No se sabe cuándo dejarán de torturar.
No se sabe cúantos son los torturados.
Pero una cosa es inequívoca, en Malabo se tortura con rigor que da espanto.

Por la noche, todas las noches, los que viven en los alredores del palacio de Congresos de Malabo, aquel construido por el arquitecto Atepa, escuchan los siniestros gemidos humanos que salen de su interior.

Cuando amanece, nadie sabe nada, nadie habla y todos se miran asustados intentando intercambiar un mensaje interrogante sobre lo que está pasando. ¿Qué demonios hace el Demonio?
¿Cuándo demonios parará el Demonio?

Dicen que los turturados son varios, las torturas van por oleadas y en aparente azar, algunos son llevados de madrugada a sus casas tras el castigo y otros descansan su cuerpo fatigado de torturas en las salas desiertas de un palacio abandonado.

Nadie puede hablar porque la tortura de esa noche puede ser mayor. Los familiares podrían ser torturados como represalia.

No hay nada que hacer. El tirano se ha vuelto loco y no escucha a nadie ni se cansa de torturar. Su hermano Armengol le acompaña en la gloria de su afición predilecta a los golpedestados, duerme de dia y tortura de noche.

A veces son ronquidos del dolor profundo y largo. Otras veces son chillidos por un dolor intenso, seco y corto, como el gemido del gorrino en el matadero. Los que en su desdicha oyen en la noche el rito macabro, casi pueden adivinar los ciclos interminables de la tortura aprendida en Marruecos, de tanto oirlo noche tras noche, una noche y otra también.

Las noches se hacen eternas y al amanecer...nada. Nadie sabe nada, nadie dice nada y todos se miran espantados por el horror sin fin. El horror en el Palacio de Congresos convertido en cámara de tortura en la noche oscura de Malabo.

El ambiente de Malabo parece electrizado. Con razón hay frecuentes cortes de luz estos días. Toda la energía eléctrica parece concentrarse en el palacio de Congresos justo en el álgido momento de aplicarse la corriente en los cuerpos de los infelices. Cuerpos inermes, sacrificados humanos en el demoníaco rito de la tortura demencial.

De nuevo en la mañana, todo Malabo camina cabizbajo bajo el peso del dolor de muerte de los torturados en la madrugada.

Y como siempre nadie dice nada. Todos llevan en su silencio el dolor humano en el corazón tieso de espanto, para así mitigar los gritos de los que van a ser torturados esa noche. Y así una y otra noche, noche tras noche. Noches interminables de tragedia. Noches sin fin de espanto. El Gulag en el trópico.

La podredumbre del corazón del tirano Obiang y la de su hermano el amante de golpedestados, es profunda como la muerte y maloliente como el sulfuro del infierno.

El Demonio y su horror en la cumbre.
¿Cuándo demonios se marchará el Demonio?

Nvo e´Zang Okenve Mituy


Fuente: La noche de Malabo

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos