GUINÉE EQUATORIALE | LIBERTÉ DE LA PRESSE – LIBERTÉ D’EXPRESSION

ASOCIACIÓN PARA LA LIBERTAD DE PRENSA
Y DE EXPRESIÓN EN GUINEA ECUATORIAL
ASOLPEGE_Libre

RAPPORT PRESSE | Diciembre de 2007
PRESSE-DÉNONCE
Versión en español


El régimen de Guinea Ecuatorial sigue indómito frente a cualquier planteamiento de restitución democrática y libertades públicas. La logística propagandística, radiotelevisión gubernamental reproduce, empero, ‘teatros’ de ‘convivencia democrática’ entre una oposición decrépita y el sistema en plaza. En París, la UESCO y el Gobierno de Sarkozy, recibieron al rey del “Kuwait” africano como un ‘notable’ demócrata y ‘olvidaron’ que en su país permanece un clima irrespirable y un pueblo agonizado por una de las tiranías más gamberras del mundo. Los pozos de petróleo del tirano centroafricano interesan más al Sistema de las Naciones Unidas y los países democráticos occidentales que los escándalos de violación sistemática de los derechos humanos. La vieja metrópoli, España, se ha arrodillado humildemente frente al heredero de Franco, mientras aviva el status quo en el país negroafricano para conseguir mayores réditos petrolíferos para sus multinacionales. La crisis hispano-venezolana anima el reino de España apostar por Guinea Ecuatorial.


-PRENSA Y DEMOCRACIA-
El tirano y su coto privado: La comunidad internacional estimula la tiranía de Teodoro Obiang


INTRODUCCIÓN
El régimen de Malabo tiene los nervios a flor de piel. Un grupo de ‘bandidos’ fuertemente armados logró ‘asaltar’ la ciudad de Bata - la segunda más importante del país - y se hizo con algo más de 300 millones de Francos CFA, alrededor de 500.000 €, tras ocupar durante hora y media el centro de Bata y hacerse con el control de los bancos Societé General de Banques y CCEI-Bank. Las fuerzas de seguridad apenas reaccionaron y desde entonces el país vive en medio de una convulsión oficial, que ha obligado a Teodoro Obiang declarar oficiosamente un estado de sitio e invitar a la población a que se arme de “machetes, bastones y barras de hierro” para defenderse ante una inminente agresión externa de los ‘enemigos’ de la patria y ‘envidiosos’ de los países vecinos.

El petróleo fluye a mansalva. Pero el país centroafricano es vulnerable y cojea con pie de plomo. Las fuerzas de seguridad y del orden han sido largamente adiestrados para reprimir a la población descontenta y la disidencia política, renunciando su papel de garantes del orden público, defensa e integridad territorial.

El asalto de los ‘bandoleros’ despertó un comportamiento xenófobo en las autoridades guineanas que arengaron a policía y militares para actuar contra los extranjeros, fundamentalmente cameruneses, que tuvieron que amontarse en sus embajada y consulado para estar a salvo. La crisis diplomática guineo-camerunés está más que servida. El régimen teme que el Gobierno de Yaundé eche una mano a futuros y potenciales ‘asaltantes’. Espantoso, el General Mariscal y Comandante en Jefe, Teodoro Obiang, se ha atrincherado en el bunker del palacio que tiene construido en su poblado natal de Mongomo, de donde no sale desde mediados de diciembre.

En un país en que tradicionalmente las libertades fundamentales brillan por su ausencia, ésta situación no ha hecho sino ahondar la brutalidad del régimen contra quienes intentan levantar la voz. El número de detenidos, civiles y militares, es imprecisa y muchas fuentes hablan de decenas.

La radiotelevisión, como era de esperar, ha puesto en orbe su altanería propagandística y triunfalista. El secretario de Estado de Información, Federico Abaga Ondó, en nombre del régimen, dio la voz de arma. “Estos lamentables sucesos que alteran la paz y la tranquilidad que caracterizan al pacífico pueblo de Guinea Ecuatorial obligan a todo el pueblo a permanecer vigilante y denunciar cualquier hecho, personas o grupo de personas sospechosos de menoscabar los valores de paz, orden y tranquilidad que reinan en el suelo patrio”.

“Paz, orden y tranquilidad”, están en juego en el pequeño Kuwait de África. La indefensión del propio Estado y sus tradicionales resortes de represión: militares, fuerzas del orden y policía política, tratan de recuperar el honor perdido, reprimiendo cualquier atisbo de crítica interna. El control en torno a cibercafés se ha sofisticado, para impedir que la población se informa de las críticas de la oposición del exilio sobre la caótica situación interna, puesto en evidencia por ‘bandoleros’ hasta ahora no identificados, si bien algunas fuentes especulan que se trata del grupo armado Movimiento de la Emancipación del Delta de Níger (MED).

El tirano está más que perturbado. ‘Nuestro’ General Mariscal -comandante en jefe-, fusil en mano y pistola en cinta, ha sustituido sus costosos trajes de Pekín por una viaje prenda militar que en 1989 le regaló el Rey Juan Carlos I de España. La ciudad de Bata se ha convertido, improvisadamente, en centro de maniobras y de entrenamientos, en un intento de adiestrar a las tropas ante un ‘imprevisible’ ataque, ¿de MED o enemigos de la patria?

Los primarios servicios de inteligencia o lo que es lo mismo, la policía política, trata, sin éxito, de identificar a los supuestos ‘invasores’. Pero el régimen no puede quedar con el ‘trasero’ al aire y ha detenido a empleados de la Societé General de Bank, a quienes acusa de haber colaborado con los asaltantes y desviado alrededor de 500 millones de Francos CFA durante los sucesos. Los detenidos han sido vilmente torturados en el penal de Black Beach, una de las más peligrosas de África negra, para conseguir su autoinculpación.

La situación es aún más complicada. El régimen cree ahora que el partido asambleísta Convergencia para la Democracia Social (CPDS) tiene algo que ver con los sucesos del 5 de diciembre. El ministerio del Interior ha advertido que tomará represalias cuando concluya la investigación. El régimen acusa de ‘traidor’ al partido que le apoya en su infructuoso proceso de transición democrática, porque habría emitido un comunicado tan detallado nada más registrar el asalto de Bata.

En el Ejército, ha habido detenciones, destituciones, cárcel y tortura. El tirano se queja de los suyos porque no hicieron nada para controlar la situación ni detener a los ‘asaltantes’. El Estado, según el propio Obiang, peligra y habría que estar dispuesto para hacer frente a cualquier amenaza externa. El ‘estado mayor’ ha quedado establecido en Mongomo, donde un Obiang ‘desautorizado’ espera lo que le depara el futuro en los próximos días.

MUTISMO Y COMPLICIDAD
Muy pocos son los medios de comunicación social y de la prensa occidental que interesan sobre la crisis guineana, al menos, desde que el país se convirtió en tercera potencia de producción del crudo en África. Escándalos de violación sistemática de los derechos humanos, corrupción, represión política y hasta delitos internacionalmente controvertidos como el comercio de droga y tráfico ilegal de seres humanos, poco o nada atraen la atención de la prensa occidental cuando se registran en Guinea Ecuatorial.

La inversión extranjera de las multinacionales en el sector de hidrocarburos ha impuesto la opacidad en la cobertura mediática, minada por la sed de los gobiernos democráticos occidentales, que ven en el país negroafricano como socio privilegiado en el Golfo de Guinea. Cuanto más el país se ahoga por una dictadura infame, brutal y monocultivo, los norteamericanos proclaman a su ‘líder’ como su mejor amigo. El nuevo Gobierno francés, a pesar de la verborrea de su presidente Nicolás Sarkozy en la universidad Anta Diop de Dakar, el 26 de julio 2007 [“África aún no ha entrado en la historia”], recibe a Obiang como un rey mago.

En la vieja metrópoli, las múltiples y variadas expediciones de los congresistas españoles a Malabo no han constado sino ‘avances en el proceso democrático y del respeto de los derechos humanos’, en clara contradicción con la realidad interna y ampliamente denunciada por organizaciones no gubernamentales internacionales.

Naciones Unidas y Unión Europea ni se acuerda cuál fue la última vez que se interesaron sobre la crisis guineana. La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Educación, UNESCO, reunido en París en octubre pasado, aupó el nuevo palmarés internacional del déspota guineoecuatoriano. El petróleo ha nublado la sensibilidad de los que hacen apología de la democratización y el respeto de los derechos humanos para los pueblos oprimidos .

La UNESCO es el principal garante de la Declaración de Windhoek de 1991 sobre el fomento de una prensa independiente, libre y pluralista en África. En la Conferencia de París, sin embargo, no tuvo el valor de recordarle al rey del Kuwait africano que no se puede dirigir un país con una constitución pluripartidista en ausencia de una prensa libre, independiente y pluralista. Por contra, recibió con aplausos su anuncio de crear el “premio de la UNESCO Obiang Nguema Mbasogo para la Conservación de la Vida, que sería financiado por el gobierno tiránico de Guinea Ecuatorial” en el seno de la UNESCO. Un premio que, por supuesto, va a portar importantes dividendos al Sistema de las Naciones Unidas y a la UNESCO en particular.

El silencio de la comunidad internacional y su renuncia en exigir al régimen de Teodoro Obiang lo que exige a otros países quizás menos tiránicos que el guineano, en el poder desde 1979, ánima a Malabo mantener indómito ante cualquier exigencia por la democratización del país.

La criminalidad política y la represión contra ciudadanos descontentos es mayor que en 1992, cuando se proclamó oficialmente el pluralismo político. Líderes políticos permanecen en prisión desde 2002. La escasa oposición del interior se ha visto obligado a renunciar su radicalismo pro democrático para sobrevivir. En el exterior, líderes políticos y de opinión continúan en el exilio en espera de que se producen ciertas exigencias democráticas de la comunidad internacional que permitan, al menos, un decretazo de amnistía general, que incluye la puesta en libertad incondicional de los presos políticos y el retorno de los exiliados.

La comunidad internacional no da signos de vida, a pesar reiterados llamamientos de la oposición del exilio, que ha tocado hasta la saciedad las puertas de gobiernos democráticos occidentales para que intercedan en la crisis política guineana que, por otra parte, amenaza en urdir una explosión social. El asalto de Bata y la manifiesta debilidad táctica-militar del aparato represor del régimen, no son sino preludios de una escalada conflictiva que se avecina en el país centroafricano.

2008, MÁS PLEBISCITOS
Según el calendario electoral guineano, en el primer semestre de este año debe celebrarse las elecciones legislativas y municipales para reformar el parlamento gubernamental y los gobiernos municipales. Serán las enésimas elecciones en lo que va del pluripartidismo político. Las primeras legislativas y municipales tuvieron lugar entre 1993 y 1995, respectivamente. La tónica dominante es la misma. Nunca hubo elecciones transparentes, libres y democráticas, muy a pesar de las leyes en vigor. Guinea Ecuatorial es un santuario de fraudes electores donde el partido oficial mantiene una constante victoria de 99,80 por ciento de los votos.

Los raros observadores que comenzaron denunciando la negligencia electoral han dado espaldas a un problema que nunca tuvo su merecida respuesta por parte de la comunidad internacional y los países donantes.

Después de 1995, la Unión Europea, en contra de la realidad, desbloqueó las escasas sanciones impuestas por falta de progresos en el proceso democrático y del respeto de los derechos humanos. El Gobierno norteamericano que durante años prescindió de su embajada en Malabo, tuvo que cambiar de opinión ante el cúmulo de intereses económicos que mantiene en el país centroafricano. Sin embargo, nada ha cambiado en Guinea Ecuatorial salvo el petróle.

Las elecciones de 2008 presagian a todas luces otro fraude descomunal. La maquinaria fraudulenta ya se ha puesto en marcha con la organización de un censo electoral sin igual. Las autoridades de la periferia y del partido oficial exigen que cada partido aporte la lista de sus militantes en cada región que, por ende, serán los electores definitivos. El régimen pretende con ello que el número de militancia sea proporcional al número de votos de cada partido.

El fraude está más que servido. Si esto no fuera poco, la credibilidad de la oposición interna es cada vez mínima frente al régimen de Teodoro Obiang e incluso de la población.

La participación de Convergencia para la Democracia Social en el parlamento progubernamental; el eterno presidio de la disidencia política y el largo exilio de la oposición, ha dejado al país centroafricano sin una oposición temible y reivindicativa. El régimen no tiene nada que temer, cuando desde hace cuatro años mantiene un pacto de no agresión con los raros partidos internos, que se han rendido ante sus tentáculos, no sin antes renunciar sus compromisos por la democratización del país.

CONCLUSIÓN
La crisis sociopolítica guineana, que mantiene en jaque el uso de las libertades públicas y fundamentales, así como el respeto escrupuloso de los derechos humanos, ha llegado a límites abusivos. La ASOLPEGE_Libre lleva tiempo anticipando una descarga social si el régimen continúa enclaustrado en su cerrazón política de mantener el poder a cualquier precio.

El silencio de la comunidad internacional y, mas bien, su apoyo al régimen a cambio de petróleo, ha creado la sensación de que solo mediante el uso de las armas se puede recuperar las libertades tan largamente secuestradas en Guinea Ecuatorial.

Si la comunidad internacional, donantes y países democráticos occidentales no acuden a la diplomacia preventiva, instando al régimen la puesta en marcha de los compromisos adquiridos para la democratización del país y el respeto de los humanos, Guinea Ecuatorial corre el riesgo de sufrir un conflicto de dimensiones incalculables en los próximos años, máxime si se organizan los próximos plebiscitos en ausencia de una profunda reforma institucional y democrática en el país.


EN EL EXILIO, DICIEMBRE DE 2007


















Fuente: ASOLPEGE_Libre

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos