Por: Samuel Mbá Mombé

Los constantes inventos de supuestos actos de ”desestabilización” de Guinea Ecuatorial son una muestra clarevidente de la golpefobia, del morbus crónico de ver enemigos por todas partes que tiene y padece el régimen de Teodoro Obiang Nguema así como su vulnerabilidad, contrariamente a la propaganda oficial que habla de paz y estabilidad reinantes en el país.

Como se viene reiterando, la paz no es sinónimo de ausencia de guerra. Queramos o no reconcerlo, en el corazón de muchos guineanos hay guerra pero si ésta hasta ahora no se ha convertido en hechos concretos, es simplemente porque el pueblo sigue aguantando en silencio sus sufrimientos. Esto que llamamos paz que de verdad debemos valorar y no especular con ella, debería servir para asentar las bases de una verdadera reconciliación nacional. Si continuamos predicando una paz inexistente es porque no la queremos ni la valoramos en su justa medida.

El actual ”ambiente de paz reinante en Guinea Ecuatorial”, según el régimen, está muy lejos de ser la verdadera paz que todos anhelamos para nuestro país.

Pido perdón por si me equivoco en mi afirmación. Los guineanos somos pacifistas por naturaleza pero nunca cobardes y es por eso que nos sorprende la crueldad del régimen. No se llega a entender el porqué de tanta persecución, intimidación, arrestos, encarcelamientos, torturas, mutilaciones, asesinatos de sus propios compatriotas y que encima nos hablen de paz. ¿Qué paz? ¿el de los cementerios?.

No, no, no! Eso no es paz y si para el régimen estos actos son la paz habría que concluir que el pueblo debe seguir luchando por ella a fin de que ésta reine en nuestro suelo patrio. Una paz sin inventos de supuestos de golpes de Estado o de invasiones mercenarias, pretextos para amedrentar y a amordazar a los que no estamos de acuerdo con la política de violación flagrante de los Derechos Fundamentales de los guineoecuatorianos.

Si bien es cierto que los problemas no se resuelven con la violencia, pero también lo es que ésta no es patrimonio de nadie como tampoco puede ser utilizada unilateralmente amparándose de una supuesta legitimidad estatal.

Aunque siguen ocurriendo cosas horribles en nuestro país que hacen imposible un tratamiento serio y adecuado de nuestro cuerpo social, creo que aún estamos a tiempo para ahorrar a nuestro pueblo más sufrimientos. El Pueblo quiere paz pero también quiere libertad porque sin ella, la paz es ficticia. El dicho de que ”así estaba” puede no durar mucho y es por eso que no nos engañemos ya que estos fenómenos denunciados por el propio régimen falsos o verdaderos, deben servirnos de alarma para reflexionar seriamente sobre el futuro inmediato de nuestro país.

Verdaderos o falsos, esos supuestos intentos de ”desestabilización” demuestran claramente que la vía del diálogo para ponernos de acuerdo en los temas de interés nacional y que nos concierne a todos puede cerrarse en cualquier momento siendo la utilización de la fuerza la única alternativa para conseguir un acuerdo sólido en igualdad de condiciones con el poder.

Con la política de propaganda, de avestruz, de engaños o de arreglos de fachadas no haremos sino crear una situación que desembocaría a formar frentes irreconciliables y como resultado final, la destrucción de nuestro país en provecho de los que codician nuestros recursos naturales y a los que les importa un bledo la vida de los guineoecuatorianos.


Fuente: LD

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