Nodng Oná está en las Palmas de Gran Canaria

Sánchez Memba. Youndé, 08.01.04
No se ha refugiado, como tampoco puede pensarlo, porque difícilmente lo aceptarían como refugiado. Su estancia en las Palmas de Gran Canaria, España, se debe a motivos de salud. Por fin ha logrado el beneplácito de su hermano, el dictador Obiang, para someterse a tratamientos médicos, después de ridículos y cómicos intentos de suicidio en Bata y Malabo. Más que tratamientos médicos estrictamente dichos, el general Agustín Ndong Oná, debería someterse a un riguroso tratamiento psicológico, porque sólo en la minúscula Guinea Ecuatorial de Obiang se puede creer que un general, con tanto poder fáctico y armado hasta los dientes haya intentado suicidarse sin lograrlo. ¿Por qué no se pegó un tiro en la boca o en la cara? Ninguno ni lo otro, cierto es que el ex generalísimo está enfurecido tras perderse la batalla por la sucesión, de la que se había hecho grandes ilusiones en rivalidad con su sobrino y primogénito del dictador de Malabo, Teodoro Nguema Obiang Mangué.
Abatido y agonizado por supuestos intentos de suicidios tras ser humillado por su hermano, el que fuera todopoderoso en Río Muni, pasa sus mejores días de felicidad en las Palmas de Gran Canaria, junto a su hermano, un tal Ngluea, que ejerce de cónsul en la isla de la antigua metrópoli. Pero, ¿qué tipo de tratamiento médico necesita una persona que hace semanas intentó suicidarse y que ahora se encuentra relativamente sano? Más bien, es un intento de tranuilizarse tras días de tempestad, en los que fue sometido a latigazoslejos y arrestado ¿domiciliario? Quizás después de allí, salga con la decisión de combate y prepare la acción para la toma del palacio, por la que siempre ha soñado. Si después de la fiesta viene la tempestad, quizás esta vez el general nos demuestre que la tempestad, a veces y como es lógico, augura una gran calma.
Una extraña reconciliación familiar, forzada por los suyos, ha favorecido que abandone el país, temporalmente. Esos días, seguro que las más gloriosas en toda su vida, jamás los olvidará, se comenta en círculos familiares.
Mientras tanto, en el país siguen languideciéndose en las cárceles muchos
de sus compañeros, familiares y allegados, así como diversos inocentes,
acusados de haberlo visitado para planificar un supuesto golpe de
Estado.
Sólo la mediocridad nguemista puede hacer creer que un general de corte militar como Agustín Ndong Oná puede tomar la osadía de perpetrar un atentado del tipo que se puede denominar golpe de Estado. Es un general de galones. La única persona contra la que puede atentar y lo ha hecho, ha sido Felipe Ondó Obiang Alogo, como ocurrió aquel día cuando le torció los dedos de los pies con alicate.
Ahora, corresponde que el régimen de Malabo dé explicaciones de la suerte que corren los centenares de ciudadanos que yacen en Black Beach por causa de Ndong Oná.



Fuente: Fuentes familiares

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