Hay quienes encuentran gigantes ahí donde los molinos de viento... Ésos, los que (por vicio o perversa manía) construyen panorámicas quijotescas de Guinea Ecuatorial acusan grave escisión humana. Mas en ellos hay algo todavía peor, una carencia suma. Porque en la carroña la conciencia(con todo lo que conlleva) ya ni siquiera es un ”síntoma”. Simplemente, se ha esfumado. El hedor de la carroña contamina. La carroña vive entre nosotros, nos sigue a todas partes. Y ése, precisamente, es el problema. La carroña tiene el maldito don de la ubicuidad. Se alegra en celebraciones, piensa(lo malo ”no es la estupidez”, es que ”la estupidez piensa”); contradice a toda opinión tendente a hacer testimonio de la ausencia total de libertades en Guinea Ecuatorial y su retroceso(cuando no abandono) en todos los niveles. La carroña habla de convivencia pacífica, diálogo, asume el papel de consejero de la diáspora... y, siempre como alusión coronaria en sus trances crónicos de diarrea racional, el déspota se convierte en ”artífice”(de la paz, la democracia...) Ahora la carroña pretende convertir este foro en una especie de burlería. No se lo consentiremos. A menos que queramos repetir la historia de las liebres y los galgos.


Fuente: OBSERVADOR

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos