XXVI DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
“¡OJALÁ TODO EL PUEBLO DEL SEÑOR FUERA PROFETA!”
IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Números 11, 25-29: Israel se organiza poco a poco como pueblo y Moisés elige a 70 ancianos como colaboradores suyos. El Espíritu no se limita a los unos cuantos. Con frecuencia queremos que Dios esté con nosotros y sólo con nosotros. Dios no se deja manipular por nadie.
- 2ª Lectura: Santiago 5, 1-6: Santiago denuncia la riqueza amasada con actos concretos de injusticia. La riqueza injusta oscurece la presencia de Dios y corrompe el corazón humano.
- Evangelio: Marcos 9, 38-43. 47-48: Jesús sigue adoctrinando a sus discípulos sobre la misión universal. El Espíritu se da a todos y no solamente a unos grupos. Les pone en guardia contra la tentación de la falsa seguridad en sí mismos.
1. Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Como siempre las lecturas no ofrecen muchos posibles temas: El escándalo, la actitud ante la riqueza, la universalidad de la salvación, etc. Hoy nos vamos a centrar en el tema base de la primera y tercera lectura. Creemos que tiene mucho que enseñarnos para vivir muestra eucaristía de este Domingo Decimo Sexto del Tiempo Ordinario.
2. Jesús se opone a la mentalidad del gueto que, con frecuencia, caracteriza a no pocos grupos cerrados, intolerantes, intransigentes, que además se consideran privilegiados o se ven a sí mismos como los auténticos, los mejores. Por lo general, los grupos en los que domina esta mentalidad están formados por personas con una mentalidad fundamentalista y además combativa contra todos los que no son del propio grupo. Este fenómeno se suele producir por motivos políticos, ideológicos y religiosos. Según este evangelio, algo de esta forma de pensar estaba muy presente en los discípulos de Jesús.
3. Pero Jesús no quiere entre sus discípulos gente cerrada, intolerante o intransigente. Y menos aún gente excluyente, que se considera con el monopolio de la verdad y del bien. Todo el que hace el bien, todo el que libera a otras personas de sufrimientos, opresiones y fuerzas de muerte, esté en el grupo que esté, sea de la religión que sea, tenga las creencias que tenga, merece nuestro respeto, nuestra aceptación y nuestra acogida sin más. Jesús no le exigió al exorcista aquél que se uniera al grupo de discípulos. Lo que importa no es estar en éste o en el otro grupo, en esta comunidad o en la otra, en esta asociación o en la otra… Lo único que importa de verdad es si vamos por la vida liberando a la gente de sus penas y sufrimientos o, si por el contrario, vamos haciendo y siendo motivo de tropiezo, que eso justamente es lo que significa el ESCÁNDALO en el lenguaje del evangelio.
4. Lo terrible es que hay personas que se consideran con derecho a impedir a los demás o incluso a ofenderles porque no son del grupo ideológico del que ellos son. Ellos se ven como los únicos auténticos. Quien hace eso es el que escandaliza más. Y Jesús dice que quien va por la vida haciendo eso, más le valdría que se arranque la mano, el ojo o el pie. Es preferible que vaya por la vida mutilado a que intente mutilar la libertad de quien se dedica a expulsar demonios, aunque los expulse en otro grupo o en otra religión.
5. En definitiva, ni las ideas, ni la raza o nación, ni la religión, ni la amistad son los valores últimos que definen al ser humano. No al sectarismo, sea del cuño que sea. En el Cristianismo el valor primero es que cada hombre y cada mujer son hijos de Dios y, por lo tanto hermanos nuestros. Frente al sectarismo de Juan y de los discípulos en el Evangelio, o de Josué en la primera lectura, aparece Jesús y Moisés, como hombres magníficos y abiertos. Para ellos lo importante es que fluya el bien, la curación, la profecía y no tanto quién cura o quién profetiza. No importa el grupo o la sigla sino el bien que se hace. El bien no tiene fronteras. Quien pone límites al bien se convierte en escándalo. Amén.
Fuente: Jesús Rafael Edu Eyama Achama