Su presidente figura entre los peligrosos depredadores de la libertad de prensa en África
Pedro Nolasco. Madrid, jueves 31/10/02.- Situado en África Central, Guinea Ecuatorial, con sus escasos 28.000 kilómetros cuadrados y con una reducida población que no supera medio millón de habitantes, vive en la más absoluta dictadura impuesta por la familia nguemista, que ha convertido a este maravilloso país en un paraíso caótico, que pretende transformar en un imperio hereditario, a no ser que se crea a corto plazo un movimiento de contrapeso social capaz de derrocarlo a fuerza. Las voces de quienes así lo ven no cesan de denunciarlo ante las instancias internacionales competentes, aunque, desgraciadamente, éstas miran con disimulo cómo se va desdibujando un futuro mucho más desastroso.
En la reciente cumbre de la Francofonía celebrada en Beirut del 18 al 20 de octubre, Reporteros Sin Fronteras, la mayor organización no gubernamental internacional que vela por la promoción y la defensa de la libertad de la prensa en el mundo, ha criticado duramente en un informe remitido a la Secretaría de la Organización de la Francofonía la ¨pasividad¨ que dicho organismo guarda sobre la violación sistemática de los derechos humanos de los Estados miembros, entre ellos Guinea Ecuatorial, a la que exige su retirada, junto a Laos, Túnez y Viet-nam, considerados como los más represivos contra la libertad de prensa y la violación sistemática de los derechos humanos en general, conforme estipula la Declaración de Bamako, que prevé sanciones en caso de ruptura democrática o de violaciones masivas de
los derechos humanos.
¨La Francofonía asiste pasivamente a las violaciones cotidianas de la libertad de prensa¨, dice el informe de RSF, que señala que tres años después de la última cumbre de Canadá, los compromisos en materia de los derechos humanos adoptados no han sido respetados. Netamente, la situación de la libertad de prensa se ha degradado. ¨De los cincuenta y cinco Estados y gobiernos que participaron en la Novena cumbre de la Francofonía, veinte continúan violando la libertad de prensa¨: Burkina Faso, Camerún, Comores, Djibouti, Egipto, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Haití, Laos, Líbano,Marruecos, Mauritania, Níger, República Democrática del Congo, Rwanda, Seychell, Togo, Túnez y Viet-nam. Para el resto, RSF pide la suspensión de la cooperación multilateral y apela a la Secretaría de la Francofonía al respeto de la libertad de la prensa por parte de los países que la siguen violando.
Según el informe, hoy se constata más violaciones de la libertad de la prensa en los Estados de la Francofonía que antes de la última cumbre de Moncton de 1999. En tres años, tres periodistas han sido asesinados, 264 han sido arrestados y 183 han sido agredidos. Por otra parte, añade, 223 medios de comunicación social han sido censurados, clausurados o prohibidos por las autoridades. En definitiva, hasta el primero de octubre, catorce periodistas están encarcelados en ocho países de la Francofonía.
En términos más duros, RSF insiste que ¨no adoptar ninguna decisión concreta, después de la cumbre de Beirut, significaría que sus compromisos no son sino la ¨tapadera de vista¨ para persuadir y tranquilizar a la comunidad internacional, y la Francofonía habría perdido definitivamente toda credibilidad en materia de protección de los derechos humanos y de la libertad de prensa, y los pueblos de estos países sabrán que no hay nada que esperar de una organización pasiva, cómplice de los jefes de Estado que practican a diario la violación de la libertad de prensa y el conjunto de los derechos humanos.
En Guinea Ecuatorial, dice el informe, la prensa escrita, la radio y la televisión están bajo la bota del presidente Teodoro Obiang Nguema y de su partido. Aunque algunos periódicos tienen una tirada casi confidencial, pero el régimen los considera peligrosos. El 13 de mayo de 2001, Pero Nolasco Ndong, presidente de la Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial (ASOPGE) y corresponsal de Reporteros Sin Fronteras, fue interpelado en el aeropuerto de Malabo cuando regresaba del seminario organizado por la UNESCO en Namibia, con ocasión de la 11 jornada internacional de la libertad de la prensa. Después, señor Nndong, sometido una verdadera presión, salió del país y se ha refugiado en el reino de España.
En Guinea Ecuatorial, la presión gubernamental sobre los medios de comunicación social no únicamente afecta a los independientes y privados. El actual primer ministro Cándido Muatetema Rivas se ha convertido en la ¨guía redaccional¨ de los medios estatales, a cuyos profesionales toma represalias ante cualquier indicio que pone en peligro la nula política gubernamental.
En 1999, el director y subdirector de televisión, José Esono Bakale y Pastor Nlavo Nande fueron brutalmente torturados y meditos durante varios días en los calabozos de la comisaría de Malabo por orden del ministro de Estado de Información, Lucas Nguema Esono. En junio de este año, el secretario general del gobernante PDGE, Agustín Nzé Nfumu, incriminó a los profesionales de los medios públicos por haber difundido las declaraciones del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos al término de una visita que realizó en el centro penitenciario Black Beach, donde más de 60 opositores y líderes políticos soportan condiciones infrahumanas.
Paralelamente, un informe de esta misma ONG sobre la clasificación mundial de la libertad de prensa sitúa a Guinea Ecuatorial en el puesto 117. Para RSF, en los países peor clasificados, como Guinea Ecuatorial, ¨la libertad de prensa es sólo una palabra hueca. No existen periódicos independientes.
La única voz sigue siendo la de los medios de comunicación públicos, estrechamente controlados y vigilados por el gobierno. Los escasos periodistas independientes se ven constantemente acosados por las autoridades, encarcelados u obligados al exilio, mientras la prensa internacional o está prohibida o se autoriza con cuentagotas, y en todos los casos vigilados muy de cerca¨.
Desde 1995, Reporteros Sin Fronteras y otras organizaciones internacionales en materia de la libertad de prensa como Freedom Housse (su informe del pasado año sitúa a Guinea entre los primeros 10 países liberticidas del mundo), así como la propia ASOPGE, han venido denunciando la grave situación que atraviesa la libertad de prensa en Guinea Ecuatorial, cuyo presidente, Teodoro Obiang Nguema está a la cabeza de la lista de los 38 temibles depredadores de la libertad de prensa en el mundo.
Aunque la cumbre de Beirut evitó adoptar duras decisiones, no obstante, su nuevo Secretario General, el ex presidente senegalés Abdou Diouf se ha comprometido en ¨poner en marcha la Declaración de Bamako¨ sobre el respeto de los derechos humanos y la democratización, sugerido por muchos mandatarios. Concretamente, el propio presidente francés Jean Chirac pidió a los países miembros de la Francofonía, entre ellos Guinea Ecuatorial, la plena aplicación de la Declaración de Bamako. Pero, encerrado en un régimen de cerrazón y cada vez más en abierta violación de los instrumentos democráticos, Guinea Ecuatorial, no podrá seguir como parte integrante de la Organización de la Francofonía cuando se ponga en aplicación la Declaración de Bamako, a partir de la próxima cumbre de Ouagadougu.
Fuente: LD
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