“LA OPINIÓN”, cofundado y dirigido por Pedro Nolasko, desapareció por su línea crítica, en un momento en que su director se había comprometido en convertirlo en una de las referencias de la prensa centroafricana. Tras la publicación del número que lleva el siguiente editorial, las empresas petrolíferas retiraron, tras un mes, los contratos de publicidad que habían suscrito, alegando presiones gubernamentales. Meses más tarde, Pedro Nolasko fue expulsado como su director y desde entonces no ha vuelto a aparecer. En 2002, Nolasko fue obligado al exilio, donde reside hasta la fecha.
“LA OPINIÓN”, PERIÓDICO INDEPENDIENTE DE GQ.
NÚMERO ESPECIAL. MALABO, 12 OCTUBRE 2000
EDITORIAL
EL LEGADO DE MACÍAS
Los historiadores y dirigentes de turno mantienen que el caos-caracterizado por el hambre, la miseria, la opresión política y la violación sistemática de los derechos humanos, así como la discriminación regional... en suma, la falta de una estructura social y un plan de desarrollo nacional- en que vive Guinea Ecuatorial desde 1968 cuando se independizó del Reino de España, se debe a los errores de gobierno cometidos durante los primeros once años de la independencia. Y concluyen que la génesis está en el fallido intento de golpe de Estado protagonizado por el líder del Movimiento de Liberación Nacional (MONALIGE), Atanasio Ndong Miyon, primer ministro de Asuntos Exteriores de Guinea Ecuatorial.
Si cabe esta consideración, admitamos también que el llamado Golpe de Libertad del 79 fue injustificado, porque no se puede comprender que los males de once años hayan sido tan arraigados que en 21 años no hemos sido capaces de superarlos.
Macías, fue elegido presidente en unas confrontaciones tan transparentes y plurales, y hasta la fecha ningún escritor, investigador o analista lo ha cuestionado. ¿Cómo gobernaría el país hasta 1979? Esto sí es cuestionable, y por esa razón, fue despojado del poder por su sobrino y su mano derecha Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. Si quiera había razón para justificarlo tanto, que hasta la fecha, continúa siendo el principal mensaje de mantener al pueblo inerte ante cualquier tipo de injusticia. Macías expulsó a los colonos y se proclamó salvador, y cuando le expulsan, su sucesor también se proclama otro salvador. Y resulta que Guinea Ecuatorial tendrá tantos salvadores como sucesiones presidenciales se registren, hasta que el pueblo se recapacite y asuma que ninguna sola persona de este país tiene el más mínimo derecho de auto-proclamarse, consciente o inconscientemente, salvador de los demás, y máxime, cuando lo hace al margen de la Constitución.
Macías y sus autócratas colaboradores conocían la historia de Guinea, razón por la cual tomaron cualquier asomo de libertad y de reivindicación como una amenaza extremadamente peligrosa para su poder. Si se analiza el panorama actual, desde aquella ‘histórica madrugada’, ¿cuánta gente no está en este país por las mismas causas?
Como señala la historia, además de reprimir, Macías dio un giro hacia el nacionalismo para reemplazar la democracia ante la ausencia de otra excusa legítima para conservar el poder. La primera decisión que tomó cuando se hizo con el poder en 1968 consistió en clausurar todas las formaciones políticas e implantar el suyo propio. Por estas y otras razones, fue derrocado del poder. Pero, ¿cuánto hemos sufrido para restaurar el pluralismo político? ¿Cuántos partidos existen actualmente, o qué se ha hecho para preservar el pluralismo político y las libertades de expresión y de opinión?
Deberíamos recordar que la fuente tradicional de caos en un Estado dictatorial o totalitario es la lucha de sus dirigentes políticos o familiares por la sucesión en el poder. Es un juego peligroso, si normas ni cuartel.
El balance de los 32 años de independencia demuestra las profundidades en las que se puede hundir Guinea Ecuatorial en las próximas luchas de sucesión en el poder. No se puede desechar que, como consecuencia de la ejecución de Macías, surjan de nuevo bandas o elites anticonstitucionales, regionalistas y sociedades secretas como las que aterrorizaron y saquearon Guinea Ecuatorial durante esos tristes años.
Como ya advertimos en alguno de nuestros editoriales, “el cambio de sistema totalitario a uno democrático no se ha producido aún, porque la nomenclatura oncena se apoderó del poder y en él siguen las mismas gentes que, mientras les convino, se consideraron demócratas, pero sin democracia”.
Superficialmente, actualmente parecen existir dos elites: una oligárquica y otra democrática. Pero, en el fondo, ambos son la misma cosa. Han engañado a la opinión pública local y mundial, tratando de demostrar que el poder en Guinea es sólido, que las reformas se hacen, que no hay descontento social, que se ha aumentado el poder adquisitivo y que, aunque no todo está bien, por lo menos es satisfactorio para un periodo de transición democrática. Por eso mientras esa gente esté en el poder, aquí no puede cambiar nada.
El mono-partidismo duró 23 años y en los nueve siguientes hemos pasado a un nuevo “Estado”. ¿Qué hemos logrado en nueve años? Nadie puede explicar de forma inteligente qué reformas se han hecho: el 80 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza; un 70 por ciento de la renta nacional está depositado en los bancos internacionales e incluso a cuenta privada. Hemos destrozado la tradición del pueblo-basada en la hospitalidad y la solidaridad africana-. O, sea, estamos actuando como suicidas.
Guinea Ecuatorial se ha convertido en un país extraño y contradictorio: mayores ingresos, abundancia de recursos naturales, poca población y extensión territorial, pero su gente viven peor que en un campamento de refugiados que esperan ser trasladados al otro lado de la frontera.
Creemos que la tarea más prioritaria ahora, lo más importante es cambiar la actitud moral, mediante la organización y funcionamiento de estructuras contemporáneas que sean emanación de la voluntad de los propios ciudadanos. Porque, en la relación entre el pueblo y el poder durante estos 32 años, las leyes han sido injustas e inhumanas, pero su crueldad se compensa con su incumplimiento. El poder siempre ha utilizado la Ley del más fuerte, aniquilando, destruyendo y fusilando. Un despotismo absoluto. Nunca tuvimos una dictadura de la Ley.
Ahora, una transformación real ha de empezar por devolver la fe a la gente. El ciudadano debe comprender que éste es su Estado, que trabajara para él, que es su Ley.
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PRIMER GOBIERNO DE GUINEA ECUATORIAL:
Francisco MACÍAS NGUEMA BIYONO ÑEGUE, Presidente de la República y de la Defensa Nacional. Obtuvo 68.310 votos en el escrutinio final del 3 de octubre de 1968, frente a los 41.254 de su rival BONIFACIO ONDÓ EDÚ.
1. Vicepresidencia y Comercio: Edmundo BOSIO DIOKO
2. Trabajo: Román BORIKO TOICHOA
3. Industria y Minas: Ricardo Martínez PELAYO ERIMOLE
4. Agricultura: Agustín Grange MOLAY
5. Educación: José NSUE ANGÜE OSÁ
6. Sanidad: Pedro EKONG ANDEM
7. Interior: Ángel MASIE NTUTUM
8. Justicia: José EWORO NDONG
9. Asuntos Exteriores: Atanasio NDONG MIYONE
10. Obras Públicas: Jesús Alfonso OYONO
11. Hacienda: Andrés IKUGA EBOMBEBOMBE
BIOGRAFÍA DE MACÍAS (antes del 12 de octubre 68)
Nació en ANDOM-ESANGUI, en la demarcación de Sevilla de NIEFANG, en el año 1924. Hijo de Pedro Nguema y de Emilia Ñegue. Fue bautizado en 1931 por el Reverendo padre Vicente Aguado en la capilla de Mao, siendo su padrino Pedro Masa.
El 15 de noviembre 1938, ingresó al Servicio del Estado adscrito al Registro territorial de Río Muni, pasando en febrero de 1943 a la Secretaría letrada del subgobierno de Río Muni. Meses después opositó al concurso de auxiliares administrativos, que superó obteniendo el número 18 de su promoción, siendo destinado con 1 de febrero de 1944 al Servicio Forestal de Río Benito, desde donde, por motivos de salud fue trasladado a Bata dentro del mismo servicio.
El 28 de octubre de 1948, pasó a excedente voluntario, teniendo que residir en el interior de Río Muni por motivos de salud. Reingresó en el Servicio del Estado en 1951, como funcionario de la Administración territorial de Mongomo de Guadalupe, en donde permaneció durante largos años, siendo nombrado alcalde de dicha ciudad durante la época provincial, cargo que preparó en las funciones de Gobierno.
El 2 de enero de 1954, contrajo matrimonio canónico con doña Beatriz DA. Se divorciaron unos años después [la mujer cometió adulterio con un colono de Mongomo, Román]. Y finalmente, se casaría con Mónica Bindang, habiéndose obtenido varios hijos.
Su actividad política durante la preparación del referéndum para la Autonomía la valió la estima de sus paisanos, quienes le votaron masivamente para ocupar un puesto en la Asamblea Legislativa del Régimen Autonómico, y esta, una vez constituida le designó Consejero y Vice-Presidente del Gobierno.
CONDECORACIONES
En 1961, el Gobierno español le concedió el ingreso en la Orden de África, con la categoría de Comendador, y en 1965, fue de nuevo condecorado con la categoría de Comendador con Placa de la Orden de África. Estaba además en posesión de la Medalla del Valor, del Gobierno camerunés y otras distinciones.
Fuente: LA OPINIÓN, OCTUBRE 2000
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