LA SAGRADA FAMILIA
27 diciembre 2009
UNA FAMILIA Y SOMOS FAMILIA
IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Eclesiástico 3, 2-6. 12-14. Ben Sirá glosa en la lectura el mandamiento de la Ley divina: Hora a tu padre y a tu madre”. El mandamiento está acompañado por la promesa de una larga vida y ofrece una serie de bendiciones de Dios para los que cumplan el mandato divino. Si los hijos honran a los padres, Dios les bendecirá.
- 2ª Lectura: Colosenses 3, 12-21. Pablo escribe a los colosenses y les exhorta a que sean constructores de un nuevo estilo de comunidad. Recurre a la imagen del vestido, menciona virtudes y actitudes y aconseja a las mujeres y a sus maridos, a los hijos y a los padres.
- Evangelio: Lucas 2, 41-52. En Israel era costumbre que el niño, al cumplir los doce años, era considerado mayor de edad y podía independizarse de la familia y asumir sus propias responsabilidades. Esta autonomía desconcierta a María y a José. Buscan angustiados al que se debe ocupar de las cosas del Padre. Los tres vuelven a Nazaret y Jesús comparte la vida de sus contemporáneos, mientras él crece en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
1. Queridos hermanos y hermanas en Cristo: En estas fechas navideñas, ponemos la mirada y el corazón en María y José, a quienes Dios Padre encomendó la misión de ser los primeros maestros de la educación humana del Verbo encarnado (Jesús) En su hogar santo, “el niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él” (Lc 2, 40) Desde entonces, Dios Padre sigue encomendando esta misión a todos los padres para el bien de sus hogares. De ahí, la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, teniendo todo esto en cuenta, ha propuesto para esta JORNADA DE LA FAMILIA 2009, el lema de “CRECER EN FAMILIA. LOS PADRES: PRIMEROS MAESTROS Y TESTIGOS DE LA FE”. De modo que, hoy, Domingo de la Sagrada Familia, todas las familias cristianas debieran hacer un análisis, un diagnóstico, un examen, una revisión de lo que acontece en sus hogares, de cara para dentro. Y todos, deberíamos hacer otro análisis sobre la institución de la familia en la sociedad actual. Y seguir afirmando, desde la fe cristiana, lo que la familia ha sido y debe ser.
2. Es importante precisar el papel de la familia en la vida de los individuos y de la sociedad. La familia no debe reducirse a una “unidad económica”, para asegurar intereses de dinero o patrimonio. Ese modelo de familia, que está tan protegido por el Derecho, suele ser causa de divisiones y enfrentamientos entre parientes. Tampoco debe reducirse la familia a “unidad de dominio patriarcal”. Porque eso crea desigualdades y conflictos, marginando a la mujer y provocando conflictos. Tampoco es familia un montón de individuos de uno o de varios progenitores, sin un guía específico que los oriente… La familia debe cimentarse sobre la “relación pura” basada en la comunicación emocional, el respeto, la transparencia y la libertad. Porque la familia no era así en tiempo de Jesús, por eso en los evangelios se habla con frecuencia de enfrentamientos entre los parientes.
3. No podemos engañarnos, hoy la institución familiar está en crisis. Algunos, los pesimistas, vaticinan que la familia como institución está llamada a desaparecer. El problema es serio. Está bombardeada por todas partes; está amenazada por una serie de contravalores que poner en peligro su estabilidad. Los síntomas son: el egoísmo, la infidelidad, la superficialidad. Por el contrario, hay familias que viven unidas, se sacrifican unos por otros; la fidelidad es la raíz de su amor y entrega. En la familia se educa y se hace crecer, se reflexiona y se dialoga, padres e hijos se respetan y se aman mutuamente. La familia es una escuela de amor, de relación y de formación. Es un lugar que todos aprenden a amar a vivir, a respetarse y a ayudarse. La familia de Nazaret es un modelo para la familia cristiana. Es cuna de la vida que comienza y hogar en el que se desarrolla. No habrá calor humano en el mundo sin el respeto a la familia, sin defender el ámbito familiar. El perdón y la comprensión son la base de la estabilidad familiar y de la superación de las dificultades que surgen en las relaciones cotidianas. La fe es la clave de la convivencia familiar. Contemplando a la Familia de Nazaret se aprende a escuchar en el silencio, a meditar el misterio, a trabajar y sobre todo a amarse mutuamente. Amén.
Fuente: Jesús Rafael Edu Eyama Achama