OBIANG PROMETE DESARROLLO UTILIZANDO SU CAPITALISMO FAMILIAR

25 de Diciembre de 2009.-
Exilio

En una ocasión ya abordamos aquí las características de la economía de Guinea Ecuatorial, definiendo tal economía como un capitalismo familiar.
Es evidente que hasta la fecha no existe en la teoría económica nada que se le llame capitalismo familiar. El nombre con el que yo intentaba calificar la economía de Guinea era un recurso para aflorar una gran contradicción, puesto que el capitalismo es la economía que se desarrolla en el libre mercado, en competencia entre los actores económicos y en situación de LIBERTAD ECONOMICA. Y es evidente que la economia guineana es una economía controlada de manera férrea por la familia del dictador y unos pocos amigos, todo lo opuesto al verdadero capitalismo.

Si Obiang admite que en Guinea debe funcionar el capitalismo, debería explicar a continuación qué capitalismo es ése donde no hay libertad para contratar a los trabajadores, no hay libertad para crear empresas, no hay libertad para hacer funcionar las empresas, no hay libertad para exportar ni para a importar, no hay libertad para transportar las mercancías dentro del país, no hay libertad para elegir a los socios comerciales y empresariales, no hay libertad para contratar servicios empresariales, las obras estatales no se ofertan de forma libre con licitaciones acordes a una ley de contratos del estado basada en la libre concurrencia, etc. etc.

Si Obiang alega, ante esta contradicción manifiesta que en Guinea no se da el capitalismo, deberá explicar cual es el sistema económico que rige y cuáles son sus reglas, para que sepamos todos a qué atenernos.

La ausencia de libertades económicas pareja a la ausencia de libertades civiles que se da en Guinea Ecuatorial hace presagiar las grandes dificultades que tiene esa economía para generar el desarrollo económico.

Aunque nunca se ha reivindicado, la libertad económica es una de las grandes necesidades que tiene el país para poder hacer un buen uso de sus recursos minerales y madereros y producir el desarrollo económico. Sin ella no es posible el desarrollo, a pesar de las enormes cantidades de ingresos del petróleo, parte de los cuales se está dedicando a realizar obras.

Los datos recientes producidos por los organismos internacionales son incontestables: Guinea Ecuatorial ha aumentado su PNB pero ha disminuido su desarrollo. El índice de desarrollo humano de Guinea Ecuatorial no se corresponde con su Producto Nacional Bruto (PNB) per capita. El puesto que ocupa en Desarrollo Humano lo sitúa a la cola de los países pero su renta per cápita lo sitúa a la cabeza de los países.
Ni siquiera hay que recurrir a los datos estadísticos: desde que comenzó la explotación del petróleo, la población rural de Guinea Ecuatorial, que es la mayoritaria, sigue viviendo en la miseria aunque algunos pobladores rurales han mejorado débilmente porque reciben transferencias no regulares de sus parientes que tienen puestos altos en la dictadura.

Obiang ha asegurado que en el año 2020 Guinea estará desarrollada. Más exactamente, ha sostenido que en el 2020 Guinea Ecuatorial será un PAIS EMERGENTE, una categoría nueva y poco definida y que alguien le ha explicado diciendo que ello quería significar que Guinea será un país a las puertas del club de países desarrollados. El concepto de emergente referido a un país proviene de la clasificación que el banco Morgan Stanley realiza a los paises como destino de inversiones internacionales, pero se refiere más apropiadamente a ”mercados emergentes”. Ultimamente se ha popularizado su uso en los medios de comunicación para referirse a los países que como China caminan de manera segura hacia el desarrollo con tasas de crecimiento estables a largo plazo, emergiendo al desarrollo. Dentro del grupo de países emergentes está Brasil, Argentina, Rusia, Polonia, Chile, Mexico, Venezuela, India, China, etc. Un país emergente en realidad es un país en vías de desarrollo. Al dia de hoy, Guinea es un pais subdesarrollado y sus altos ingresos petrolíferos se desvían al exterior por parte de la familia del dictador y sus socios extranjeros mediante concesiones de obras sin control del pueblo. Los restos que quedan de esa desviación-evasión son apropiados por los pequeños comerciantes extranjeros del Africa Occidental. Lo que queda de todo ello son las migajas que Obiang entrega a sus incondicionales y que con ser migajas constituyen una cantidad importante para los guineanos que están en la miseria. Estimamos que la riqueza que se percibe en Malabo y Bata solo es el 10% de la renta total que genera el país.

Si se define el subdesarrollo como un proceso de estancamiento –“estado estacionario”- en el desarrollo, acompañado por un bajo nivel de renta, estar en vías de desarrollo significa haber realizado unas transformaciones políticas y económicas tan profundas que han conseguido eliminar ese proceso de subdesarrollo –desarrollo del subdesarrollo- que lo atenazaba y la renta real que tienen los habitantes se eleva cada año en fase de despegue sostenido. En las economías desarrolladas, la renta está repartida gracias a una Hacienda Publica moderna redistribuidora y solidaria y eso conforma una masa de consumidores que son los que tiran de la producción. Y por supuesto todos los indicadores del desarrollo como el nivel de educación, la sanidad, la esperanza de vida, etc. son elevados. Si la mayor parte de la renta del país, generada por una economía de enclave o de monocultivo de exportación como el petróleo-gas, está apropiada por una familia, no puede existir una economia en vias de desarrollo, entre otras cosas porque al no haber una capacidad adquisitiva entre la población no se generan los mecanismos dinámicos internos de una economia autocentrada. La Hacienda Pública moderna es una institución que aparte de crear equidad económica favorece la demanda de un mercado interno en bienes de consumo de masas cuyo uso es el verdadero desarrollo. A fecha de hoy, no hay una Hacienda Pública en Guinea sino unas oficinas de recaudación, prolongación del mecanismo de expolio que realiza la familia del dictador, a cuyo frente han puesto al sobrino, que es ministro y empresario simultáneamente.

Que sepamos, Guinea no ha llevado a cabo ninguna de las grandes transformaciones que requiere el abandono del estancamiento económico entre la población. Que el dictador y su familia vivan a ritmo superdesarrollado no significa que el país ha dejado o vaya a dejar de ser subdesarrollado. ¿Cuando piensa Obiang iniciar esas transformaciones profundas en Guinea?

Se supone que para alcanzar ser país emergente en 10 años Obiang habrá conseguido que Guinea haya tenido un desarrollo industrial, científico y económico de tal magnitud que más bien habrá que llamarlo el milagro económico de Obiang.

No vamos a insistir aquí que no es lo mismo crecimiento económico que desarrollo económico. El crecimiento se convierte en desarrollo cuando las rentas que crecen van a parar a la población que se beneficia claramente de ese crecimiento.

El ejemplo claro de que el crecimiento no es desarrollo lo tenemos en la misma Guinea.
Gracias a las críticas de la oposición y a la presión de FMI, el dictador se avino a incluir las rentas del petróleo en el cálculo del PNB y en los presupuestos del Estado –facilitando información sobre la producción del petróleo a los organismos-. Se había vencido una primera etapa del secreto de Estado que Obiang quería conferir a todo lo relacionado con el petróleo y gas. Y gracias a la inclusión de las rentas del petróleo, el PNB de Guinea sufrió un salto con un crecimiento de dos dígitos durante más de 5 años. Lo que estaba pasando en realidad era que se estaban normalizando las estadísticas, porque aparte de las inversiones en las industrias extractivas no había otra actividad económica.
Y hacía tiempo que esas inversiones y la producción petrolífera habían comenzado. Guinea tenía un PNB elevado calculado según la metodología del Fondo Monetario Internacional, pero no se veía por ningún lado el bienestar que debía representar ese PNB tan elevado.

Cuando estalló el escándalo de la banca Riggs, Obiang buscó la forma de justificar a dónde habían ido a parar los enormes ingresos del petróleo que su familia gestionaba y se apropiaba como un negocio privado. Nadie le creyó, porque en el país no se veía nada.
Desde entonces Obiang debe al menos procurar que su manejo de las rentas del petróleo no sea tan escandaloso. Al menos los pagos de petróleo que recibe el Estado o parte de ellos, se depositan en el BEAC, el banco central del Estado y en la cuenta de operaciones en el Tesoro francés que los acuerdos de la CEMAC obligan para asegurar la convertibilidad total del franco CFA. Al mismo tiempo se acomenten obras que son muy aparotosas o visibles para crear la sensación de que se hace algo para la población.

Las inversiones en infraestructuras, acometidas sin una planificación en la que el pueblo haya tomado parte, no serán las que nos lleven a ser país emergente en el 2020. Como decíamos en otro párrafo anterior, faltan los elementos que hacen posible que los guineanos tengan los ingresos adecuados para al menos considerarse un pais emergente en 10 años. Si sumáramos a todos los habitantes del país en condiciones de poder trabajar, tendríamos unas cifras de población activa al menos doble de la actual. Y de ahí obtendríamos unos índices de paro superiores al 40%. Con un paro del 40% no se puede presumir de pais emergente, sino de pais en emergencia.

Otrora los habitantes de los pueblos tenían ingresos cuando se dedicaban al cultivo y venta de café y cacao. Ese fue el gran éxito de la administración colonial de los años 60. Ahora no existe una actividad económica en el campo que provea de ingresos a los habitantes rurales. O se crean puestos de trabajo en los pueblos o el gobierno debe subvencionar a la población rural a partir de los ingresos del petróleo.

La sola construcción de infraestructuras no asegura puestos de trabajo estables para todos los guineanos, sino que es una forma de desviar los ingresos del petróleo hacia las arcas de la familia Obiang, que es la que contrata sin licitación pública justa a las empresas de obras públicas que existen en Guinea. El método para desviar los fondos públicos a manos privadas de la familia Obiang podría consistir en inflar los costes de las obras en un 300% del coste real. 2/3 de esos costes los depositaría la empresa traida por Obiang en los bancos de su país (China, Marruecos, Egipto, Libano) a nombre de Obiang y su familia, mientras la empresa se adjudica el tercio restante. Las empresas occidentales no son en su mayoría adjudicatarias porque en cualquier momento podría desvelarse toda la maquinación como ya pasó con el Banco Riggs.

Nadie ni nada controla el gasto en obras de infraestructura. No hay un Tribunal de Cuentas, ni auditoría interna ni externa, no se publican las adjudicaciones en ningún boletin del Estado. Obiang se comporta como un faraón. Hasta las ciudades, que se suponen son responsabilidad de los gobiernos locales, son tratadas por Obiang como parte de su dominio, construyendo aqui y allá artefactos arquitectónicos desligadas de la población.

Las obras públicas que se construyen exigen un coste anual equivalente al 10% de su coste de primer establecimiento, para el mantenimiento. Y la existencia de un sistema de mantenimiento que funcione bien. A su vez, el mantenimiento exige personal formado y sobre todo DISCIPLINA técnica y operativa para cumplir con los protocolos de mantenimiento. Esto hace alusión a formación de ingenieros, letrados y técnicos. Hace tambien alusión a disciplina metodológica, algo difícil en un país donde se hacen las cosas con la fuerza y sin planificación.

Independientemente de que esas obras en infraestructuras sean algunas de dudosa utilidad, al menos en su tamaño, como ocurre con las obras del puerto de Malabo que van desde el aeropuerto hasta Black Beach, su sola construcción solo crea lo que se denomina CAPITAL FISICO.
El capital físico es favorable al desarrollo.

Pero falta de forma ostensible un proyecto de formación de CAPITAL HUMANO, constituido por los conocimientos y habilidades de las personas y a todos los niveles, desde la enseñanza primaria hasta el doctorado y la formación continuada, junto con las instituciones culturales y de Investigación y Desarrollo.
Si algo ha caracterizado al gobierno de Obiang ha sido el abandono a la Educación y a la Sanidad. Antes de gastar el dinero en el puerto de Malabo por ejemplo, la capital debería tener un hospital público en condiciones y unos centros de enseñanza secundarios y universitarios en condiciones. Cuando decimos en condiciones significa edificios, departamentos, gestión, material moderno y personal cualificado bien pagado

Entre ambos, capital físico y capital humano, el capital humano tiene más importancia que el físico por su efecto benéfico sobre las personas y por su repercusión inmediata sobre el desarrollo económico y humano. Son las personas formadas las que aseguran el desarrollo de los pueblos y las que crean capital físico con su saber hacer. La sanidad forma parte también del capital humano puesto que da soporte a las personas. De nada vale tener a una persona formada si no puede rendir por estar enferma.

Otro déficit notable en el proyecto de una Guinea emergente en el 2020 es el institucional. Aquí Obiang no se ha molestado en ir construyendo en serio los distintos elementos que conforman lo que para la economía del desarrollo se denominan Instituciones. Estas son desde mi punto de vista las reglas de juego que regulan el comportamiento de las personas. Pueden ser formales e informales. Entre las formales están las que regulan el funcionamiento del Estado (Constitución, Leyes, Parlamento Verdadero, Sistema Judicial Verdadero, Partidos y la Administración Pública) y las que regulan el funcionamiento de la economía –en realidad de sus mercados-, como las leyes de protección del consumidor, leyes sobre la competencia, leyes sobre contratos públicos, leyes laborales, inspecciones de varios tipos, etc. etc. Junto con lo mencionado, hay que hacer figurar las libertades, la democracia y el buen gobierno o la gobernanza. Las libertades a su vez pueden ser civiles o económicas, estando ambas entrelazadas en su ejercicio cotidiano. Entre las instituciones informales figura la confianza y la honestidad en las transacciones. La honestidad consolida las buenas relaciones que dan lugar al comercio y al crédito empresarial.

Para Sen [1] la democracia genera un efecto dominó que libera a su vez otros procesos ocultos o inactivos, aporta seguridad jurídica y personal, aumenta la participación política y fortalece los resortes y la capacidad de reacción de la Administración, favoreciendo así el progreso económico y social. En realidad, contrariamente a lo que piensa el dictador, LA DEMOCRACIA FORTALECE LOS ESTADOS.

Sin la seguridad jurídica no es posible la existencia de empresas. En Guinea no existen empresas como tales sino organizaciones de trabajo orientadas en la mafia. Las empresas que han querido recurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos, se han encontrado desprotegidas. Solo la eventual acción del jefe Obiang ha podido resolver o malgastar sus pretensiones jurídicas.

Tenemos conocimiento de miles de sentencias no ejecutadas que han dado lugar al expolio de bienes particulares por parte de la familia del dictador o del propio dictador. Otras veces las demandas civiles se archivan e ignoran o simplemente ni se reciben o registran, violando gravemente el derecho administrativo y el procesal civil.
Al día de hoy y a pesar de la existencia del OHADA [2], Guinea es uno de los países con mayor inseguridad jurídica del mundo. Si bien hemos definido las Instituciones en términos de regla de juego o de normas, se entiende que esas normas deben funcionar y hacerlo de manera autónoma. Pero en Guinea la ficción es permanente: ni las normas se ejecutan, ni los partidos políticos ni los parlamentos son tales. O sea que no existen Instituciones.

Tampoco podemos poner como excepción a la Administración Pública: simplemente que no existe. No se conocen los procesos administrativos y cuando dicen los funcionarios que los aplican, lo hacen con una total arbitrariedad. Tal ocurre por ejemplo en la Aduana. Todos los altos funcionarios de Aduana se han construido al menos 3 chalets y tiene varios coches. A las personas les aplican las exacciones que les da la gana sin sujeción a norma alguna. Ni se aplica el arancel ni se siguen los principios de la Hacienda Pública. Un día se paga una cantidad para una cosa y al otro día se paga otra cantidad. No hay manera de calcular el coste del impuesto en Guinea. La indefensión es total y no hay forma de recurrir.

¿Cómo pueden funcionar las empresas en ese ambiente?. Se supone que el desarrollo, los puestos de trabajo, los generan las empresas. Ni que decir tiene que las empresas de Obiang y de su familia no pagan impuestos de ningún tipo mientras que las demás pagan impuestos arbitrarios, en suma, no hay competencia libre entre las empresas, no parten todas de la misma situación. En ese entorno, crear una empresa, es muy arriesgado.

En conclusión, la sola construcción de algunas infraestructuras, tal como lo está haciendo Obiang Nguema, no garantiza ningún desarrollo. La grave ausencia de otras condiciones para el desarrollo como la formación de capital humano y el desprecio a las instituciones, entre ellas la democracia, que no existen, auguran un fracaso estrepitoso del plan diseñado en alguna ciudad occidental por unos técnicos que desconocen o evaden los principios del DESARROOLO HUMANO. Sin la democracia, sin la libertad, sin la educación de las personas, no es posible emerger desde el subdesarrollo.

Gabón ha tenido muchos recursos durante muchos años y aunque ha exhibido altos valores de crecimiento y de renta per capita en tiempos pasados, no ha conseguido que se libre de las ataduras que la condenan al proceso “estacionario”del DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO. En Guinea el futuro con Obiang será igual.


Celestino Okenve Ndo
Nvo zang Okenve Mituy
Economista

[1] SEN, A. (1999): Development as Freedom, Nueva York, Random House.
[2] OHADA Organización para la (H)armonización en Africa del Derecho de los Negocios (Affaires)


Fuente: propia

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