La farsa de la Conferencia Económica Nacional. Parte I

Hemos asistido una vez más a los tejemanejes que ya nos tienen acostumbrados esos que dicen dirigir el país llamado Guinea Ecuatorial. Han gastado mucho dinero para montar un teatro para el consumo de extraños y a ese teatro lo han llamado conferencia económica nacional. Un verdadero teatro del absurdo que ha sido un espectáculo de fanfarria en Bata. Aquello no ha sido ni conferencia, ni nacional ni económica.

NO ES CONFERENCIA
Una conferencia es un diálogo entre varias personas o grupos, a fin de enunciar un enigma o de buscar la solución a un enigma. En cambio un discurso es una reflexión expuesta ante un auditorio. La conferencia implica el debate y el debate implica la aceptación de la diversidad y de la discrepancia, gestionando tales discrepancias para conseguir un acuerdo de procedimientos o de ideas entre los conferenciantes.

En un país carente de libertades, donde existen presos políticos y el exilio político es importante ¿Cómo puede tener lugar una conferencia o diálogo?. En un país donde la cultura predominante es la persecución y el miedo ¿Como puede hablarse de conferencia?

Los organizadores del gran teatro que se ha desarrollado en Bata con invitados extranjeros para dar esplendor a la mentira suprema, han practicado el discurso unidireccional, han querido imponer una amalgama discursiva como si fuera el resultado de un debate ordenado entre mentes libres, a fin de taparnos los ojos ante la segunda fase del expolio que preparan para los próximos 13 años.

Cada vez que se ha debatido el tema de los usos -perversos- de las rentas petrolíferas, Obiang se ha justificado diciendo que hubo una conferencia económica. Como si la conferencia aquella fuera el solucionador del hambre que su familia somete a la población. Ahora pretenden que cuando vayan a expoliar criminalmente en los próximos años, nadie diga nada porque se ha hecho una conferencia.

Cuando todavía el valor de las rentas del petróleo sigue siendo materia reservada y no existe debate en la calle sobre los usos que deberían darse a estas rentas, es impensable una conferencia donde se aborden estos usos. Sería la primera vez que un tema prohibido sea abordado por el que lo prohibe sin haber finiquitado la censura que pesa sobre el tema. Los dineros del país son manejados por una familia como una propiedad privada de ellos y nadie puede decir nada y por eso han impuesto la dictadura. Y de pronto dicen que se vaya a hablar de los dineros públicos en una conferencia. Esto es imposible.

¿Quienes serían los intervinientes aparte del gobierno y no todo el gobierno?.

Porque en el país no hay apenas organizaciones civiles al no haber libertad y al estar todo el mundo vigilado. No hay espacios de libertad donde se debata nada, la radio y la televisión es de la familia Obiang y sus trabajadores no pueden abordar ningún tema prohibido como los dineros del petróleo. No hay prensa, ni libre ni amordazada. Nadie ha podido leer los presupuestos del estado desde hace 30 años porque no se publican y desde luego no hay transparencia de los ingresos del sector petrolífero.

¿Como puede llamarse entonces conferencia a algo que es un discurso unidireccional, rodeado de boato, para someter a la población y engañar a los extranjeros?.
En definitiva, lo de Bata no ha sido una conferencia con debate sino un discurso unidireccional en un escenario de fanfarria, con intención clara de imponer el silencio y el miedo ante el expolio que unos pocos, los de siempre, van a hacer en los próximos años, continuación del que vienen haciendo hace tiempo.


NO ES NACIONAL
Se dice que algo es nacional cuando abarca la totalidad de la nación. En nuestro caso una conferencia nacional debía de abarcar a todo el mundo y sobre todo al sector más importante de la nación, que es la que está sometida a la represión política.

No han participado los partidos políticos ni asociaciones. Los partidos que dicen que lo son, son un espectro de lo que quedó cuando Obiang mandó desmontar a la oposición en su ”ensayo democrático”. Muchos militantes murieron al enfrentarse con las manos vacías creyendo que en verdad Guinea estaba entrando en la democracia y se permitía la disidencia política. Los que quedaron tras la masacre a la oposición, decidieron entregarse a Obiang declarandose vencidos y entrando en el teatro permanente llamado oposición interna, formado por cuatro pelagatos que eran líderes de unos partidos que ya no son tales. Los que quedaron en la oposición y decidieron no entregarse al dictador, se enfrentaron a él y fueron encarcelados y otros decidieron exiliarse.

Así que todos los guineanos saben con certeza que los Modu Akuse y Nsue Mokuy son unos agradecidos que sirven al dictador y no actuan como oposición. También saben todos los guineanos que los verdaderos opositores están en la cárcel o están en el exilio interior y exterior, aparte de los muertos. Aun con todo no han querido sorpresas en ningún momento y los llamados partidos han sido solo invitados...de piedra.

No se puede engañar a nadie. La gente aguanta dentro con miedo, todos sabemos que hay dictadura, especialmente los mismos que practican la dictadura.

En una dictadura excluyente y férrea como la de Guinea, no puede darse el calificativo de NACIONAL a un evento que no cuente con la participacion de todos los guineanos, especialmente de los opositores verdaderos que siguen reclamando el fin de la tiranía. El pueblo entero está en contra de la dictadura, incluyendo a los que han traido al espectáculo teatral desde los pueblos del interior, supuestos líderes tribales que fueron nombrados por el dictador como jefes de tribu y son en realidad miembros del somaten PDGE y cobran de los dineros públicos. Estos somatenes que llaman ahora jefes tradicionales saben que no son libres y como buenos cobardes, van y vienen a donde la parafernalia les lleva, para así al menos poder comer ocasionalmente ya que en el pueblo no hay ingresos. Si el Teodorín no pasa con sus coches esparciendo migajas de dinero de nuestro dinero a los ”asentados” rurales o no se llama a los jefes tradicionales a las fiestas en honor de Obiang, el hambre en el poblado puede ser mortal para los viejos que se quedaron. Los jóvenes partieron hacia las ciudades buscando un empleo en el sector petrolífero, pero éste se encuentra copado por extranjeros o por los fieles al dictador. El hambre aprieta sobre el 85% de los guineanos. Ese 85% son los excluidos de la fiesta de expolio permanente que es el gobierno de Obiang, donde todos los días celebran algo para gastar y robar.

Estando excluido el 85% real de la población, con sus líderes en las cárceles o en el exilio ¿Cómo puede calificarse de nacional la fanfarria que han montado en Bata?. Solo las voces disidentes del exterior y de las cárceles podían haber hablado con rigor en este espectáculo monorítmico y monocolor que se ha visto en Bata, espectáculo que ha contado con una presentación propia de un teatro chino con murales faranoicos. En esa iconografía no cabe la disidencia. Es una iconografia hecha para el aplauso y la autocomplacencia. ¿De qué consensus habla entonces Ricardo Mangue?.

La nación no ha estado representada porque su espíritu está en la cárcel y en el exilio.
El régimen puede montar todas las fiestas que quiera pero no debe llamarlas nacionales. Han excluido a la poblacion de la rapiña que practican con los dineros del petróleo, han excluido a la población en el necesario debate sobre los ingresos minerales, pesqueros y madereros y lo han hecho imponiendo una dictadura férrea donde no caben más voces que las de ellos. ¿Y eso es NACIONAL?

Si hubieran tenido de verdad la voluntad de hacer algo realmente NACIONAL, deberían haber vaciado antes las cárceles de presos políticos y haber invitado a todos los opositores, a todos los cuadros e intelectuales de dentro y de fuera dentro de una atmósfera de paz real distendida, negociando antes los temas de debate y organizando una verdadera conferencia que, siendo fruto de todos, sí podría calificarse de nacional y de consensus. Pero no ha sido así, de modo que el engaño no debe ser llamado nacional.

Visto hasta ahora que el evento de Bata no ha sido ni Conferencia ni Nacional, queda por saber si al menos ha sido Económica.

Dado que este último aspecto nos obliga a varios análisis, lo dejaremos para continuar otro día.
Utilizaremos los discursos y manifestaciones públicas para intentar averiguar en qué ha consistido la fanfarria de Bata, aparte de lo que en las páginas precedentes ha quedado bastante claro. Y terminaremos describiendo, como cierre, la anarquia que suponen los discursos del jefe de estado enfentado con los discursos de su ayudante Ricardo Mangue.


Fuente: propia

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