La propuesta sobre la necesidad de presentar iniciativas y alternativas del compatriota Laurentino Esono en su artículo aparecido en esta página web, es tan pertinente como indiscutible en estos precisos momentos en que la dictadura está recrudeciendo sus actos de piratería política de anteño. No me cabe la menor duda de que los verdaderos demócratas de nuestro país son conscientes de esta imperante necesidad. A pesar de esta gran realidad, quiero sin embargo hacer algunas precisiones y reflexiones sobre la propuesta con el único propósito y objetivo de complementar algunas ideas evocadas por el compatriota Laurentino Esono.

Cuando se habla de presentar iniciativas y alternativas es porque se reconoce el fracaso e ineficacia de las presentadas hasta ahora o que han sido aplicadas inadecuadamente. Lo que se prentende en mi modesta comprensión del tema, es un cambio de estrategias o de tratamiento. Si la situación que atravesamos se pudiese comparar con una enfermedad, yo propondría que antes de hablar de iniciativas y alternativas (tratamiento), empecemos con el análisis, la investigación, reconocimiento (diagnóstico) del mal para después asignarlo un tratamiento adecuado y eficaz. Creo seguramente que muchos coincidirán conmigo en que una casa no se puede empezar construyendo desde el techo. Necesitamos en primer lugar poner el fundamento, levantar los pilares sobre los que se va a reposar el techo de nuestro edificio, el futuro de Guinea Ecuatorial, el futuro de nuestros hijos, nietos y bisnietos.

La crítica y la autocrítica nos permite en primer término cotejar el arraigo de los muchos o posibles errores que hemos cometido hasta ahora con el fin de reorientar nuestras futuras actuaciones. Si no hacemos un intento por descubrir las razones de los desaciertos y limitarnos simplemente en la búsqueda de nuevas alternativas, podemos estar seguros que todos nuestros esfuerzos serán en balde. Un mejor tratamiento de cualquier afección pasa necesariamente en el descubrimiento del agente causante.

En el caso que nos ocupa, la crítica y la autocrítica son los únicos mecanismos que podemos aplicar para descubrir las razones del fracaso de nuestras anteriores iniciativas. No tenemos el porqué ser reaccios a la crítica cuando nos permite como vengo diciendo a hacer un examen de conciencia profundo sobre nuestras actuaciones y comportamientos. Todos sabemos sobradamente que el régimen de Obiang Nguema ni tiene voluntad política de cambio, ni está interesado en que éste se produzca y por lo tanto, está obsoleto responsabilizarlo de todo cuanto acontece o acontecería en Guinea Ecuatorial. La culpabilidad y responsabilidad del impase político en nuestro país es indiscutiblemente del régimen y esto lo sabe hasta los más ingenuos. Si es así, ¿por qué perder el tiempo analizándo lo que hace o deja de hacer el régimen?; Centremos pues nuestra atención en nosotros mismos reconociendo y asumiendo nuestros errores en el bochornoso proceso bautizado pomposamente de democratización.

Si no somos capaces de reconocer y asumir nuestros propios errores estaríamos condenados a repetirlos por muy buenas y viables puedan parecerse nuestras nuevas iniciativas o alternativas. Todo lo que empieza mal también suele acabar mal. Creo que esto es aplicable al supuesto proceso de apertura en Guinea Ecuatorial que se puede calificar con razón si no como un aborto, al menos como un niño mal nacido. El primer error y quizás el decisivo fue el haber aceptado participar en este proceso totalmente viciado, sin las más mínimas garantías de transparencia y sin haber sido consensuadas las principales leyes que debían o deben garantizar precisamente la transparencia del proceso. La aceptación de las leyes elaboradas y sancionadas unilateralmente por el régimen como el marco jurídico del proceso de democratización, es también uno de los errores cometidos por la oposición. Es más, el régimen viola e incumple sistemáticamente sus propias leyes y a pesar de esta cruda realidad, la oposición continúa haciéndo el juego a la dictadura con su participación en las fraudulentas elecciones convocadas por el régimen. No se puede decir que la oposición desconoce esta situación como lo demuestra sus propias declaraciones y denuncias después de cada contienda electoral. Si la oposición justifica su participación en las elecciones por temor a ser ilegalizada es porque la ley que lo determina es injusta y arbitraria que requiere una modificación para que sirva de garantía al proceso de democratización y no como una atadura que para deshacerse de ella, la solución tenga que ser conformarse con el status quo.

Las alternativas siempre han habido, las hay y me atrevería a decir que las habrán siempre, lo que ha fallado hasta ahora en mi modesta opinión es su correcta aplicación. No estoy en contra de que se elabore alternativas o estrategias. Lo que exijo o mejor dicho pido a todos es que fuéramos sinceros con los demás y consigo mismos en el momento de hablar de alternativas porque debe haber un compromiso sin lagunas y que lo acordado sea aplicado en toda su integridad.

Cuando seremos capaces de respetar y cumplir sin tapujos los posibles acuerdos, es cuando podemos también estar en la altura de las circunstancias para materializar cualquier proyecto de envergadura.


Fuente: Samuel Mbá Mombé

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos