EFE - Toledo

Centenares de amigos y vecinos acompañaron a la familia de Ana Isabel Sánchez, la joven cooperante fallecida el martes en Guinea Ecuatorial, en la misa funeral celebrada en la tarde de ayer en su localidad natal, Ocaña (Toledo), y que finalizó con un mensaje de perdón por parte de la madre, quien aseguró que no culpa a nadie por lo sucedido a su hija cuando se hallaba como voluntaria.

A la ceremonia fúnebre, celebrada en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, asistieron el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana; el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono; el embajador de Guinea Ecuatorial en España, Pastor Micha Ondo Bilé; el portavoz del Partido Socialista en el Senado, Juan José Laborda; así como el propio presidente del Partido del Progreso y jefe de la oposición en Guinea Ecuatorial, Severo Moto.

La homilía, concelebrada por veinte sacerdotes escolapios, dominicos y salesianos, fue oficiada por el pro-vicario general de la Archidiócesis de Toledo, Alfonso Fernández Benito, quien expresó su profundo pesar por la muerte de la joven cooperante, fallecida el pasado martes en Guinea al ser alcanzada por el disparo de un soldado en un control de carreteras en la ciudad de Bata.

”Sólo Dios da razón de las últimas preguntas y respuestas”, expuso el vicario ante las más de 600 personas que abarrotaban el templo, lo que obligó a muchas a quedarse fuera. En este sentido, agregó que la muerte de Ana Isabel, como cualquier otra muerte, ”tiene sentido a la luz de la fe cristiana” y destacó que ”esta joven universitaria, que acababa de terminar su carrera, quería entregar su tiempo y su trabajo por amor a Dios y marchó a prestar ayuda a una escuela para niñas y mujeres que las monjas escolapias tienen en Guinea”.

Según el pro-vicario general, la joven Ana Isabel ”sabía, al partir, que su vida corría peligro, pero quería engendrar en la fe a nuevos cristianos y de forma fortuita dio la vida por Cristo”.

Los restos mortales Ana Isabel Sánchez Torralba, que llegaron a Ocaña a las nueve de la mañana de ayer, fueron velados durante todo el día en su domicilio familiar de Ocaña, por el que pasaron numerosos vecinos de esta población, que tiene algo más de 7.000 habitantes.

Al funeral asistieron también otras autoridades políticas como la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Encarnación Naharro, y los alcaldes de Toledo y de Ocaña, José Manuel Molina y José Carlos Martínez, respectivamente, además de varios secretarios de Estado y los directores generales de Asuntos Consulares, Francisco Ochoa, y de Cooperación Española para África, Antonio Pérez Hernández.

Fuente: Diario de Noticias (4.07.03)

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