COMUNICADO

35 años de expectativas frustradas y de sueños incumplidos

El 12 de octubre de 2003, se conmemora el trigésimo quinto aniversario de la Independencia Nacional de Guinea Ecuatorial. Ante la trascendencia de estas efemérides para el conjunto del Pueblo de nuestro País, la Resistencia Nacional de Guinea Ecuatorial (RENAGE) hace las siguientes puntualizaciones:

1. El 12 de octubre de 1968, nuestro País accedió a la independencia tras más de doscientos años de colonización española. Un día inolvidable para todos los hijos de Guinea Ecuatorial que abrió nuevas expectativas que debían marcar los pasos de su nuevo caminar pisando las sendas de una inmensa felicidad, sin discriminación, sin separación, cantando libertad.
2. Los 35 años de soberanía nacional no han sido sin embargo ni de felicidad ni de libertad para el Pueblo de Guinea Ecuatorial. Los 35 años han sido de frustración y de sueños incumplidos, de angustia, de miseria y pobreza, de violaciones flagrantes de los derechos humanos más elementales, de muerte y de exilio de los ciudadanos guineoecuatorianos.
3. El panorama político en los 35 años ha sido y sigue siendo desolador. Los sucesivos regímenes dictatoriales han brillado por el desprecio a las personas que han sido y siguen siendo objeto de los más denigrantes e inhumanos tratos, simplemente por no comulgar con sus políticas o por manifestar su rechazo al sistema de opresión implantado en el país. Esta política de hostigamiento y de represión a los ciudadanos ha tenido un impacto muy negativo en el desarrollo de nuestro País y en la convivencia entre los diferentes pueblos de Guinea Ecuatorial.
4. La mayor parte de los guineoecuatorianos coinciden en que gobernar no es una abstracción, los elementos que se manejan se refieren a seres humanos, uno a uno, no son cantidades ni estadistas, sino vidas, únicas y concretas con una sola oportunidad de vivir. A este respecto, la Resistencia Nacional de Guinea Ecuatorial (RENAGE) considera que el cese de las arbitrariedades, represalias y la violencia, es un bien necesario para la buena salud de nuestro cuerpo social. Si un diálogo libre y transparente fuese capaz de limpiar este sucio clima de arbitrariedades, quizá valdría la pena intentarlo.
5. La explotación del petróleo que pudo haber sido una oportunidad para mejorar el nivel de vida de los guineanos se ha convertido en una de las mayores desgracias del pueblo. Los beneficios del petróleo y del resto de las riquezas del país controlados por una minoría han llevado al régimen a recrudecer sus métodos represivos contra la disidencia política demostrando una vez más su nula voluntad por mantener un diálogo libre, serio y transparente con amplios sectores del país para concertar un proyecto común de reconciliación y recuperación nacional.
6. Algunos gobiernos democráticos del occidente y sus empresas multinacionales con su política de doble moral se han convertido en los mejores aliados del régimen. Para ellos, sus intereses económicos están por encima de los derechos humanos y de la democracia. Recordamos a esos países que no puede haber desarrollo alguno sin que se hayan devuelto al pueblo las libertades que le fueron secuestradas. Los miles de barriles de petróleo / día que se extraen de los yacimientos petrolíferos de nuestro país, y los beneficios generados de los mismos, podían haber mejorado las condiciones de vida de la población de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, sólo el 5% de la población controla la riqueza del país en detrimento del resto de los guineoecuatorianos. Situaciones iguales suelen llevar lógicamente a cambios drásticos de consecuencias imprevisibles.
7. La Comunidad Internacional y en especial la ONU, que debe velar por el cumplimiento de los derechos y principios universales recogidos en su Carta, cometió uno de los grandes errores respecto a nuestro país cuando la Comisión de los Derechos Humanos en su 58º periodo de sesiones celebrado en Ginebra (Suiza) en marzo y abril de 2002, decidió revocar el mandato del Relator Especial de la ONU sobre Derechos Humanos para Guinea Ecuatorial, Gustavo Gallón. Esta abominable y repugnante decisión adoptada el 19 de abril de 2002, fue acogida con indignación al constatar con el tiempo que fue manipulada por intereses oscuros para las poblaciones de Guinea Ecuatorial.
8. Este panorama justifica la lucha de la Resistencia Nacional de Guinea Ecuatorial (RENAGE) por un cambio político pacífico que implique la democratización real del País y la instauración de un sistema político pluralista que asegure y garantice la alternancia efectiva de poder con la limitación de mandatos. Es decir, la creación de un Estado de Derecho que tenga como pilares principales la igualdad de oportunidades de los ciudadanos, la promoción y el respeto de los Derechos Humanos Universales, la justicia social con la distribución más justa de las riquezas nacionales.
9. La conmemoración del 35º aniversario de nuestra independencia es un motivo más para llamar al pueblo a la movilización pacífica y al reclamo de sus derechos ciudadanos. La pasividad del pueblo no hará más que prolongar su agonía. El futuro de nuestro país reclama el concurso y el compromiso claro de todos por el cambio y por una nueva forma de hacer política, recuperar el sentido de autoridad y de la dignidad de los guineanos, porque sin dignidad no hay libertad, sin justicia social no hay dignidad y sin progreso no hay hombres y mujeres libres. El cambio hará que reine la paz en los corazones de los guineanos de buena voluntad contra la de los fusiles y bayonetas. Nuestro País produce hoy más de 500.000 barriles de petróleo diarios y se sitúa en el tercer productor de África subsahariana cuyos beneficios son desviados permanentemente a cuentas privadas de los prohombres del régimen en el extranjero.
10. Para conseguir el verdadero cambio, necesitamos el concurso, la voluntad, el esfuerzo, el compromiso y la implicación de todos los guineanos sin exclusiones ni prejuicios. Tenemos que olvidar y vencer toda tentación tribal, étnica, distrital, regional que es la destrucción, el retraso y el desprecio exterior. Trabajemos para que las riquezas y nuestra tierra las disfruten realmente sus propios hijos y para ello, es prioritario revisar las leyes actuales por unas más justas. Poner fin a la opresión del pensamiento libre y al miedo de manera que todos los ciudadanos puedan gozar plenamente de las libertades fundamentales. Establecer un nuevo orden que permita a cada guineano poder disponer de un hogar digno, educar y alimentar a sus hijos también con dignidad.
11. El Pueblo en su inmensa mayoría está cada vez más impaciente y cansado ante la manera en que el Gobierno lleva las cosas. La mayoría de la población permanece en la expectativa y en la frustración. Las experiencias de los 35 años que han supuesto la institucionalización como política oficial de los sucesivos gobiernos las desigualdades sociales fomentando el enfrentamiento étnico entre los pueblos de Guinea, la corrupción, el nepotismo, el empobrecimiento de la población, el hostigamiento y la violación permanente y sistemática de los derechos humanos, han demostrado cuánto es negativo, tanto desde el punto de vista económico como en sus prolongamientos políticos y sociales, privilegiar a un sector minoritario de la población y marginar al resto en este caso, mayoritario, política que ha causado una verdadera fractura social y que hoy plantea graves incógnitas sobre nuestro futuro más inmediato. Sólo la confianza en un programa de Gobierno coherente con la participación voluntaria de la población, puede inculcar y levantar el ánimo de la misma para participar en su implementación y garantizar el éxito que debe impulsar un entusiasmo que despierte a sus ojos el interés hacia una empresa que de forma progresiva debe permitir a cada guineano y a sus familias poder mejorar sus condiciones de vida haciéndolas dignas.
12. Es evidente, para terminar, que debemos abrir y emprender juntos, RENAGE, los demás partidos políticos democráticos y aquellos que están comprometidos a una democratización real y efectiva del País, un camino que debe conducir a un encuentro de convergencia de proyectos, a partir de todo cuanto nos une y apartando aquello que evidentemente nos pueda dividir en este momento para poder crear una atmósfera fundada en el diálogo constructivo y que permita negociar y establecer un calendario programático serio de transición política con el patrocinio y apoyo internacional. Pues, ha llegado el momento de unir a las fuerzas democráticas para una movilización general de la población.
13. Estamos en un momento en el que el país tiene absoluta necesidad de todos sus hijos y en el que éstos tienen la obligación moral y patriótica de dar respuesta positiva con generosidad, tolerancia, humildad por la reconciliación nacional. Ha llegado el momento de la verdad y confiamos en que somos capaces de estar de acuerdo, capaces de estar a la altura de las circunstancias si lo proponemos.

08 de octubre de 2003

EL COMITÉ EJECUTIVO