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PAUL KAGAME, UN MILITAR QUE SUPO SALVAR A SU PUEBLO publicado por: Crispin Mba el 26/08/2010 23:26:39 CET
En 1959, cuando tenía dos años de edad, fue uno de los miles de tutsis que huyeron de la revolución de los hutus, quienes, con el beneplácito de la autoridad colonial belga, derrocaron la monarquía tutsi y tomaron las riendas del poder socioeconómico. Este sangriento episodio, que inició la secuencia de genocidios en Rwanda (1963, 1965, 1973 y 1994) y en la nación gemela de Burundi (1965, 1972, 1988 y 1993) en torno al antagonismo tutsi-hutu, quebró un esquema de castas muy estratificado que en el caso de Rwanda venía funcionando desde mucho antes de la colonización europea.
Militares contra los regímenes de Grégoire Kayibanda y, desde 1973, Juvénal Habyarimana, Kagame asistió a escuelas de primaria y secundaria en Uganda. Muchos años después iba a obtener de la Open University de Londres un diploma de Administración de Empresas. Los pasajes de su vida son oscuros hasta comienzos de 1981, cuando surgió como uno de los tutsis rwandeses enrolados en el Ejército de Resistencia Nacional (NRA) de Yoweri Museveni, alzado en armas en Uganda contra el Gobierno de Milton Obote.
Kagame se curtió en la guerra de guerrillas hasta la toma de Kampala por el NRA y la conversión de Museveni en el jefe de Estado de Uganda en enero de 1986. A partir de esa fecha el refugiado político siguió sirviendo como alto oficial del NRA, que hacía la función de Ejército nacional ugandés y continuaba combatiendo las diversas subversiones dirigidas por ex mandatarios y oposicionistas de nuevo cuño. Kagame se ubicó claramente en la élite tutsi rwandesa que aportó a Museveni uno de los pilares, militares, de su régimen, aunque su influencia también se expresó en el poder político.
Kagame se desempeñó como el responsable de la inteligencia militar desde 1989 y organizó minuciosamente un movimiento guerrillero, el Frente Patriótico Rwandés (FPR), con el objeto de derrocar el régimen prohutu de Kigali. El FPR, cuyo brazo armado era el Ejército Patriótico Rwandés (APR), invirtió varios años en reclutar hombres e instruirse antes de lanzarse a la lucha, para lo que contó con todo el soporte militar y financiero del Gobierno ugandés.
La situación era explosiva y terminó saltando por los aires el 6 de abril de 1994: ese día el avión que traía a Habyarimana y a su colega burundés, el hutu Cyprien Ntaryamira, de Dar es Salam a Kigali fue derribado por un misil cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto. La autoría del doble magnicidio nunca fue esclarecida, pero el MRNDD acusó inmediatamente al FPR y por extensión a los tutsis.
Esta es la historia de un militar que sí sintió el dolor y clamor de su pueblo, se puso los atuendos militares y empezó el trabajo que ha traído paz a Rwanda, convertido hoy en uno de los países más prósperos de África. Ya es amigo incondicional de los Estados Unidos de America, acaba de entrar en la Commonwilht, Francia está tocando continuamente a su puerta, su economía está creciendo a ritmo bestial, sin petróleo ni gaitas, sino por el buen gobierno. Rwanda, es hoy por hoy, uno de los países más respetados en el espectro internacional, por la seriedad de un hombre que de verdad quiso acortar el largo sufrimiento de su pueblo.
Quizás la formación militar en España no da para mucho, pero para algo un país tiene a los militares; para rebelarse cuando sea necesario y morir por su pueblo cuando las circunstancias lo requieran. Nuestros militares en el exilio, ya deben quitar los trajes y las corbatas y colocarse el uniforme militar para liberar al pueblo, antes de que sea muy tarde.
Aprovecho esta ocasión para animar a la gente a acudir mañana en la manifestación pacífica en la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid, Avda. Pío XII línea 9 de metro; a las 12 de mediodia.
Fuente: biografia
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