Me quiero centrar en la concentración del pasado viernes. Y en este sentido comparto la crónica de la estimada Mayka publicada en la Casa de la Palabra, al referirse a la concurrencia a la misma de destacados personajes cuyos nombres mal que les pese a algunos (no voy a entrar a las motivaciones, etc.) son parte de la historia de Guinea Ecuatorial. Ellos se sumaron a las voces de todos para pedir un cambio radical de la política USA con respecto a Guinea y colaboraron como uno más en la puesta a punto de dicho acto reivindicativo.

Pero no estaban todos los que debían. Se notaron muchas ausencias, como siempre ocurre por desgracia, con la consiguiente repercusión negativa para la causa, no para los convocantes. Porque amigos, ese dilema que les surge a los guineanos en cuanto a quién convoca cualquier acto de reivindicación que se refiera a Guinea para adherirse o no al mismo, perjudica sólo y exclusivamente a la causa guineana que no se ve con frecuencia reflejada en los medios de comunicación, ni es motivo de tales eventos. Y esa debería ser una de las conductas a cambiar por los guineanos y que repercutiría en una mayor difusión del problema al que se enfrentan en su país desde hace décadas.

En el caso guineano es muy frecuente que se de esta circunstancia: dar más prioridad a quien convoca dejando al margen lo que se reivindica. A mi juicio es un craso error que ha restado y no sumado esfuerzos a iniciativas con un determinado objetivo: hablar e intentar llevar la denuncia hacia los ciudadanos de a pie para una mayor concienciación a nivel internacional en la necesidad de tomar medidas para resolver la situación guineana y al tiempo acabar con la impunidad en la que se tiene sumida a la misma.

No se es mejor guineano por no sumarse a este tipo de convocatorias en función de las simpatías que goce o nos inspire quien las impulse. Lo realmente importante es lo que las motiva: la causa guineana. Con nuestra presencia en las mismas no mostramos nuestro apoyo o pertenencia a los convocantes sino a la causa que las provoca. Y eso es así de sencillo, pero de de difícil cumplimiento y arraigo en muchos guineanos.

Tampoco los convocantes deben sacar falsas expectativas de la afluencia mayor o menor a sus convocatorias. Se debe entender que se está allí por GUINEA ECUATORIAL Y SU PUEBLO. Las que tienen que mostrar las simpatías o pertenencias a grupos políticos son las urnas y con este tipo de manifestaciones se pretende que se creen bases sólidas y garantes para que la opción sea libremente elegida por los guineanos, que es entonces, con su papeleta, cuando deben mostrar su libre elección de los políticos que más le agraden o consideren mejor preparados para gobernar.

Ahora es el momento de exigir a la comunidad internacional una intermediación para poner fin a los malos y antidemocráticos hábitos impulsados y practicados por el régimen en plaza. No es momento de divisiones y dudas en la concurrencia. Ese ha sido y es el factor determinante para que la situación guineana siga en standby. Hay que movilizarse para que los objetivos, lemas y peticiones que motivan las manifestaciones o concentraciones se hagan realidad en reflejo de lo largamente esperado por la población guineana. Lo demás es irrelevante y más bien con nuestra ausencia colaboramos a que el problema siga latente e impida la libre elección a través de unos comicios libres y transparentes en las que participen todos los que reúnan los requisitos exigidos y para ello es justo que se legalicen previamente todos los partidos que deseen concurrir sin trabas de ninguna índole, salvo las que marque una justicia independiente y bien direccionada.

A nadie se le escapa que en Guinea NUNCA se han dado elecciones limpias y en libertad. Esto es lo que hay que plantear a la comunidad internacional: LIBERTAD PARA GUINEA ECUATORIAL.
FIN DE LA DICTADURA
LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLITICOS
AMNISTIA PARA TODOS (regreso a Guinea con garantías internacionales)
JUSTICIA, PAZ Y DESARROLLO PARA GUINEA
ELECCIONES LIBRES Y TRANSPARENTES CON OBSERVADORES INTERNACIONALES CUALIFICADOS E INDEPENDIENTES.
LIBERTAD DE EXPRESION Y OPINION
en una palabra: LIBERTAD Y JUSTICIA PARA GUINEA ECUATORIAL.

Esto fue lo que se pidió en la concentración del viernes y lo que motivó su convocatoria. ¿Hay algún demócrata que no suscriba estas exigencias elementales? Entonces ¿por qué no concurrir a esta y otras convocatorias en las que siempre se exigen los mismos principios? ¿se debe y puede dejar de hacer acto de presencia por una mera cuestión de simpatías o reconocimiento a quienes las convocan? ¿Por qué ese empeño de muchos guineanos en mantenerse al margen de las reivindicaciones que deben ser comunes a todos provocando la división y no la suma del esfuerzo todos a una? ¿Es que acaso su presencia puede significar un apoyo a quienes las convocan? Volvemos a lo mismo, el secundar, asistir a una convocatoria como la del viernes, no debe ser interpretada por nadie como una aceptación ideológica ni personal de los convocantes. No en el caso de Guinea donde nada de eso se consensúa. De lo que se trata es de exigir otros valores que no son moneda común en el trato que se viene observando sistemáticamente por el régimen de Obiang hacia los guineanos ¡C...!

Bien, establecidas esas bases pasemos a las posteriores evaluaciones (críticas) que se hacen por determinados sectores guineanos o no en cuanto a su organización y afluencia. ¿Qué se quiere conseguir con ello, beneficia a la causa guineana o más bien debería (en caso de resultar un fracaso) significar uno más para todos los que dicen luchar desinteresadamente por la democratización de Guinea?

Es necesario hacer una profunda y sincera reflexión sobre todo esto y llegar a la conclusión de a quién y a qué benefician estas posturas tan distantes al objetivo al que se debe servir y por otro lado combatir.

Lo he manifestado en otras muchas ocasiones que los únicos que deben marcar/luchar por las soluciones y el cambio en su país, deben ser los guineanos con sus aciertos o errores. Los demás, en este caso los españoles, debemos - si así lo estimamos- mantener un plano de colaboración discreta en la ayuda y puesta en marcha de acciones, pero nunca el de diseñarlas y darles nuestra libre interpretación al margen de los auténticos representantes de ese pueblo, los guineanos.

Los españoles debemos colaborar si ese es nuestro deseo, pero jamás marcar pautas de conducta, cuestionar y criticar la preparación con la que cuentan, poner en duda las intenciones y mucho menos interferir en los planteamientos de los que legítimamente tienen ese derecho y deber hacia su pueblo: los políticos en la oposición. Aunque a algunos no les guste ir de comparsas en el caso de Guinea, ese es el papel que deben desarrollar y si no que se alejen de la cuestión guineana.

GUINEA POR Y PARA LOS GUINEANOS. Si esa conducta se hubiera mantenido y respetado otro gallo les cantara. Porque los guineanos deben y tienen que asumir también por su parte, que a ellos, sólo a ellos, les corresponde el cometido de defender y conseguir un cambio real y duradero en su país.

Insisto, que en cualquier convocatoria parta de quien parta, lo verdaderamente importante son las reivindicaciones por las que se convocan y ellas, sólo ellas, son las que deben marcar el poder de convocatoria, no los convocantes. Quien no tenga en cuenta esta premisa que cuente con las dudas que pueda suscitar su actuación en cuanto a cuáles son sus verdaderas intenciones y objetivos al otorgarse un protagonismo que no le corresponde y que intenta usurpar en detrimento de los guineanos y por supuesto de la causa guineana.


Fuente: propia

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos