El gobierno y los políticos españoles siempre han hecho
apuestas de los políticos guineanos. En las elecciones
del 22 de septiembre de 1968, las únicas elecciones
libres y trasparentes acontecidas en Guinea Ecuatorial,
Carrero Blanco apostó por Bonificación
Ondó, Pro-español, apoyado por los finqueros españoles
y parte de la Iglesia Católica.
Su partido, el MUNGE, se consideraba como la extrema
derecha guineana.

Mientras la diplomacia española apostaba por Atanasio
Ndongo Miyone, jefe de MONALIGE,
mucho más inteligente que Bonifacio Ondo, de ideología
moderada. Su aparente deseo
era un gobierno provisional, que prepara una
independencia total.

Edmundo Bosío Dioco, decía en el hemiciclo de la carrera
de San Jerónimo, con su DNI
español en la mano que “España le entregaba en manos
de sus enemigos, a él que era
ciudadano español” ¡cuánta razón tenía!, no olvidemos
que él era procurador y esta
muestra de patriotismo emocionó a muchos. Tenía el
apoyo de los cultivadores de
cacao.

Francisco Macías, el último de los candidatos,
oportunista, el más inculto de todos,
resultó ser el más ‘listo’ había militado en todas las
formaciones política; nacionalista
radical, furibundo anti-español, curiosamente estaba
apoyado por un español, García
Trevijano. Su formación política formado por disidentes
de todos los partidos, era el
grupo más radical.

Insólitamente, cuando España estaba sumida en la peor
de las dictaduras Europeas,
había preparado una independencia ”democrática” para
su colonia.
El 25 de septiembre se proclaman oficialmente los
resultados de las elecciones del
domingo, día 22. Votaron un total de 92956 personas, de
un censo de 137550. Se
declararon nulos 1281 votos. La candidatura vencedora,
con 36716 votos, fue la de
Francisco Macías, seguida por la Bonifacio Ondó (31941
votos), Atanasio Ndongo Miyone (18223
votos) y Edmundo Bosío sólo fue apoyado por 4795
bubis. Al no haber logrado ninguno
de los candidatos la mayoría absoluta, debía celebrarse
una segunda vuelta, el siguiente
domingo, entre los dos más votados, es decir, Francisco
Macías y Bonifacio Ondo Edú,
buscaban el desempate en una fugaz segunda campaña.

Macías más demonio que Ondo y más astuto que la
serpiente, logra el apoyo del tercero
en discordia, Atanasio Ndongo Miyone, cuando todos
sabían que Atanasio y Francisco Macias,
eran enemigos acérrimos y se profesaban un odio
mortal. Pero durante la campaña, se
había prometido mutuamente la horca. La segunda
vuelta se celebra el 29 de
Septiembre, el 3 de octubre anuncian la victoria de
Macías.

Cuarenta y uno años después, Atanasio Ndongo Miyone
de 1968, se ha reencarnado en Placido
Mico, líder de la CPDS de Guinea Ecuatorial de 2009, una
apuesta minimalista del
Partido Socialista Obrero Español. Que prefiere apoyar a
Teodoro Obiang Nguema para
prometerse, ya no la horca, como lo hizo D. Atanasio
con Macías, sino el petróleo que es
más jugoso y apetitoso, con una participación en las
elecciones anticipadamente
fraudulentas. Plácido Mico, como Atanasio Ndongo,
prefiere abandonar la oposición
democrática en exilio, aliarse en su plataforma, opta por
asumir un escaño en un
parlamento Unicolor, sólo para dar legitimidad al
gobierno de Teodoro Obiang.

El mismo dañó que Atanasio hizo al pueblo de Guinea
ecuatorial en 1968, es la misma
sarta que Plácido Mico realiza en 2009, participando en
unas elecciones
anticipadamente fraudulentas. ¿Cuáles son los
resultados? El que siembra vientos
recoge tempestades; si con la astucia y la picardía de
Ndongo Miyone, caímos en un
retama, con tramoya de Plácido Mico vamos hacía el
precipicio. El que avisa no es
traidor, en la política de Plácido Mico hay muchos
amasijos que merecen ser
examinados y esclarecidos. ¿Por qué acepta un escaño
en un parlamento de 99, sobre
todo cuando sabe que su participación legitima al otro?
¿Cuánto tiempo quiere seguir
participando en unas elecciones que él califica siempre
como fraudulentas? ¿Cómo,
sabiendo la falta de voluntad democrática de Obiang,
sigue confiando en él? ¿Por qué no
habla con ningún otro partido de la oposición exiliados?
No todos son Severo Moto. ¿
Por qué no impugna las elecciones? ¿Va aceptar los 3, 50
% de los votos que le
atribuyen? Cuando dice que sigue la lucha, ¿de qué lucha
habla Mico? ¿Qué sensación le
provoca después de perder las elecciones?


Fuente: opinion

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