por Antonio Regalado

La víspera del 12-O, el presidente de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema, hizo leer por la Radio Nacional, en la mitad de la tarde, un decreto de indulto general que conmocionó las cancillerías de España, Francia y Estados Unidos, los únicos tres países PUBLICIDAD

que podrían ¨hacer entrar en razones democráticas¨ al régimen dictatorial del sobrino de Macías.

A falta de Boletín Oficial del Estado, las leyes se leen una sola vez por la radio estatal y si te he visto no me acuerdo. La interpretación queda al arbitrio de los funcionarios y de los jueces. Aunque parezca mentira me pongo colorado cuando lo digo, pero es verdad. ¿Puede uno creer, pues, en una ley leída sin avisar, muchas veces con nocturnidad y alevosía? En la última colonia española, con 34 años de independencia, todo lo imaginable es posible. No hay prensa libre y acaba de clausurarse, sine die, el Colegio de Abogados.

Quizás ustedes no recuerden que los ecuatoguineanos apenas llegan al medio millón. Y que desde hace dos años, por dar un dato, se están extrayendo más de 400.000 barriles de petróleo diarios. ¿Cómo entender que más de cincuenta mil estén en el exilio y el resto -excepto el 15 por 100- sigan viviendo en la más absoluta de las miserias? Sencillo: Obiang protege a una casta familiar –ese 15 por 100- que controla todo, hasta el respirar. Fuera de su círculo de poder no hay futuro. Ni presente. Cuando la oposición renace se les aplica la ¨conspiración¨ para asesinar al presidente y/o el golpe de Estado (inexistente) y todos a la cárcel de Black Beach. Una bendición si cesan las torturas.

El juicio de mayo, en el que condenaron a 65 opositores es, al decir de los observadores españoles, una farsa. Y desde entonces en la cárcel se hacinan hombres como Plácido Micó o Nsué. Tres han muerto por hambre y torturas; los otros están en el camino.

Veintitrés años lleva gobernando con mano de hierro Teodoro Obiang, compañero de carrera del Rey Juan Carlos en Zaragoza y que aspira a que herede el trono su hijo Teodorito, un señorito malcriado que ha realizado un cursillo de seis meses en el Ejercito chino y por ello, con derecho a ascensos irresisitibles por méritos paterno-filiales.

Renage, el frente opositor más importante, no acaba de pergeñar una estrategia ni dentro ni fuera y el resto de partidos más desunidos que nunca. Los peores enemigos de los guineanos son ellos mismos. Y lo demuestran en la oposición.

Como cada 3 de agosto, Obiang ha transformado la jornada de su cumpleaños en un día de culto a su personalidad. Este año, Gobierno y Parlamento le proclamaron ¨Liberador del Pueblo¨ por ¨el acto heroico -manda huevos que diría Trillo- y el éxito del golpe de la Libertad que permitió al país conocer los actuales niveles de desarrollo¨. Tres precisiones: las escuelas no tienen libros, los médicos se han largado a Europa y el paro sobrepasa el 40 por 100. Todo un modelo de sociedad del bienestar. El primer ministro, Cándido Mautentema Rivas, fue más allá afirmando que Obiang debía aceptar dicho título por haber ¨llevado a su pueblo el honor y la dignidad¨. Hay pelotas ¨pa´to¨. La verdad es que este sátrapa está dejando el país arruinado.

Este rey negro recibe efusivos abrazos en la Moncloa (de Felipe y José María), visitas de nobles de rancio abolengo y parabienes de todos los ministros de Exteriores (Morán, Piqué y Ana de Palacio). En Guinea todo le pertenece, como bien me explicaba el periodista Joaquín Mbmío, exilado en Ginebra: ¨es un consumado cínico, un cleptómano y un magnate de las finanzas. Todo lo compra a precio de oro. Y todo y todos tienen su precio¨.

Tras el regalo de la Licenciatura en Derecho por la UNED, Obiang ha conseguido el doctorado Honoris Causa -¿qué causa y que honores?- por la Universidad de Alcalá de Henares. Estrella invitada de la ¨Cumbre del Idioma¨ en Valladolid, esta primavera, cuando él está exigiendo francés a sus altos funcionarios y es el mayor verdugo tanto de la Universidad a Distancia española como de la Radio Africa 2000. También acudió a Madrid en la ¨Cumbre de la Senectud¨, un asunto burlesco para los guineanos con apenas 45 años de esperanza de vida, sin pensión alguna. El agasajo de las autoridades españolas se contrapone con la represión interna que no cesa como ha denunciado el relator de Naciones Unidas en la Comisión de Derechos Humanos, Gustavo Gallón.

El petróleo le ha coronado como un nuevo virrey mientras la oposición en el exilio –muy fragmentada, ciertamente- apenas consigue unas migajas de atención del PP y del PSOE. ¿Qué ha hecho cinco días en Guinea el misterioso e inaccesible secretario de Estado de Política Exterior Ramón Gil-Casares, hasta ahora asesor personal del presidente? ¿Por qué le ha ninguneado la prensa oficial como representante español en los actos de la Independencia? ¿Consiguió reunirse con el dictador? ¿Llevaba algún mensaje especial de Aznar? ¿Hay fecha para esa postpuesta visita de nuestro primer ministro?

Ahora, me cuentan amigos recién huidos de Malabo, que el señor presidente se desliza sobre un mar de dudas porque los hechiceros le han echado el mal de ojo para que pierda el poder. Y que se encuentra cada vez más solo. Y que se ha vuelto más cruel. Ha dejado atrás la teoría de que todos los bubis son ¨buenos¨ y que todos los fang son ¨malos¨: todos están ya en la conspiración.

La medida de gracia solo ha afectado hasta el momento de escribir estas líneas a una anciana de setenta años. Los presos políticos sigue pudriéndose en las cárceles. Y, mientras tanto, Exteriores pidiendo un gesto que nunca llega porque Obiang domina los tiempos como nadie. Es amigo de Mohamed VI. Y, además, un ingeniero del engaño. Que se lo pregunten a los empresarios españoles que no ¨pagan¨ su impuesto al nuevo sultán. ¿Dónde demonios sigue la UE y su cacareada defensa de las libertades? ¿Y España? ¿Y esos manifestantes de fin de semana contra el Imperio, dónde están? El oro negro no lo es todo cuando el país agoniza y el presidente nada en incienso y mirra con una caudalosa cuenta corriente en bancos de Baltimore y Nueva York. No solo no tiene BOE sino tampoco Presupuestos, algo que consagró aquí la Constitución de Cádiz. Tampoco vergüenza. A partir de aquí, hay que interpretar el indulto general solo por los hechos.

Mientras los opositores que iban a plantarle cara en las presidenciales de febrero no salgan a la calle, seguiremos pensando, con Celestino Bakale, candidato por Convergencia para la Democracia Social (CPDS), que se trata de un indulto-trampa porque ahora selecciona a los presos.

En medio de tanta soledad, siempre les quedará la ventana abierta a la esperanza de Radio Exterior de España y de su programa África Hoy.

Fuente: De micanoa

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos