Por Samuel Mbá Mombé (Responsable de La Diáspora)

Si de verdad el Encuentro de Mbini ha estado inspirado en el discurso de apertura del presidente Obiang como se desprende del preámbulo de los Acuerdos Legislativos adoptados en el mismo, entonces cabe sólo una conclusión: el Gobierno y la llamada oposición siguen mareando la perdiz con la agravante de prolongar la agonía del sufrido Pueblo de Guinea Ecuatorial.

Las expectativas de una posible voluntad política por parte del presidente Obiang y su Gobierno fueron sepultadas precisamente con este discurso que fue en opinión de la mayoría e incluso de algunos participantes en el Encuentro, una broma de mal gusto y por lo tanto, dicho encuentro no debía haber tenido lugar si lo que se quiere de verdad es acabar con el estado de cosas existente para propiciar un clima de diálogo que permita la participación incondicional de todos los guineanos en los asuntos públicos sin exclusiones ni prejuicios de ninguna clase.

No sé si será porque hago la política fuera de las fronteras y a miles de kilómetros de Guinea Ecuatorial como siempre reprochan a los que no participamos en el ensayo democrático a la ecuato-r-guineana, es por eso que no llego a comprender cómo se pudo aceptar un Encuentro en condiciones tan desiguales, y sobre todo, sin las más mínimas garantías de transparencia y con líderes políticos purgando condenas injustas en las cárceles del País a parte de otras situaciones que hacen imposible o casi impensable tal aceptación o consentimiento.

Tanto el Encuentro, el lugar de su celebración como lo que se iba a tratar, fueron decididos unilateralmente por el propio régimen sin previa consulta ni negociación con la oposición. La exaltación en los medios de comunicación estatales del “espíritu de diálogo y concertación del presidente Obiang en su calidad de Árbitro y Moderador del proceso democrático en curso en el país”, es una evidencia clara para afirmar que la oposición sigue bailando al son de su música. Por si acaso existe alguna duda al respecto, podemos reafirmar que todos los encuentros habidos hasta la fecha entre el Gobierno y los Partidos Políticos han sido convocados cuando y como lo ha querido el régimen. Como botón de muestra se puede citar el reciente concluido encuentro de Mbini.

Lo que me alucina y que de verdad me deja perplejo es que a pesar de las claras muestras de intolerancia y de falta de voluntad política del régimen, la verdadera oposición siga cayendo en la misma trampa de siempre a pesar de su convencimiento de que nada se puede conseguir mientras que siga prevaleciendo esta situación de intolerancia y de nula voluntad por parte del régimen. Como se anunció a bombo y platillo, el objetivo de la “sentada” de Mbini era para revisar las leyes que la oposición considera “obsoletas” pero nos encontramos con la sorpresa de que se ha vuelto hacer lo mismo de siempre: el cambiar el orden de los factores para que el producto siga siendo el mismo.

Esta observación imparcial de un diplomático occidental acreditado en el País confirma esta situación. „Es un proceso (el de apertura) que se mueve a impulsos. No tiene continuidad. Un día aprueban leyes de redacción intachable y al siguiente se olvidan de ellas“. Y esos impulsos dependen, por lo general de la presión exterior. Es en este contexto que debemos situar el bochornoso espectáculo que acabamos de presenciar en la ciudad de Mbini. Además, y como se viene repitiendo, el problema no está en la revisión de las leyes sino en su cumplimiento. Si el régimen hubiera hecho un mínimo esfuerzo para que sus propias leyes fuesen acatadas y respetadas por las instituciones, posiblemente se habría avanzado en el proceso de implementación de unas instituciones democráticas capaces de garantizar la estabilidad política y la convivencia pacífica. Sin embargo, la ley en Guinea Ecuatorial no es otra cosa que un arma arrojadiza contra la oposición mientras que sus violadores actúan con total impunidad y con el respaldo de los poderes fácticos.

Si observamos y analizamos minuciosamente los textos de las leyes que se dice haber sido reformuladas o revisadas nos encontramos con ciertas sorpresas. Por ejemplo, la Ley Reguladora para las Elecciones Legislativas, Municipales y Referéndum del 12 de enero de 1993, ya había sido modificada en dos ocasiones. En 1995 según la Ley Número 7/1.995 de fecha 9 de enero y en 1998, según la Ley Número 3/1.998 de fecha 19 de Enero. Por lo tanto, la revisión de Mbini es la tercera y las únicas novedades han sido la inclusión en el Artículo 10, un nuevo inciso que dice: “a) Los Miembros del Gobierno y Consejeros Presidenciales.” Los demás artículos también modificados, no presentan cambios sustanciales. Por ejemplo, el Artículo 24, apartado 2 decía textualmente: En el caso de la Junta Electoral Nacional se requiere la presencia de seis de sus miembros y queda formulado así después de la modificación: “En el caso de la Junta Electoral Nacional se requiere la mayoría absoluta de sus Miiembros para que quede válidamente constituida”. El apartado 3 del mismo Artículo que dice: Todas las convocatorias se hacen por cualquuier medio que permita tener constancia de recepción ..., se quedado formulado así: ”Todas las convocatorias se harán preferentemente por escrito o cualquier medio que permita tener (...)”

El apartado 6 que dice: los acuerdos se adoptarán por mayoría de votos de los miembros presentes, siendo de calidad el voto del Presidente en caso de empate, quedó así formulado: “Los acuerdos se adoptan por mayoría absoluta de los miembros presentes, siendo de calidad el voto del Presidente en caso de empate.

El Artículo 29, Apartado 2 que dice: Cada Sección Electoral incluye un Consejo de Poblado o Varias Comunidades de Vecinos pertenecientes a una misma zona geopolítica, quedó así: “El Artículo 29, apartado 2.- Debe de suprimirse la apelación Zona Geopolitica.

El Apartado 6 del mismo Artículo quedó así formulado: “No obstante cuando el número de electores de una sección o la dimensión de la población lo haga aconsejable, la Junta Electoral Nacional, a través de la Distrital o Municipal correspondiente puede disponer la formación de otras Mesas y (…): Se suprimió la Delegación de Gobierno por Junta Electoral Nacional y se añadido en la formulación, “a través de la Distrital o Municipal”.

El Artículo 55, apartado 1 debe de pasar a tener la siguiente dicción:
A partir de la proclamación, cualquier candidato excluido y las candidaturas proclamadas o cuya proclamación hubiera sido denegada, disponen de un plazo de tres días hábiles para interponer recursos contra los acuerdos de proclamación de la Junta Electoral Nacional, ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal de Apelación. En el mismo acta de interposición deben presentar las alegaciones que estimen pertinentes acompañadas de los elementos de prueba oportunos.

El único cambio en el enunciado de este apartado ha sido la prolongación del plazo para interponer recursos de dos a tres días hábiles.

Por último, el Artículo 78, Apartado 8 que dice: Listas numeradas, Juramento de transeúntes y carnet de elector no retirados, quedó formulado así: “Listas Numeradas y Juramento de transeúnte (punto).”

Estos son los Acuerdos Legislativos a que han llegado el Gobierno y los Partidos Políticos en el famoso Encuentro de Mbini.

Los resultados de las anteriores sentadas entre el Gobierno y la llamada oposición siguen arrojando una constante: el incumplimiento y violación de los acuerdos pactados. A pesar de la firma del Pacto Nacional Vinculante los métodos brutales del régimen contra la disidencia política se habían recrudecido llegando a lamentar pérdidas humanas y el exilio masivo de la población. Las posteriores reuniones de evaluación de los acuerdos del pacto nacional tampoco han aportado nada si bien el clima de intimidación y de represalias continúan ganando terreno y la intolerancia política con la verdadera disidencia sigue haciendo mello en todo el ámbito nacional. El régimen es incapaz de cumplir sus propias leyes y respetar los acuerdos y pactos firmados con la oposición.

El 26 de septiembre de 2001, el Gobierno y los Partidos Políticos adoptaron una serie de acuerdos en la segunda evaluación del Pacto Nacional Vinculante, su documento de evaluación y los acuerdos legislativos en cuyo exacto cumplimiento el Gobierno se comprometía entre otras que:
· Exigirá responsabilidades políticas, administrativas y penales a las autoridades civiles y militares que violen los Acuerdos del Pacto Nacional.
· Adoptará medidas que eviten el uso de las barreras para extorsionar a la población.
· Simplificará los trámites y procesos burocráticos para facilitar el establecimiento de medios audio-visuales privados.
Los Partidos Políticos Legalizados adoptaron el Código de Conducta conviniendo en que:
· Todos los Partidos Políticos se comprometen a respetar la libertad de movimiento, la libertad de expresión, de reunión, información y asociación de los demás, conforme a la legislación vigente.
· Los actores políticos no intervendrán en los asuntos internos de otros partidos políticos ajenos, ni fomentarán corrientes de partidos en otros partidos políticos, ni apoyarán las escisiones o facciones de los mismos.

No sé si alguien puede decir que el Gobierno y su Partido Democrático han cumplido cabalmente esos acuerdos y compromisos con la oposición para que sigamos ofreciendo esos bochornosos espectáculos para dar la sensación de que algo se mueve en la República de Guinea Ecuatorial.

¡POR FAVOR, DEJEMOS DE MAREAR LA PERDIZ!


Fuente: La Diáspora

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