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Editorial

Lecciones y contradicciones de la política exterior del gobierno Zapatero


publicado por: Celestino Okenve el 08/09/2007 14:48:53 CET

Lecciones y contradicciones de la política exterior del gobierno Zapatero

Exilio, 8 de septiembre de 2007

España mantiene desde hace tiempo unos compromisos internacionales que le obligan a desplazar a parte de sus fuerzas armadas a regiones remotas. Actualmente hay al menos un contingente en Afganistán, otro contingente en la antigua Yugoslavia, otro en el Líbano y otro en el antiguo Congo Belga. Afganistán es una zona sometida a enfrentamientos armados internos desde la implicación de la antigua URSS en la guerra contra los talibanes llevada a cabo por el presidente prosoviético. La antigua Yugoslavia ha sido escenario de continuos enfrentamientos armados internos desde la muerte del mariscal Tito, quien habia conseguido aglutinar con éxito a las diversas nacionalidades balcánicas bajo el amparo de un estado multinacional, multiétnico y mutireligioso. El ex-Congo Belga estuvo gobernado por el dictador Mobutu, responsable del asesinato de Patrice E. Lumumba y de la debacle posterior del pueblo congoleño, yendo el país, tras la caída del dictador, a un estado de guerras fratricidas que demandaron uno de los mayores esfuerzos jamás emprendidos por las Naciones Unidas.

Como ejemplo, En 15 años han muerto en la ex-Yugoslavia (Bosnia, Kosovo, etc) 20 militares españoles y un intérprete. 1900 millones de euros han sido destinados a la antigua Yogoslavia, acompañados por al menos 68 millones de créditos FAD. En todas las misiones de paz, España ha perdido a más de 125 hombres y mantiene más de 3 mil soldados en el exterior.


España justifica estos esfuerzos económicos y humanos aduciendo que son necesarios para estabilizar estas regiones a fin de devolverles la paz, que es un bien de la humanidad asumido por los gobernantes españoles. Y además de la paz, España trabaja por el desarrollo de tales regiones remotas, un objetivo solidario que es otro bien deseado por los países organizados, desarrollados y civilizados.

La solidaridad internacional que desarrolla España es asumida por sus gobiernos, no sólo como un mandato de las Naciones Unidas sino como un mandato emanado de los pueblos españoles, cuya sensibilidad solidaria ha quedado en evidencia en numerosas ocasiones. Eso debería ser así sea cual sea el color del partido en el poder. La experiencia que tenemos empero es que el partido popular no tiene sensibilidad ni doctrina afín a esta lógica, ni sintoniza con la sensibilidad del puelo español para con los pueblos que sufren, ni asume el mandato de las Naciones Unidas como dimanente de la legitimidad internacional. Pero ahora tenemos al PSOE en el poder y las contradicciones están en la cúspide.

La Paz Internacional y el Desarrollo Económico que persigue la Solidaridad son por tanto unas metas para los que gestionan la política exterior del Reino de España. Ambos elementos -paz y desarrollo- deben formar parte de lo que de forma general se denominan Intereses de España. Así, si fuera a formalizarse una doctrina de política exterior en España al día de hoy, basada en las acciones externas desarrolladas por España en los últimos 10 años, podría decirse de forma simple que la política exterior española es una gestión de los intereses de España en el exterior y entre esos intereses está la Paz Internacional y el desarrollo de los pueblos (amigos).

Los compromisos para el mantenimiento de la paz internacional se desarrollan actualmente en un espacio multilateral, normalmente dentro del ámbito del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en oposición a la gestión basada en la cooperación bilateral con un país como los Estados Unidos de América, modelo que fuera llevada a cabo en el pasado, erróneamente, por el gobierno de José María Aznar.

La solidaridad a su vez se desarrolla en dos vectores principales, a saber, en acciones tendentes a aliviar el sufrimiento humano en casos de catástrofes y en acciones tendentes, en teoría, a aliviar la pobreza y a promover el desarrollo económico de los colectivos humanos que viven en las áreas que España, con acierto o con desacierto, define como zonas de interés. Para implementar esta acción de solidaridad existe la Secretaria de Estado de Cooperación, que actúa a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (al Desarrollo) AECI.

En principio esta es la lección parcial que se deriva de las acciones exteriores de España. Hay un cuerpo de instrumentos legales que orientan y ordenan esta acción externa, como la Ley de Cooperación Internacional (Ley 23/1998 de 7 de julio. BOE n.162 de 8 /7/1998), al que han de sumarse todo los acuerdos, tratados y convenios internacionales suscritos por España, entre los que destaca la Carta que regula la Organización de las Naciones Unidas y el tratado de la Unión Europea.

Hasta aquí todo parecería coherente y digno de un país que se caracteriza, al menos en lo escrito, por poseer una clara vocación progresista en su acción externa.

España gasta una parte importante de sus recursos en acciones externas y sus soldados y oficiales asumen ahora riesgos no por la defensa del territorio español -como dice el artículo 8 de la constitución española- sino para el mantenimiento de la paz en lugares remotos, al menos tal como lo definen los órganos de las Naciones Unidas.
La paz ha vuelto paulatinamente a los Balcanes. En Afganistán, a pesar de un cierto repunte de los rebeldes, hay una tendencia firme hacia la estabilización democrática, siempre que las naciones cooperantes no cometan graves errores como es costumbre. En el Congo, si Kabila expulsa sus demonios dictatoriales y hace caso al anciano primer ministro, podemos esperar un periodo prolongado de paz basada en la justicia y en el acuerdo político. En general podemos concluir que el despliegue de tropas españolas en el exterior ha sido exitoso en lo que se refiere al mantenimiento de la paz, el objetivo principal.

¿La presencia de tropas extranjeras en países en conflicto supone injerencia en asuntos internos de tales países?. La respueta es un SI rotundo. No hay algo que interfiera tanto como la fuerza militar, aunque sea para el sostenimiento de la paz. La ”no injerencia” ha dejado de existir.
Cada vez es mayor la misión pacificadora del ejército español y por tanto podemos concluir que CADA VEZ ES MAYOR LA INJERENCIA DE ESPAÑA EN ASUNTOS INTERNOS de otros países, aunque sea bajo el mandato de las Naciones Unidas. Y eso es bueno para la humanidad. La legitimidad para intervenir militarmente implica legitimidad para la injerencia, y esta INJERENCIA ES OBLIGATORIA PARA EJERCER LA FUNCION DE AMPARO INTERNACIONAL SOBRE POBLACIONES VIOLENTADAS. Ningún gobierno puede ya exhibir el falso principio de no injerencia en asuntos internos mientras hay desprotección de los colectivos humanos. Ni los gobiernos que merecen ser ”injerenciados” ni los gobiernos que deben ”injerenciarse”.

Y esto es así porque las intervenciones o injerencias buscan ejercer el amparo sobre colectivos humanos en riesgo, amparo que no ha sido ejercido por el Estado bajo el cual se encuentran esos colectivos o lo que es peor, han sido los supuestos gestores del Estado los que han emprendido acciones violentas contra los colectivos, anulando sus derechos como seres humanos con dignidad.
La comunidad internacional se erige así como institución de amparo del ser humano, en última instancia... o en primera instancia cuando falla el amparo del propio Estado. Incluso a veces la comunidad internacional se erige como institución de amparo de otros seres vivos como las ballenas, pudiendo utilizar la fuerza.

El actual conflicto en Darfur es un ejemplo elocuente de esta conclusión que estamos llegando. Los graves sufrimientos de colectivos humanos no pueden ser opacos para la comunidad internacional, la cual está obligada a intervenir para aliviar el daño y reponer los derechos seriamente conculcados. La obligación o el derecho de intervenir para dar amparo no tiene que ver con el lugar desde donde se asuma esta obligación o derecho sino con el hecho, de forma parecida a lo que ocurre con el derecho penal interno. El acto, en este caso el delito, es el origen de la acción punitiva emprendida por los poderes jurisdiccionales, independientemente de que sea la policia o el fiscal o el juez o la acusación publica quienes lleven a cabo la acción acusadora. Un país por tanto puede erigirse en acusador y ejercer el amparo a la población violada en sus derechos, no es necesario que sea el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La legitimidad para intervenir no se basa en el sujeto sino en el objeto.

Hasta ahora hemos descubierto las siguientes cosas:

1) España interviene con su ejército en lugares lejanos para mantener la paz o evitar el sufrimiento grave de poblaciones importantes.

2) España gasta recursos para aliviar el dolor en casos de catástrofes o para ayudar al desarrollo económico.

3) Hay una legitimidad - y esta idea es cada vez más asumida- para intervenir en asuntos internos de los paises donde el hombre esta siendo violentado.

La paz es un objetivo y ese objetivo se alcanza mejor si se actúa desde la prevención. Actuar cuando están matando a la gente es loable pero es mejor evitar que se mate a la gente. Si se usa la fuerza para reponer la paz violada, tambien es lógico y legítimo usar a fuerza para evitar preventivamente la violación de la paz.

¿Cuales son as causas que provocan la violación de la paz?:. Actualmente en el mundo y sobre todo en Africa las causas de guerra son las violaciones de los derechos de las personas. Y esas violaciones graves de la paz las llevan a cabo personas o grupos de personas. El origen de las guerras en Africa está en el genocidio, en la persecución politica, en la injusticia mantenida y en la asunción ilegítima del poder. Pero estos hechos no se hacen solos, los hacen personas que constituyen un riesgo para la paz. Esas personas son auténticos delincuentes internacionales.

Si se interviniera de manera preventiva contra las guerras, habría que perseguir a esas personas que ponen en peligro la paz con sus acciones delictivas. Y si hemos concluido que debe usarse la fuerza para prevenir las guerras (su uso sería a menor escala y en menor tiempo), hay que concluir que es legítimo, legal e inteligente usar la fuerza para perseguir a las personas que ponen en riesgo la paz internacional.

En el caso de Guinea, una acción preventiva contra la guerra implica detener a Obiang por la fuerza, con toda la carga de legitimidad que la legislacion internacional y la interna de Guinea aporta. Detener a Obiang es más barato que terminar con una futura guerra civil. Y es más inteligente. Y no hay duda que Obiang es un peligro para la paz en la zona porque lleva conculcando los derechos de los guineanos desde hace mucho tiempo y su impunidad ha creado la sensación de que sólo la guerra puede devolver los derechos al pueblo guineano. Y si hubiese guerra civil en Guinea, ésta sería devastadora porque se han cometido muchos crímenes y muchas injusticias.

Guinea Ecuatorial no es un país pobre pero sus habitantes son pobres. Guinea esta subdesarrollado y no saldrá de esta situación inyectando ayuda de cooperación. España lleva tiempo haciendo cooperación en Guinea pero se ha mantenido no obstante el subdesarrollo. Una cooperación que mantiene el subdesarrollo es una COOPERACION PARA EL SUBDESARROLLO.

España lleva gastando en Guinea una media de 2,5 millones de euros anuales en cooperacion, desde hace como mínimo 20 años. Excluimos las inversiones en exploraciones, créditos FAD, etc. Lo más llamativo es que España sigue gastando en Guinea en cooperación pero ahora la renta por habitante del guineano, en términos de paridad de poder de compra, es superior a la renta del ciudadano español. Pero los guineanos siguen estando subdesarrollados.


La perversión de la cooperación es tal que ni siquiera llega a explicar el subdesarrollo , el mal que dice combatir, ni sus causas. Hasta un bebé de Malabo podría responder quién es el autor del subdesarrollo y la pobreza en Guinea: Obiang Nguema Mbasogo y su familia. Hacer cooperación sin poner en tela de juicio a las causas de la pobreza y el subdesarrollo es hacer COOPERACION PARA EL SUBDESARROLLO, toda vez que Moratinos, de forma demasiado clara, ha dicho que la acción de España en Guinea tiene como objetivo el mantenimiento del hombre que ejerce creando pobreza y desorden en Guinea y por tanto manteniendo al pais en el subdesarrollo, a pesar de los enormes recursos económicos que tiene el país.

Si la cooperación española en Guinea hubiera tenido como objetivo terminar con el subdesarrollo, hubiera debido combatir contra las causas del subdesarrollo, contra los gestores de la economia y del ”estado” guineano, responsables iniciales del marasmo. Cuando una empresa tiene crisis, lo primero que se hace es cambiar a sus gestores o al menos poner en entredicho la gestión ejercida hasta ese momento.
Los 50 millones de euros gastados por España en 20 años de cooperación en Guinea, hubieran sido sólo 6 millones si se hubiera removido del poder a Obiang en el año 90 o 2000. Y desde luego sin Obiang y con una gestión racional y justa, los guineanos disfrutarían hoy de un nivel de vida cien veces mayor que el actual. Y ademas tendrían libertad. Y España sería más coherente en su política exterior y más amada en Guinea.

Moratinos no puede decir que no hay otra salida que mantener a Obiang y ayudarle en el terrorismo de estado que éste practica, porque estaría entrando en contradicción con toda la base doctrinal y legal de las acciones externas de España cuando ésta interviene con tropas o con cooperación.

Tener tropas en Afganistán no está justificado mientras se mantiene en el poder en Guinea una persona que empobrece a los guineanos y es un peligro para la paz en la zona. Eso no lo puede justificar Moratinos o zapatero ante los españoles.

Aqui hemos demostrado que la intervención exterior está justificada en sí misma, que se ha hecho desde España y está legitimada ampliamente por principios de la civilización humana, de la que España, a priori, es un avanzado en sus leyes. Si mañana hay una guerra en Guinea, España no tendría bases para intervenir porque no solo no quiso evitar la guerra sino que la promovió ayudando y acompañando estrechamente a un tirano que lleva el pais a un callejón sin salida.

Es una contradicción grave y una burla a la razón decir que se interviene militarmente en el exterior en nombre de la paz internacional y al mismo tiempo se exhorta y arrea al poder omnímodo y criminal de un tirano que España debiera haber detenido y juzgado hace tiempo. Porque los guineanos no tienen amparo de nadie y Obiang pisotea sus derechos y su dignidad.

Se pierde legitimidad moral cuando se persigue a terroristas de ETA y sin embargo se apoya a un criminal internacional como Obiang Nguema. No se puede aducir que Obiang es un Jefe de Estado porque un terrorista etarra podría mañana ejercer su soberanía sobre un islote y reclamar inmunidad de jefe de estado. Tan delincuente es uno como otro.

Nvo e’Zang Okenve Mituy (Celestino Nvo Okenve Ndo)
Foro Solidario Por Guinea Ecuatorial (coalición PWYP)


Fuente: propia

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