El pasado mes de agosto la revista francesa ”Marchés tropicaux” dedicó un número especial a Guinea Ecuatorial. Incluía, entre otros, un artículo titulado ”Un regalo por ... un contrato” dentro del epígrafe ”Ambiente de negocios” que difundimos hoy coincidiendo con la firma en Malabo del Acuerdo de Protección Mutua de Inversiones entre los gobiernos de Guinea Ecuatorial y de España y con la visita (la próxima semana) de una delegación comercial española al país africano.

UN REGALO POR... UN CONTRATO


La instalación y la gestión diaria de una empresa en Guinea Ecuatorial aparecen como dos temas especialmente delicados. La concesión de un 10 a un 20% del capital a un miembro del clan presidencial es un peaje obligado. Los directivos de las empresas deben acomodarse también a la saturación del puerto y a los ”presentes” en especie destinados a las altas personalidades del Estado.


”Es aconsejable tener alguna experiencia africana antes de abordar este país” Este consejo de la Comisión Económica francesa no debe ser tomado a la ligera en el momento de invertir por primera vez en Guinea Ecuatorial. Efectivamente, las autoridades del país no han dejado de lado sus prácticas mafiosas a la hora de gestionar el maná financiero surgido del petróleo.


País situado entre los más pobres del mundo antes del descubrimiento del campo Zafiro, se consideraba también a Guinea Ecuatorial, a comienzos de los años 1990, como uno de los narco-estados más activos del planeta, según el Observatoire Géopolitique des Drogues. Auténtico puente entre América Latina y Europa, el tráfico de estupefacientes estaba organizado en los más altos niveles del Estado implicando incluso a diplomáticos y a uno de los hijos del Presidente. Los ciudadanos extranjeros residentes en Malabo se muestran de acuerdo actualmente para decir que el país sigue siendo ”un far west” en el que las leyes no se aplican o son inexistentes.


Arreglárselas con el Clan Presidencial es un peaje obligado para instalar una empresa. ”Sin el acuerdo explícito del propio Presidente no se puede hacer nada”, explica un empresario. Pero para acceder a la presidencia hay que tener ”un padrino”, generalmente un ministro o un jefe de empresa natural de la ciudad de Mongomo, de la que es originario Obiang Nguema, que puede pedir una participación de entre el 10 y el 20 % del capital de la sociedad. ”Lo que les interesan son los dividendos y no intervienen nunca en la gestión diaria de la empresa”, tranquiliza un directivo. Tras de estas gestiones, la primera visita al Presidente no es gratuita. El procedimiento parece bien establecido. La terraza del hotel Bahía está habitualmente llena de responsables de empresas provistos de paquetes de regalos de todos los tamaños... ¡El negocio obliga!.


Una vez constituida la empresa los empresarios aprenden muy pronto las tres fechas claves en las que deben hacer ”regalos” a la presidencia. El 5 de junio es sin lugar a dudas el más importante porque corresponde con el cumpleaños del Presidente. Vienen después las conmemoraciones de la toma del poder del Presidente (3 de agosto de 1979) y de la independencia (12 de octubre de 1968). No hay que olvidarse tampoco del alcalde de Malabo. Las interrupciones de los servicios municipales a las empresas son mucho más frecuentes cuando el Gobierno está en Bata, una media de seis meses por año.


Un directivo de las petroleras antes que un embajador...


Todas las ramas de la actividad económica, incluidas las compañías petroleras, están afectadas por este tipo de prácticas. Los directivos de las petroleras tienen, sin embargo, la ventaja de encontrar siempre abiertas las puertas del palacio presidencial: ”Pasan delante de un embajador aunque no tengan cita previa”, admite un habitual de estos lugares. Algunas compañías petroleras financiarán los viajes presidenciales y los estudios en Estados Unidos de miembros de su familia. Otros alimentan sus cuentas bancarias en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos.


A este respecto, los directivos de las petroleras europeas, y especialmente los franceses, parecen peor colocados. Sin embargo, las empresas francófonas tienen desde 1998, fecha de la entrada en vigor del francés como lengua oficial, una ventaja cierta a la hora de invertir en Guinea Ecuatorial.


La mayoría de los empresarios presentes en Malabo confiesan, sin embargo, que ” es poco útil obstinarse con esta situación”. ”Si se aceptan las reglas del juego se deja de tener problemas muy pronto” afirma uno de ellos. El hostigamiento fiscal, manifiesto con frecuencia en Camerún, no se ha visto nunca aquí. Por el contrario, en caso de problemas la brutalidad de las sanciones es notable. Los precintos pueden aparecer de la noche a la mañana en las puertas de una empresa.


La opacidad de los datos económicos puede también plantear problemas a los nuevos inversores. Tanto más cuando en Guinea Ecuatorial no existe prensa con la excepción de la Gaceta (mensual) que prácticamente sólo habla de los viajes del Presidente. Sin embargo, esta afición por los secretos ha sido pronto muy bien valorada por numerosas empresas que no quieren divulgar sus cifras de negocio. Sodexho, por ejemplo, que califica como ”delicada” su situación en Guinea Ecuatorial rechaza enérgicamente dar más explicaciones. Por su lado, las compañías petroleras viven en espacios cerrados donde han construido edificios calcados del modelo de los barrios acomodados americanos. Pocos periodistas han tenido el privilegio de acceder a ellos.


Una carencia notable de mano de obra


En la gestión de sus actividades diarias las empresas tienen problemas de aprovisionamiento debidos, especialmente, al atasco del puerto de Malabo. ”Las importaciones de bienes son difíciles y los derechos de aduana fluctuantes y caros”, confirma un francés. Los cortes de luz hacen perder también horas de trabajo, a pesar de que la situación ha mejorado notablemente. Dos centrales eléctricas abastecen Malabo: una turbina de gas de 11 Megawatios (MW) y una hidráulica construida en 1987 por EDF de 3,8 MW. ”Se ha producido tal desarrollo económico que actualmente hay déficit de producción. Deberían pasar a 31 y 4,8 MW, respectivamente”, tranquiliza el presidente de GE-Elec, Bertrand Lainé.


Pero el problema más importante que encuentran los inversores en Guinea Ecuatorial sigue siendo la falta de mano de obra cualificada, auténtico freno para la PYME. Una de sus causas es histórica. Las elites que habitaban la isla de Bioko fueron consideradas opositoras poco después de la descolonización y optaron entre la muerte o el exilio, en España o en Gabón, dejando de ejercer un papel motor en la formación. Además, una vez contratados los asalariados disfrutan de importantes ventajas. Cuando una persona es despedida, por razones de absentismo, por ejemplo, su empleador debe pagarle una indemnización.


En su vida diaria los ciudadanos de otros países encuentran menos problemas. Aunque la mayoría de ellos reconoce que sigue siendo ”aburrida”, la ciudad de Malabo tiene la reputación, justificada, de ser la más segura de Africa. La única nota discordante, tras la llegada de los petroleros y sus cuantiosos dólares, ha sido la auténtica explosión del mercado inmobiliario. Un piso con cinco habitaciones se alquila por 3 millones de FCFA mensuales. Cuando se sale de la esfera del poder, la población utiliza métodos de corrupción mucho más clásicos. En el aeropuerto, por ejemplo, uno de los agentes de aduana encargado de controlar los equipajes recibe el apodo de ”Quinientos” porque no gestiona ningún pasaporte sino es a cambio de un billete de 500 FCFA. Para los expatriados acostumbrados al Africa Central estas situaciones recuerdan indefectiblemente ”al Gabón de hace 25 años y las cosas corren el riesgo de tardar mucho en evolucionar”.

ASOCIACIÓN PARA LA SOLIDARIDAD DEMOCRÁTICA CON GUINEA ECUATORIAL (ASODEGUE)

22 de noviembre de 2003



Fuente: ASODEGUE

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