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LAS AGUAS VUELVEN A SUS CAUCES NORMALES PLÁCIDO MICO, EXPLÍQUESE publicado por: Crispin Mba el 01/12/2009 23:52:25 CET
Estos días Guinea Ecuatorial, ha ocupado, si no las portadas o primera paginas, por lo menos las contraportadas de los periódicos españoles o de algún otro lugar en el mundo. Pero después de unas semanas, estas barahúndas irán disipándose como una tenue luz en el mar de oscuridad. No porque que a más de uno no le duela la situación de Guinea, sino simplemente que los hilos se mueven para otros derroteros.
Ha habido mucha, muchísima literatura estos días sobre Guinea, y no quiero pasar sin sellar, aunque sea girando el dedo para impregnar mis huellas dactilares, mi visión y reflexión sobre esta atípica y cansina situación. Muchas preocupaciones atenazan a los guineanos al pensar en otros larguísimos siente años. Estarán a la vuelta de la esquina las especulaciones sobre la enfermedad de Obiang, que es la esperanza última que nos queda, por lo menos antes de que el demonio se lo llev; pero resuenan enseguida las campanas del sucesor, TEODORO NGUEMA OBIANG MAGUE, el príncipe del Malibú. Y aquí ya nadie sabe quién fue primero el huevo o la gallina. No son mis preocupaciones.
Pero tampoco me preocupa mucho Moratinos, porque entre otras cosas, Obiang ha demostrado una vez más que los pueblos, no sólo son independientes y soberanos, sino incluso se tejen desde las relaciones comerciales; el que tiene lo que uno quiere, es el que gira el tornillo en la dirección que él desea. Nadie pondrá en cuestión que Obiang con el petróleo es otro. La gran verdad a la que muchos obcecadamente no quieren entender y asumir es que Obiang no necesita para nada a Moratinos, pero sí Moratinos necesita a Obiang. Así de claro, nos guste o no. Por tanto, no esperemos que Obiang se esclavice de sus promesas ante Moratinos para cumplirlos, ni esperemos que Moratinos sea capaz de retroceder a Obiang un milímetro hacía atrás para realizar unas elecciones libres. Estos años ya pasaron, nadie tiene culpa de que España no aprovechara ese tiempo para hacer valer su hegemonía metropolitana.
Otra razón, a mi modo de ver, es la realidad política Española. España pasó cuarenta años sufriendo la dictadura de Franco, y no pienso que sean capaces para asumir cuestiones ajenas. Hay españoles que por afinidad personal añorante, se posicionan de una manera u otra en la causa Guineana, pero sin ser escéptico, la categoría moral, ética profesional del político español, no llega para tanto. No quiero, con esto, desanimar aquellos que buscan soluciones o apoyos explícitos en la clase política española.
Elevando un poco la esfera nos situamos en la comunidad internacional que tanto se habla. No hemos de suponer equívocamente que la Comunidad Internacional es un ente de razón, la comunidad internacional son países concretos, con políticas concretas la mayoría de ellos son países democráticos de occidente. Pero, los países occidentales o llamadas de primer mundo hacen su política desde los condicionamientos gravosos, sin dejar de lado el pensamiento hegeliano, pensador que más ha gravitado en los destinos europeos, en una especie de resumen de la historia de la humanidad se encuentra en él, el eco de las clases dominantes en la época del capitalismo triunfante y de su expansión fuera de las fronteras de Europa; para la conciencia europea, sobre todo sus políticos, de la que el filósofo interpreta; el africano es el hombre en estado salvaje que viven en un estado de inconsciencia de sí mismo; en definitiva es un estado animal.
Semejante visión justifica muchas de las relaciones que los países occidentales tienen con los pueblos de África. Sin ir demasiado lejos, Rajoy pide a Zapatero que reconozca al nuevo presidente electo de Honduras, pero no se ha pronunciado sobre las elecciones Guineanas, ambas realizadas el mismo día y en circunstancias casi similares, pero el opositor y gobierno español, prefieren pensar en cuestiones normales que en las anormales, en la ciudad que en la jungla, en las personas que en los animales. Esta exclusión de la humanidad que el genio de Stuttgart nos encasquetó, sigue recobrando víctimas en la conciencia del occidental. Pueda que sea muy tarde reconocerlo para políticos como Placido Micó, se permite todo contra seres de los que uno se pregunta si tienen alma. A pesar de las apariencias y negocios, petroleros y gas en el medios, la relación entre África (Guinea Ecuatorial) y la Europa (España) se basa en un fondo de desconocimiento del derecho de los africanos a la dignidad.
¿Sobre qué bases los guineanos tenemos que exigir a España? Desde las bases de un pueblo que nos vino a colonizar. Guinea Ecuatorial no vino a pedir la colonización a España, ni falta que nos hacía, pero una vez que la historia nos condenó a ello, España tiene la obligación responsabilizada de tomar el caso de Guinea Ecuatorial en serio, sino es así, los guineanos tenemos que manejar bazas para exigirle esa responsabilidad histórica. No puede ser entendida como responsabilidad moral, sino compromiso necesario e irrevocable. Los guineanos tienen que poner a pensar qué precio debe pagar España cuando trata los asuntos de Guinea o no hace lo que tiene que hacer. España engendró su cultura en guinea a la par que negó e hizo negar nuestras culturas, para que luego nos dejen colgados. No es de recibo. No se trata de un asunto moral, ni ético como podamos exigir a los franceses y americanos, sino un asunto de responsabilidad que su falto cumplimiento debe acarrear consecuencias. Los partidos de la oposición, deben elevar el tono de voz y exigencia hacía el gobierno de España, y cuando ese gobierno actúa como siempre lo ha hecho para con Guinea Ecuatorial, exigirle responsabilidades.
La comunidad internacional, a la que muchos políticos de la oposición guineana se acercan desde los parámetros éticos, tiene un desfase moral considerable. Las grandes tensiones políticas africanas, nos han demostrado que, la moral occidental se revuelve, una vez que se recoja cuarenta litros de sangre por metro cúbico o cuando las muertes llegan a millones, y más todavía si los intereses occidentales están en juego. Apelar a la comunidad internacional desde los parámetros morales y éticos, son nulos.
La oposición guineana tendría que cuestionar, si quieren seguir con la política, el habitat comunitario de las empresas occidentales en Guinea Ecuatorial y aparcar los parámetros morales. Poner en cuestión, significa que estás empresas no pueden encontrar oasis en nuestro desierto mientras a nosotros todavía nos abrasa el calor de la injusticia, del hambre y de la miseria. CPDS, un sucursal abandonado del PSOE, debe hacer valer su tesis que lanzó otro día en la campaña electoral, que muchos como el autor de este artículo dudamos su contenido, la participación en las elecciones. ¿Qué ha pasado Sr. Micó? Llanamente nada, y tu tesis y las del CPDS han quedado en ridículo. Son otros siente años del reinado de Obiang que se está preparando a su hijo Teodorín para ocupar el trono.
No se le puede pedir valentía al pueblo, cuando los líderes no se comprometen. Decir que Obiang es un dictador no es arriesgar nada, él mismo lo ha dicho, decir que Obiang es corrupto, no es peligrar la vida de nadie, porque él llama ladrones todos los días a los ministros que él nombra, decir que las elecciones son un fracaso, no es determinativo, porque entre otras cosas, son aguas de borrasca. Sr. Micó, el pueblo estará a tu lado si convocas una manifestación y una huelga a todos los efectos, el pueblo, y probablemente, esta comunidad de esperanza internacional que tanto cariños tienes, secundaría una impugnación de las elecciones. Nadie tomará en serio, esa música celestial repetitiva y ya casi cansina y si no se eleva el tono de voz y modo formal de actución. No soy político ni me gustaría serlo, pero tuve la misma sensación que tenía el mismo Teodoro Obiang el primer día de la Campaña, un mero trámite. Y así ha sido, un mero tramite y siente años de quejas, lloros y lamentaciones. Sólo me queda aplicarle a Plácido Micó y al CPDS que “No llores como mujer lo que no has podido defender como un hombre”.
Fuente: las Reflexiones
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