Explorando la serie de manifestaciones y actos de Teodoro-Obiang Nguema, de Severo Moto y de Plácido Miko, todos ellos representantes de tres grupos políticos -el poder dictatorial, la oposición de derechas y la oposición de izquierdas respectivamente- podemos concluir que no existe convergencia alguna entre ellos.

El dictador reitera su llamamiento a la vigilancia, ante el temor de una acción violenta contra su dictadura que lleva décadas violentando a los guineanos, mientras canta loas a su gestión al frente de Guinea, un país sumido en el caos, en el desgobierno y en la locura del enriquecimiento rápido del clan en el poder.

Severo Moto Nsa, con su gobierno en el exilio, que apadrina un proyecto donde no acaba de vislumbrarse la pretendida unidad política ni la estrategia para desembarcar en Guinea y llevar a cabo la transición a la democracia.

Plácido Miko Abogo, preso de una estrategia, la actual del CPDS, que hace abstracción de la realidad guineana: Guinea es una enorme cárcel donde no se mueve nadie y todos están sometidos a un control férreo. Una reunión tan inocua como la de los amantes del bosque tropical o de la rana Goliat constituye un atentado a la seguridad del estado y suficiente motivo para torturar de forma despiadada buscando pruebas inexistentes. De eso sabe bien Plácido, que fué sometido a trato cruel e inhumano y condenado sin pruebas por un tribunal ilegal en un proceso indebido usando actos ilegítimos.

Todos hemos llegado a la conclusión de que no es posible desarrollar en Guinea ninguna actividad política ni asociativa. Viajar de Bata a Malabo o viceversa supone ser fichado en cada ocasión por la policía.

Viajar al interior supone atravesar las barreras militares impuestas por cualquier jefecillo militar deseoso de hacer dinero a expensas de los viajeros.

Una agrupación de más de 10 personas enseguida despierta las sospechas de los jefes de poblado nombrados por el régimen para controlarlo todo, cuando esos mismos jefes de poblado tienen que pagar de su bolsillo los gastos de las cien mil convocatorias de reuniones inútiles o las recepciones a los cien mil jefes de todo tipo que tiene el país.

Y mientras todo eso sucede, permanecen en la cárcel varias personas acusadas de un atentado inventado contra el jefe de estado y entre esas personas se encuentra Felipe Ondó, aislado en el centro de la parte continental y atado con cadenas noche y día en los brazos y en los pies.

¿Es posible en ese escenario del infierno que es Guinea una transición democrática a partir de unas elecciones generales a celebrar antes de seis meses?. La tesis de CPDS sostiene que sí.
Pero Obiang sabe, como sabemos los guineanos de a pie, que en ese escenario él siempre ganará, o mejor dicho, en ese escenario renovará su mandato para la ignominia y la opresión, como viene haciendo una y otra vez desde 1979, sin que su acción criminal se vea penalizada.

No acaba de estar claro de qué forma Severo Moto desembarcará con su nave sideral y se hará con el control del poder finiquitando el marasmo guineano. Cuesta creerlo.

Lo mismo que cuesta creer que CPDS pueda abordar la transición con las fuerzas represivas incólumes y habituadas a violentar sin freno a veces hasta el asesinato. El discurso de Obiang no contiene ningún elemento que haga sospechar que esté decidido a relajar su férrea dictadura. Su obsesión creciente por la seguridad invita más bien a pensar que su dictadura sufrirá una escalada hacia el nihilismo o la inmolación.

Asistimos por tanto a la puesta en escena de las fuerzas políticas más errática que jamás se haya dado en la historia reciente de Guinea: Obiang danzando en la cuerda floja con actitud amenazante, Severo con su gobierno en la sombra que ensombrece el panorama y Plácido con su transición inverosímil.

Cada uno de ellos, Obiang, Severo y CPDS, camina por su lado, mientras sufrimos la dictadura y el caos sigue imperando en Guinea. Ninguno de ellos se entera, ninguno es creible y cada uno va por su lado danzando ”ve ma, ve ma, ve ma” (solo Yo). Y mientras tanto Guinea sigue sucia sin barrer.

Así no vamos a parte alguna salvo al infierno.

Celestino Okenve Ndo
Profesor Universidad Politécnica de Madrid


Fuente: Okenve

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos