Nos gustaría, como a muchos de nuestros paisanos/as, tomar las armas y defenestrar al dictador Obiang juntamente con toda la banda de malhechores y adoradores de la política de vientre que le rodean. Nos gustaría poner los trajes de camuflaje y botas de soldado para capturar a Obiang y exigirle cuentas de todos los delitos y violaciones que Éste GRAN CASTIGO PARA GUINEA ECUATORIAL ha cometido desde que era jefe de la cárcel de “Blackbeech” (en la etapa de “triste memoria”) y la mano derecha torturada y exterminadora de mentes lúcidas que ha tenido nuestra nación.

Con todo, preferimos pensar que sería de listos pararnos a pensar sobre quién realmente sería el beneficiario final de una posible guerra civil en Guinea Ecuatorial. ¿En qué medida la actual estructura de “orden” mundial, condiciones económicas son el origen de las guerras? ¿Quién se beneficia y quién pierde con ello? ¿Favorecen las guerras a quienes las hacen en el “tercer mundo” o ayudan a que las empresas “multinacionales” que trafican con el material bélico puedan seguir subiendo sus suculentas rentas bancarias para el bienvivir de sus conciudadanos “primermundistas”?

¿Realmente las guerras fratricidas desencadenadas en África negra ayudan a acabar con las dictaduras y promover la estabilidad de nuestras sociedades? ¿En qué entidades bancarias suele ir a parar el dinero con que compramos el material bélico, en algún banco de desarrollo local de nuestras tierras?

Mucho nos tememos que sean los europeos y los norteamericanos los verdaderos beneficiarios de nuestras guerras, porque es en Europa y en EE.UU. donde se encuentran las fábricas de las armas con las que los unos con los otros (DICTADORES Y OPOSITORES) queremos acabar con nuestras diferencias en el “tercer mundo”.

Nunca nos queremos parar a pensar, un por un instante, que el negocio de las armas es una de las enormes fuentes de ingresos para el cada vez más enriquecimiento de Europa y Norteamérica, a éstos les viene muy bien que tengamos dictadores torpes y propensos a utilizar las armas contra sus respectivos pueblos. También les gusta que nosotros los opositores estemos dispuestos a armarnos ante la frustración de contar con gobernantes cada vez más enloquecidos y así enzarzarnos a tiroteos y destrucción fraterna, para luego poder empezar a siempre a cero y seguir dependiéndonos eternamente de las limosnas de la caridad de las ONGs (Organismos “No Gubernamentales” “primermundistas”).

Por eso nos gustaría ir a la guerra si Guinea Ecuatorial tuviera ella misma fábricas de armas. Mientras tanto preferimos seguir de momento con la guerra de la mente, porque desde la batalla de mente, hoy por hoy, el “primer mundo” tiene sometido al “tercer mundo”. Nos echan las bombas de sus “multinacionales” para venir a esquilmar nuestra capacidad productiva, nos hacen depender de las manufacturas de sus fábricas por los siglos de los siglos. Ahí está una de las causas de su enfrentamiento a muerte con los pueblos de Oriente (Continente asiático), los pensadores de dichos pueblos luchan con la mente (China, entre otros) porque sus pueblos y sus culturas no se debiliten ante las peores bombas (DEPENDENCIA TECNOLÓGICA) lanzadas desde el Pentágono, desde París-Madrid-Londres-Bruselas-Lisboa-Roma-Berlín.

Aunque la frustración sea el peor enemigo de la luz mental, preferimos seguir lanzando palabras de cordura al aire allá donde quiera que esté algún/a hijo/a de Guinea Ecuatorial bien-nacido, para no rwandizar Guinea, sino tratar de llegar a la población con los medios de que disponemos y concienciar a los más jóvenes de que para echar a la calle al dictador Luis XVI los franceses, por ejemplo, no tuvieron necesidad de armarse con los fusiles fabricados fuera de Francia.


Fuente: INTELIGENCIA

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