Con estupefacción, rabia y disgusto, esta Oficina Nacional se ha informado por un artículo publicado desde Murcia por alguien, seguramente un periodista, llamado A. Botías y transcrito en Guinea Ecuatorial. net por « Jondondong », sobre la precaria situación que vive el joven guieneoecuatoriano de 37 años Jose-Alfonso Okenve Ndo en las calles de Murcia, donde, en la más absoluta indigencia, según explica el periodista, arrastra la frustración que se siente cuando se vale y la sociedad no le deja a uno vivir por lo que vale.

Al margen de todo matiz político la Oficina Nacional del PDGE expresa su más sentida dolencia por esta desgracia de nuestro compatriota, tanto más cuanto su padre, el malogrado D. Fortunato Okenve Mituy y toda su familia gozan de una incombustible admiracián y respeto por parte del pueblo y de las autoridades de este País.

Evitaremos meternos en congeturas que nos llevarían a hacernos preguntas sobre el cómo la parte de sus hermanos que viven en España no pueden darle el calor, cobijo y aliento necesarios para no tener que verse en la situación actual, durmiendo en la calle como si no tuviera familia ; igualmente nos preguntaríamos qué queda de la gran familia fang que anida en el espíritu de todo los de esa etnia ; qué hace que unos fang asistan indiferentes al declive físico y moral de lo que en el español de Guinea Ecuatorial decimos « hermano de padre y madre », porque seguramente obtendríamos respuestas y explicaciones que nadie alcanzaría a comprender.

Sin embargo, quisiéramos hacer saber por este conducto a los que pudieran tener acceso a Jose-Alfonso que esta Oficina Nacional, si él lo aceptase, estaría dispuesta a tramitar con las autoridades competentes de Guinea Ecuatorial su regreso al País de sus padres donde, (y esto es absolutamente seguro) no tendría que arrastrar una manta y dormir sobre un trozo de cartón en cualquier esquina.

Rogamos que esta oferta nuestra no sea explotada con fines políticos, para embarcarnos en otros enfrentamientos sin tino ni destino, pues sería cevarnos sobre la desgracia ajena para diseños políticos que no van al caso. Antes bien, rogamos a sus familiares, amigos y demás guieneoecuatorianos que puedan tener acceso a él y convencerle, de que le persuadan para que intente regresar a su País, donde sus muchos hermanos y hermanas, así como aquellos que siguen guardando infinito respeto y consideración a su difunto padre, estarán dispuestos a apoyarle para que nunca más le salga de la boca las desesperadas palabras « Hace tiempo, cuando Franco, un ciudadano de Guinea Ecuatorial era respetado en esta tierra. Ahora nos meten en el mismo saco que a los ladrones »

Terminaremos deseándole feliz retorno a casa a Jose-Alfonso (si se decidiera a hacerlo) y preguntándonos cuántos guieneoecuatorianos más seguirán haciéndose la misma desgarradora pregunta, mientras aquí, su País y sus hermanos tienen las puertas y los brazos abiertos para recibirlos.

Simple cuestión de decisión.

Malabo, 16 de enero de 2003.-
LA OFICINA NACIONAL DEL PDGE.


Fuente: OFICINA NACIONAL DEL PDGE

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