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La sociedad tradicional, su perversión en el régimen Obiang-Meao y el Nuevo Socialismo Africano. publicado por: Carlos Jorge Ruiz el 04/06/2007 21:02:49 CET
Nuevamente hemos asistido a un intercambio dialéctico entre nuestro contertulio Pedro Nolasco y Miguel Oyono, la voz de su amo Obiang en el Foro de GE. Pedro, efectivamente, la sociedad tradicional fang era todo un ejemplo de participación tal vez, condicionada por la técnica, tal vez por el entorno y por la dinámica misma del sistema. Sabemos que el núcleo básico del grupo era el familiar, de tipo patriarcal en los fang. El poblado era una agrupación de núcleos familiares que podrían establecer relaciones entre si de alianza y seguridad. Instituciones como los consejos de ancianos, la casa de la palabra, compensaban el poder, lo distribuían, lo controlaban. La misma organización celular comunitaria de la sociedad, con cada célula organizada en cuanto a la distribución del trabajo en función de las necesidades de la célula, del poblado, la misma distribución de ese trabajo dentro de la familia y del poblado, la misma actitud comunitaria frente al consumo colectivo, ante la distribución de bienes objeto de consumo, aunque limitado. Y la agrupación de células familiares en otras superiores, poblados o, agrupaciones de poblados establecidas por alianzas familiares en las que la distribución del trabajo, de las tareas, se realizaba en función de las necesidades sociales de todos, no económicas individualizadas, donde lo colectivo enterraba lo individual, y el colectivismo y la solidaridad al espíritu competitivo y de ostentación diferenciadora de riqueza o poder. Y en cuanto a la explotación de la tierra lo mismo, el mismo espíritu comunitario en su explotación; tierra de la que nadie era o podía considerarse propietario; era, todo lo más el grupo, la familia, el poblado, su el usufructuario sin más condiciones que las impuestas por su empleo fundamentalmente comunitario no privatizable y de uso exclusivo ya en sus frutos, como en sus beneficios. Era el “tradicional socialismo africano”, nuestras raíces que, pueden explicarnos el motivo de nuestra pobreza actual al intentar formas de organización que para nada tienen en cuenta nuestra idiosincrasia, nuestra identidad tradicional, nuestras raíces de pueblo comunitario, solidario, de coordinación de células con un fin colectivo común, muy diferente del modelo occidental que se nos ha impuesto basado en lo individual, en la competencia que no es tal, en el mercado que no es tal, en instituciones que son una simple pantomima al servicio del expolio de nuestros pueblos y en beneficio de los occidentales. Nunca hubo conflictos entre poblados por la tierra, dado que no se extraía una ventaja individual o individualizable con beneficios para un individuo. En condiciones de comunidad colectiva, era impensable no llegar a acuerdos y a arreglos amistosos, incluso entre poblados colindantes. La tierra, una propiedad colectiva que establecía una especie de vinculo sagrado entre generaciones, que unía en una especie de ”altar lleno del espíritu de los antepasados”, ya sea en el mismo suelo, ya en el subsuelo, ese que se llevan y nos roban por millones de barriles día. La tierra, el subsuelo, era de todos y nadie podía considerarla propia y privada de un solo individuo ni apropiarse de una manera diferencialmente ventajosa, de sus frutos, tal y como pasa ahora. El colonialismo trastocó todo eso y el neo-colonialismo, sigue potenciando al máximo ese saqueo propiciando un poder que, para nada tiene que ver con lo tradicional, mas bien, todo lo contrario. Así pues, lo tradicional que evoca Oyono, para nada que ver con lo actual, que enajena a extranjeros el subsuelo y la tierra en unas cantidades que hacen de ese altar un auténtico crimen contra la tradición africana, contra lo tradicional en Guinea Ecuatorial. Oyono comete una especia de blasfemia al hablar así de lo tradicional y de la familia. En realidad es su perversión. La utiliza para tratar de mantener y despistar sobre la verdadera situación, la más contraria a esa situación de la que habla: la sociedad tradicional fang. Lo familiar también distribuía el trabajo colectivamente y sus frutos entre la colectividad cuyo consumo, era colectivo. No se concebía nada parecido en al sociedad tradicional a la figura del trabajo asalariado, al salario pagado al trabajador individual, figura aportada e impuesta por el mercantilismo, el capitalismo y el colonialismo. Trastocó muchas tradiciones en la que la colectividad - la familia entre ese colectivo - era la célula que organizaba socialmente el trabajo y el consumo de sus frutos. Para nada que ver con la situación actual donde unos mangantes – el régimen Obiang-Meao - ni siquiera saben ni pueden imponer unas normas mínimas de comportamiento ético del modelo que dicen seguir de mercado capitalista. Son una degeneración de todo. De la organización familiar, queda algo que, por lo menos, ayuda a aguantar la situación de desastre generalizado: los funcionarios, o los militares, o los empleados de las empresas mercantiles que tiene que soportar ahora, ya sin la disposición de un trabajo socializado, a una enorme familia que pide como pedía cuando la sociedad tradicional, pero sin participar, como antes, en la producción, ahora asalariada e individualizada y de uno o dos miembros de la familia solamente, cuando no en precario o a tiempo parcial. Muchas dificultades pero, es efectivamente, la pervivencia de lo familiar tradicional lo que, en parte, evita el desastre y el hambre extremas en las grandes ciudades. También explica el porqué se ha derrumbado - sin alternativas - la producción interior de alimentos de consumo. Todos a la ciudad a depender del asalariado de turno o a trabajar en sub-empleos que se consideran falsamente, más prometedores (falsas promesas en realidad) que el destino y la permanencia en el poblado, ahora, totalmente desestructurado, roto lo tradicional en ese mismo ambiente, roto el tejido social, rota la finalidad social de la producción y del consumo. Hemos visto cómo Oyono recurre a lo familiar. Lo familiar sigue pero en su perversión. El mismo tiene que ”colocar” a sus familiares, tiene que proporcionarles seguridad, futuro, ...se lo exigen porque es de la ”familia” y en un ambiente en el que lo tradicional ya no es más que una quimera vacía del pasado, tiene su pervivencia perversa en las formas actuales que para nada tienen que ver con el pasado tradicional. Son su perversión, es nepotismo, amigismo, clientelismo, ...perversión. Perversión que introdujo el colonialismo y la mercantilización (el capitalismo) con figuras claras como el ”jefe” que se pasaba ya sin problemas en su gestión, dando cuenta únicamente, no ya a la autoridad del poblado (Consejo de ancianos y casa de la palabra) sino a la autoridad colonial capitalista, en todos los campos. Y esa degeneración produjo el ”jefe” capaz de pensar que podría hacer lo que quisiera, liberado ya de los lazos orgánicos tradicionales. Actuar en modo absolutista, sin rendir cuentas a nadie, en una sociedad desestructurada por el mercantilismo en el que, se hacía sitio, cada vez con más dificultad, la sociedad tradicional que, se apagaba poco a poco, se degeneraba a paso firme y seguro. Podemos entonar, entonces, un adiós al antiguo ”socialismo africano” sin siquiera haber puesto las bases PROPIAS de un NUEVO SOCIALISMO AFRICANO, PLURALISTA, EN LIBERTAD Y EN DEMOCRACIA, que retome lo mejor de nuestras tradiciones y las actualice para que quepamos todos en libertad. Seríamos capaces de renunciar a ese individualismo egoísta y a esa especie de espíritu competitivo, a esa vida artificial que nos han impuesto los occidentales colonizadores y neo-colonizadores y que nos enfrenta, y crea monstruos perversos como el Oyono o como el Teodoro Obiang, vida artificial basada en el lujo, en la ostentación de riqueza exclusiva y apropiada individualmente, que hace referencia también a poder, ejercido de modo absoluto, por contraposición a nuestra sociedad tradicional, sin preocuparse por el colectivo, solo, si acaso por lo familiar, pervivencia perversa de un pasado tradicional. Y Oyono insiste en el núcleo familiar cuando, precisamente, ha contribuido a deteriorar al máximo ese núcleo, en referencia a la sociedad tradicional que no admitía esos caciques absolutistas, depravados, consumistas ostentosos, ejerciendo un poder omnímodo al margen de cualquier control, todo lo más alejado posible de lo tradicional y de los que seria un nuevo modelo de socialismo africano en libertad y democracia para todos.
Carlos Jorge de Moganda Liga Espartaco
Fuente: Foro Democrático de Guinea Ecuatorial.
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