MALABO, 13 sep. (AFP) - 9h19 - Gris-gris, amuletos, perfumes ”preparados”: Todos los medios ocultos son buenos en Guinea Ecuatorial para recolectar una parte del dinero del petróleo que corre a flote desde hace 10 años. Incluso sacrificios humanos.
Ministros, diputados, funcionarios, comerciantes, policías y militares consultan a su marabú o hechicero personal, en la esperanza de obtener o conservar una plaza bajo el sol de ese pequeño El dorado de África central.
Un marabú del oeste-africano ha sido recientemente sorprendido cuando desenterraba la cabra que su cliente le había pedido inhumar para obtener un empleo en una empresa petrolífera. Esos métodos, de antaño practicados en los países atrasados, han llegado a ser el gana-pan de los profesionales del misticismo que han invadido Malabo, capital de ese pequeño país hispanófono del golfo de Guinea.
Su panoplia pasa de gris-gris confeccionados a partir de objeto subutilizado en una persona para influenciar sus decisiones, al “kidnapping” de espíritus, pasando por el “Kong”, que provoca la muerte de una persona cuyo espíritu reencarnado servirá más tarde como esclavo. La fama está igualmente en los perfumes “preparados”. Sirven para embrujar a su patrón y conseguir una promoción.
“Algunos dicen que somos brujos, pero se engañan. Nosotros somos como los médicos. Curamos por métodos que remontan de los tiempos de nuestros antepasados, ignorados por la mayoría de la gente”, se defiende Felisa, una hechicera guineoecuatoriana. Desde que estoy en Malabo, curo a todo el mundo. Ud. Mismo estaría sorprendido de la identidad de algunos de mis pacientes. Además mi templo ha sido construido por una gran personalidad” del país, añade ella orgullosamente.
Algunas de esas personalidades que constituyen a la vista el groso de la clientela de los hechiceros, no vacilan en recurrir a los sacrificios humanos en el curso de los cuales son extraídos los órganos. Niño, esposa, primo: la víctima debe tener un lazo de parentesco con su verdugo para que el fetiche sea realmente eficaz, según los conocedores.
En agosto de 2003, una mujer embarazada de ocho meses y su hija de una decena de años, parientes de una alta personalidad, fueron fulminadas el mismo día por un desconocido, en circunstancias nunca dilucidas Las elecciones legislativas de 2004, hacen temen un recrudecimiento de esas prácticas, en ese país de aproximadamente un millón de habitantes, propulsado en un decenio al rango de 3er productor de petróleo de África subsahariana, detrás de Nigeria y Angola.
Cara a la amplitud del fetichismo en el país, el Gobierno ha creado una dirección en el seno del ministerio de Sanidad para controlar esta actividad.
Los ”tradipracticantes” los más creíbles se han reagrupado recientemente en el seno de una asociación nacional de medicina tradicional (Asometrage).
Pero algunos habitantes de Malabo no descoloran. Para Antonio Nzang, ingeniero, son “analfabetos, asesinos condenados a duras penas que se pavonean en libertad en el país, cuando no son promovidos a puestos de responsabilidad”.


Fuente: LD/AFP

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