La organización especializada de las Naciones Unidas sobre la cultura UNESCO, se ha convertido en una enorme carcajada.

Un presidente dictatorial africano, famoso por sus torturas, sus encarcelamientos y sus asesinatos a políticos disidentes, es el personaje estrella de una organización que en principio se dedica a la cultura de los pueblos del mundo.

Este personaje llamado Obiang, en cuyo país no hay ni una sola biblioteca pública, en cuyo país no existen librerías porque los libros están prohibidos salvo algunos escolares, es una estrella de la Unesco, que le ha puesto una tribuna para que el tirano se permita dar lecciones de cultura al mundo.

Obiang alecciona a los africanos desde la UNESCO para decir que Africa debe reaccionar para no perder su identidad cultural en peligro por la globalización.

Obiang debería explicar al mundo por qué Guinea Ecuatorial es el país donde ni los padres ni los maestros tienen autoridad sobre los jóvenes porque eso pondría en peligro la autoridad de los analfabetos del clan familiar que gobierna.

Obiang debería explicar por qué los colegiales deben abandonar sus clases para ir a esperararle cuando viaja de uan ciudad a otra, pasando horas al sol, sin agua ni comida, hijos de personas a los que el tirano desprecia.

Obiang debería explicar por qué no hay ni un solo periódico en el pais que produce medio millón de barriles de petróleo al dia. Ni siquiera existe el Boletin Oficial del Estado porque el dictador no quiere que se publiquen en medio escrito las leyes y resoluciones gubernamentales, violando el principio obligatorio de publicidad de las normas administrativas.

Obiang debería explicar por qué no hay organizaciones culturales en el país.

Obiang debería explicar por qué no hay un solo teatro en el pais.

Obiang debería explicar por qué no hay en Guinea ni un solo cine.

Y la Unesco debería explicar al mundo si un personaje que dirige un país así, y que lo dirige con mano de hierro, tiene cabida en los estrados de esta organización.

La Unesco se ha convertido en un esperpento, en una mascarada que acoje en sus tribunas a personajes macabros que ademas de asesinar a disidentes, libran una guerra ferroz contra la cultura al prohibir los libros, las revistas, los periódicos, el internet, las bibliotecas y las manifestaciones culturales de los pueblos de Guinea.

Todo lo que toca Obiang lo pervierte.



Fuente: propia

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