“Si el abuelo presenta las quejas al primer nieto y luego al segundo y al tercero, el abuelo es culpable”. Este dicho fang traducido a la iglesia guineana, el obispo de Bata y administrador apostólico de Ebibeyín tendría que realizar un examen de conciencia y preguntarse a sí mismo, por qué muchos sacerdotes de su diócesis se van. Obras son amores y no buena razones. Y queremos pensar en positivo, pero la realidad muy ‘amañada’ nos obliga a sospechar la gran injusticia que padecen los sacerdotes de la diócesis de Bata por obra y gracia de Juan Matogo Oyana.

¿Quién puede decir que tiene a la iglesia y a la fe que Dios regala a sus fieles como una propiedad privada? ¿Juan Matogo Oyana ha pensado en discernir si es evangélicamente aceptable asumir el episcopado como una herencia familiar? ¿Cómo se le escapa a éste prelado el verdadero sentido de su misión que es el servicio? La iglesia es de todos y nadie absolutamente nadie, por mucho obispo que sea puede privar la gracia y la mirada de Dios a sus fieles.

Matogo, el Obispo de Bata, ¿Qué hace? y ¿Qué ha hecho? A demás de hacer vida imposible a sus sacerdotes y seminaristas. ¿Cuál es la línea de pastoral de la diócesis de Bata? ¿Díganme por favor qué campos de pastoral ocupa y trabaja la diócesis de Bata? Ni pastoral familiar, ni pastoral de los enfermos, ni pastoral juvenil, ni señas de pastoral de ancianos, nada de pastoral universitaria, ni rastro de pastoral penitenciaria. Obviando como es natural, sus esporádicas misas pontificales, viajar por Europa y cubrir ‘espiritualmente’ los macabros eventos de la dictadura y sus acólitos. Estamos deseosos de escuchar una homilía de Matogo donde, aunque solo sea de palabra, se posiciona al lado de los pobres, los marginados y los oprimidos que por ellos, Jesús, al que dice representar en su iglesia, vino a SALVAR.

Nadie quiere impedirle que siga acudiendo en las primeras comuniones o bautizos de los hijos de Abigui, nos importa un bledo, pero también queremos que diga a Abigui y a sus cómplices que Dios también es de los pequeños y los pobres a los que ellos amargan continuamente la vida y les tienen esclavizados en Guinea Ecuatorial. Abigui alquila aviones para viajar por el mundo, es ministro de obras públicas en un país donde el 80% están tragando mierda. Las favelas están sumidas en el más asqueroso olvido, sin atención ni cuidado, los colegios públicos están sumidos en la suciedad y en la asquerosidad y los enfermos tienen que traer de sus casas sábanas, tiritas y agua para poder ser atendidos en los hospitales. Mientras ellos han creado en un palmo de la mano ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Para acceder al hospital comercial La Paz, tienes que pagar una cantiga astronómica de cien mil francos cfa/noche. Esto sólo esta al alcance de los que venden petróleo, para los que vendemos frutas en Mondoasi y en Mercado grande, nos dejan morir por un proceso gripal.

A estos personajes, nuestro Obispo quiere seguir amigándose y dar la espalda a los pobres de Cristo. Desde luego ¿De que Dios cree el Obispo Matogo? ¿Qué orgulloso se siente Matogo cuando un tercio de sus sacerdotes le abandonan para buscar sosiego espiritual y corporal en otras diócesis.

Muchos sacerdotes guineanos se ven obligados a abandonar sus misiones apostólicas para huir a España, sin que por medio haya que lamentar una incidencia con la dictadura; simplemente porque el obispo, como cabeza y responsable de la diócesis en complicidad con la dictadura, los tiene tomado el pulso. Curiosamente, la mayoría se encuentran exiliados por discrepancias con el obispo y al verse peligrar su vida por suministro de veneno u otros elementos tóxicos que pudiesen acarear sus muertes. El caso más espectacular y el secreto más sonado a voces, es el caso del padre León Mba Ncogo que casi todos saben cómo segaron su vida de un plumazo en la curia batense. Este miedo azota considerablemente a casi todos los sacerdote de la diócesis de Bata que miran con absoluto descrédito al oscurantismo de su obispo y el juego satánicos que les somete. Un mínimo de decoro moral y ético obligaría a este obispo presentar inmediatamente la dimisión.

Si partimos el hecho de que la Iglesia es un lugar más proclive a acoger más que a rechazar; a perdonar más que a condenar, censurar o a reprochar; a ayudar, socorrer asistir más que a impedir, dejar o abandonar. ¿Cómo es que el Obispo de Bata D. Juan Matogo Oyana no ha sido, ni es capaz de recapacitarse para perdonar a sus hermanos, abrirles las puertas para que regresen a su diócesis para seguir ejerciendo los ministerios sacerdotales? Si ellos son los culpables, cosa que ya me resulta difícil de creer, ¿Por qué como buen cristiano y como pastor de una iglesia no deja las 99 ovejas para ir en busca de una perdida, cuando en este caso son 50 ovejas para ir en busca de otras 50?

Dando la vuelta a la tortilla, o dicho de otro modo ¿Qué le cuesta al Monseñor Juan Matogo Oyana hacer un ejercicio de humildad, reconocer que se ha equivocado con sus hermanos de ministerio y con la iglesia guineana y pedirles perdón, aunque sea de modo particular? Nuestro Dios, por lo menos el Dios de Jesucristo, no es un Dios que viola las intimidades, no es agresivo, ni vengativo; es un Dios que pide para entrar, solicita la entrada, es humilde y misericordioso. ¿Cómo ante una situación como la que ocurre en la diócesis de Bata, el obispo no es capaz de vivirlo cristianamente, sin aplicar los amasijos del rencor y de la venganza?

Grandes sacerdotes de nuestra iglesia están siendo tratados injustamente por el monseñor Matogo, la diócesis de Bata debería elaborar una lista de firmas para pedir a Roma que estos sacerdotes regresen a sus tierras para llevar a cabo su misión sacerdotal. Nadie explica razonadamente por qué estos sacerdotes no están aquí entre nosotros. Nuestros sacerdotes están siendo maltratados y condenados al exilio católico sin que nadie haga nada por ellos. P. Nicolas Abeso, P. Dámaso Ncogo, P. Marcelo Ndong, P. Nsue , P. José Carlos (enfermo), P. Manuel Esono, P. Emiliano, P. Jesús Rafael Edu, P. Ramón Mitogo, P. Job (Q.e.p.d), P. Juan (Q.e.p.d), P. Ndong Nguema, P. Pánfilo Ndong P Andrés Sima, P. Martín, P. Juan Evung etc. Otros en Guinea estarán pensando en correr el mismo riesgo hacerse las maletas y buscar otros sitios mejores, donde son queridos, tratados con cariño y sobre todo donde les consideran personas y les aprecian como sacerdotes. ¿Qué pasa en la cabeza de Juan Matogo cuando tiene a más 20 sacerdotes de los 50 de su diócesis, pidiendo asilo en otras diócesis? ¿Qué le cuenta a Dios en su soledad con él? ¿Qué dice Roma y la conferencia episcopal cuando observan ese mal gobierno de la diócesis de Bata? ¿Cómo los cristianos de la diócesis de Bata no preguntan a su obispo porque se nos van los sacerdotes?


¿Cuál es el sentido de la misericordia, del amor y la reconciliación que maneja el obispo de Bata? ¿Qué aspectos de la vida espiritual de este Obispo merecen mayor atención? ¿Dónde está la credibilidad como pastor de la iglesia que tiene este obispo? Hoy por hoy ya nadie le pide que pronuncie una palabra en beneficio de los pobres y el pueblo sufriente de Guinea Ecuatorial, ni tan si quiera que pida apertura política al gobierno guineano. Es una petición casi inútil; dado la coalición que se ha formado con gobierno de Guinea Ecuatorial. Lo único que la diócesis de Bata le cuestiona es quién es él para privar de directores espirituales a muchas comunidades que se han visto cómo sus sacerdotes abandonan con lágrimas en los ojos a sus fieles para arriesgar sus vidas en territorios desolados en busca de un ejercicio ministerial sin agobios ni marginaciones.

Estamos en un momento de lucha y que nada ni nadie debe quedar impune. La justicia debe correr en nuestras venas para exigir la igualdad y el fin de la hostilidad en nuestra, iglesia y en nuestro país. Debemos luchar por la justicia y en esta justa lucha, nadie debe arrugarse ni ser tibios. Tenemos que arriesgarnos, con la verdad por delante caiga quién caiga. Debemos exigir coherencia a nuestra iglesia y a los ministros que la gobiernan.


Esta comisión de verdad y reconciliación en la que represento, queremos elaborar una lista de todos estos sacerdotes pedir firmas y escribir a la santa sede para que puedan regresar a sus tierras y ejercer felizmente sus ministerios sacerdotales. Sí eres de los que buscan la verdad y la reconciliación y conoces los casos de estos sacerdotes y otros y que deseas aportar información, envíanos la información a mbacrispin@yahoo.es.

Agradecemos su colaboración.
Crispin Mba
Coordinador Iniciativa de Comisión de verdad y reconciliación





Fuente: Comisión de la verdad y reconciliacion

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