MIGUEL ÁNGEL AGUILAR
Deberes con Guinea

LA VANGUARDIA - 03.47 horas - 29/10/2002


Se preguntaba el domingo en la plaza de Vistalegre el proclamado candidato del Partido Socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, qué quedaría en política exterior de la etapa de gobierno del aznarismo, y respondía a continuación que nada. Sucedía en un mitin donde está excluido el miniaturismo y sólo hay lugar para el trazo grueso con tendencia al chafarrinón. Pero en algún momento deberá hacerse un examen riguroso sobre las aportaciones y los desvaríos del PP en este campo a partir de su victoria de 1996. Será el momento de los contrastes. Habrá que reconocer cómo el PSOE en una ponencia encomendada a Fernando Morán en el congreso federal precedente al triunfo electoral del 28 de octubre de 1982 abandonó su alineamiento mecánico con las justas causas de los pueblos oprimidos y reconoció, por ejemplo, el deber de España de contribuir a la defensa occidental. Un cambio a partir del cual la permanencia en la Alianza Atlántica era pura deducción obligada para salir de la inferioridad arrastrada desde los acuerdos bilaterales franquistas con Estados Unidos suscritos el 26 de septiembre de 1953.

Se impondrán también otros reconocimientos básicos en el ámbito europeo. En la escena internacional España tiene potencialidades pendientes de desarrollar, pero también limitaciones impuestas por sus dimensiones geográficas, demográficas, económicas y demás. En todo caso, nos corresponden deberes irrenunciables en algunos puntos definidos. Ése es el caso de Cuba, donde el PP ha descrito una recta de 360 grados para volver al punto de partida, eso sí, en peores condiciones. Otro lugar donde la posición de España tiene máxima relevancia es Guinea Ecuatorial. Pareció durante la campaña de 1996, desarrollada con la presencia permanente de Severo Moto, que Aznar estaba decidido a implicarse, pero al final todo quedó en abandono y el dictador Obiang fue recibido en la Moncloa e invitado al Congreso de la Lengua en Salamanca, pese a sus intentos de desplazar el español para incorporarse a la francofonía. Mientras, la oposición democrática que encabeza Celestino Bacale, candidato de Convergencia para la Democracia Social, miembro de la Internacional Socialista, necesita el apoyo decisivo del PSOE sin esperar la llegada de Rodríguez Zapatero al poder.


































Fuente: ASODEGUE

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