GUINEA ECUATORIAL/ DEMOCRACIA
Los depredadores dicen que en Guinea ¨no hay presos políticos¨
Pedro Nolasco. Madrid, miércoles 24/07/02
La supresión de la pancarta que colocó hace doce días -frente a su sede-el principal partido de la oposición, la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), pidiendo la ¨puesta en libertad de su líder Plácido Mikó Abogo y los demás presos políticos¨, no debe extrañar a nadie en un régimen que se ha comprometido con el fanatismo antidemocrático y la violación sistemática de los derechos humanos, ante su incapacidad de articular un cambio de rumbo político en el que converge la democracia y el pluralismo ideológico que autorizó en la Constitución de 1992.
Las autoridades de Guinea Ecuatorial padecen cuando transcurre un lapso de tiempo sin que cometan un acto de criminalidad contra el pueblo indefenso, sin que reprimen o que se les reproche de dictadores, brujos mecánicos dotados de un poder selvático como leones de la jungla. Para ellos, los comportamientos humanos que se alejan de la opresión del hombre contra el hombre significan pérdida de autoridad. Hay que fabricar incidentes impúdicos para que la gente se siente que son los ¨dueños y señores¨ del país.
El eterno sonriente ministro del Interior y Corporaciones Locales, Clemente Engonga Nguema Onguene [al que no se sabe de quién se ríe, si del presidente fundador que les insulta públicamente de incapacitados y corruptos y les trata como unas mujercillas, o de la comunidad internacional al que han acallado con los barriles de petróleo, o a esos 95´5 por ciento de la población que, sumidos en la más abierta pobreza, reclama la democracia, el respeto de sus derechos y el bienestar socio-económico], ordenó la retirada de la pancarta con el pretexto de que en Guinea ¨no hay presos políticos¨ y que su colocación contradecía con la ¨ley de partidos políticos¨, sin especificar contra qué inciso de esa ley.
Sin embargo, si se analiza la naturaleza del caso, el ¨sonriente¨ ministro del Interior no habría ordenado su retirada porque quiso, sino porque un agente de la familia presidencial, dotado de más poder que él, le hizo una bronca al respecto en la presidencia y temeroso de que no constituyese un antecedente más contra él en estos momentos en que se les considera como financiadores de la hasta ahora no legalizada Fuerza Demócrata Republicana (FDR) de Felipe Ondó Obiang, se inclinó a ella: ¨seños ministro, cómo es posible que usted permita que estos chicos de la CPDS pongan una pancarta de este tipo frente a la sede del ministerio de Asuntos Exteriores¨, le pregunto un agente en presencia de esos torturadores, que apoyaron la idea. Esto es lo que se supo de una fuente solvente del ministerio del Interior consultada desde Malabo.
Lejos de esta realidad, Engonga Nguema, quien junto a su hermano Marcelino Nguema Onguene [actual ministro de Estado de Sanidad y Bienestar Socia], fueron citados de entre los miembros de Gobierno que financian la FDR, prefirió contentar el deseo de un simple agente de la seguridad para evitar que se levantara más sospechas en su contra como presunto miembro de la Fuerza Demócrata Republicana, un partido al que , según conjeturas, pertenece todos los miembros del Gobierno originarios de la provincia de Wele Nzás y más concretamente del distrito de Mongomo.
Esta fue también uno de los argumentos que reforzaron a Teodoro Obiang a fabricar la supuesta trama golpista, en un intento de acabar con los ánimos de sus colaboradores que abogan por su retirada del poder, pero que debido a la voraz persecución que le caracteriza, colaboran en el más absoluto secreto con los partidos de la oposición que creen que pueden asumir el poder el día de mañana. Antes fue el PP de Severo Motó y ahora han puesto sus esperanzas en CDPS y FDR.
Engona Nguema debería ser más preciso, porque descartar que en Guinea Ecuatorial no existen presos políticos o que los sentenciados en el reciente macro-juicio sobre la supuesta tentativa golpe de estado no son presos políticos o de conciencia, es una afirmación pueril, la idiosincrasia del sistema hipócrita que han adoptado para preservar el régimen de terror del general Teodoro Obiang Nguema, quien pese a considerarles como mujercillas al merced de la ¨prostitución¨ para alimentar a sus familias, sin embargo, ven en él como el ¨único hombre capaz¨. Quizás capaz de matar cuando quiere y cuando pueda.
Desde una perspectiva independiente, se sobreentiende que el ministro del Interior querrá decir que Plácido Mikó y los demás presos políticos, no son sino reos comunes, tipos que han querido ¨matar¨ al presidente de la república, por tanto, ¨presos delincuentes¨, como ignorase que en Guinea Ecuatorial los hay tantos que andan sueltos por las calles y gozan de la máxima confianza del mandatario y sus familiares. Francisco Mbá Mendaman [efe pulé, actual comandante militar de Wele Nzás], asesinó a Julián; Amadeo Efá Mba, asesinó a un francés en 2000. Cayo Ondó Mbá Angué, otro asesino empedernido, que por cada año mata a sangre fría no menos de cuatro personas, etc. Nguema Onguene no ve a estos delincuentes, que ellos sí deberían estar cumpliendo condenas en Black Beach, lejos de que un Obiang insomne por la búsqueda de sus reliquias brujeriles adopte venganza contra quienes cree que son los que las secuestraron o pueden sustituirle del poder en estos momentos en que le han desparecido las reliquias que dice que le proporcionaban el ¨real¨ poderío.
Los análisis que corroboran que Teodoro Obiang no está contento aun con Ondó Obiang entre rejas han llegado hasta el nudo de la cuestión. Le quiere muerto, y por eso en Black Beach recrudecen diariamente las condiciones de vida de los presos. Obiang no le gusta a matar sino en serie, por eso ha implicado a muchos inocentes, cuya salida depende el que palidece el dirigente de FDR, un veterano político que ha logrado introducir la oposición en la ciudad Mongomo, lo que presenta una auténtica amenaza para el caudillo porque ésta constituía su única zona de absoluta influencia electoral.
Fuente: La Diáspora
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