcha en junio de l.988 la primera experiencia arriesgada de trasladarse a Guinea Ecuatorial para solicitar su legalización, volvió a protagonizar la misma aventura el 2 de Mayo de 1.992. Don Miguel Eson Eman, Don Andrés Moisés Mba Ada y Don Secundino OYONO se añadieron a esta nueva experiencia de riesgo. Era todo un revulsivo, una inyección de valentía y de ánimo a las latentes formaciones políticas que fueron emergiendo después en el territorio nacional. La población guineana, en uso de su legítimo poder “obligó” a las formaciones políticas de oposición a articularse en una plataforma o coalición que facilitara un voto popular común a favor de la oposición y contra la tiranía de Obiang Nguema (P.D.G.E.).

Y nació la P.O.C. (Plataforma de Oposición Conjunta). Severo Moto y el Partido del Progreso, en un alarde de generosidad política inusual y desconocida, cedieron el liderazgo de la P.O.C. al C.P.D.S. en la persona de Plácido Micó.

Ningún observador o conocedor de la realidad ignora que fue gracias a la aglutinación de fuerzas en una sola plataforma, lo que permitió que la oposición democrática abatiera por un vergonzante 80% de votos al P.D.G.E. y sus partidos títeres, en las elecciones municipales del 17 de septiembre de l.995. Nadie, por más ciego que quisiese ser, desconoce que en la gran coalición de la oposición democrática, un Partido, el Partido del Progreso se constituyó en la poderosa maquinaria de dicha victoria electoral.

Algo quedaba, por tanto absolutamente cierto: Guinea Ecuatorial necesitaba (necesita inapelablemente) imitar el ejemplo de la República de Chile. Se daban entonces y se siguen dando las misma circunstancias en Guinea Ecuatorial que en Chile. A saber: una dictadura férrea, liderada por Augusto Pinochet, que obligó (al margen de las matanzas internas) a la población a verse disminuida por el masivo exilio que sangraba el país y hacía crecer el poder de la tiranía; y una multiplicación de partidos políticos y corrientes ideológicas, que, como es natural, se movían en un amplísimo espectro de izquierda a derecha. A la hora de la verdad, a la hora de encarar con decisión, ante la comunidad internacional, y con la comunidad internacional de testigo, asesora y de apoyo, todos los partidos “apretaron las filas” en torno al partido que más perspectivas y gancho electoral presentaba: el Partido Demócrata Cristiano. Se forzaron las elecciones y Pinochet, pasó a la historia de la vegetación que hoy sufre. Chile, la gran triunfadora, maneja hoy con gran pericia el juego de la alternancia del poder, entre los demócratas cristianos y los socialistas; atentos, en todo caso, a lo que en cada nueva elección decida el propio pueblo, con su voto libre.

Guinea Ecuatorial se desangra y gime bajo la bota espinosa de un militar, de un Capitán General, asesino, ladrón, traficante de armas y de droga, destructor de libertades y de derechos humanos: Obiang Nguema (Igual que en Chile).

Tanto dentro como en el exterior (exilio abrumador) de Guinea Ecuatorial existe un legítimo hervidero de partidos y movimientos políticos de oposición al terrorismo que Obiang Nguema desarrolla dentro del país, incluso fuera. Por más iguales que se pretenda que son todos los partidos y sus líderes, siempre hay un partido, que ante el pueblo guineano y la comunidad internacional disponen de gancho popular y de más y mejores intenciones de voto. (Igual que en Chile)

¿Son los partidos políticos de la oposición democrática de Guinea Ecuatorial, de dentro y de fuera, capaces de encontrar ese Partido y articular en su entorno una gran coalición electoral? (¿Igual que en Chile?)

Pase lo que pase con ese país, cualquiera que sea el camino que lo conduzca a la alegría de abandonar las garras del tirano asesino Obiang Nguema, las elecciones, a tiempo, libres, transparentes y justas (presidenciales, generales o municipales) serán la única piedra de toque para le legitimidad del cambio. (Igual que en Chile)



Fuente: gobierno en el exilio

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