La historia de África negra, llena las bibliotecas de casi todo el mundo. Ningún otro pueblo ha sufrido y sufre las embestidas más salvajes de la maldad execrable del ser humano. África ha vivido la colonia, la esclavitud, en su mayor crueldad. Actualmente vive las indescriptibles situaciones de violación de los derechos humanos tales como; la situación de la mujer, los niños soldados, la violencia, el SIDA, las epidemias y pandemias, el horror de la inmigración como el colofón de esta situación envenenada de crueldad. Este cúmulo de cosas, dicen, obliga a los africanos a buscar un sitio mejor. El destino que eligen la mayoría de los africanos, es Europa, aunque algunos prefieren otros países africanos. Casi la mayoría sueñan con un destino. ¡Europa!
África, nuevo foco de interés internacional, (Ibercampus) ”África es la principal salida para los empresarios ante la crisis” (agencia EFE) ¿Por qué los africanos buscamos solucionar nuestra crisis en Europa, y el europeo tiene su foco de interés en África?, ¿por qué áfrica sigue siendo hasta hoy la principal salida de las crisis europeas, mientras los africanos llegan desesperadamente en las costas de Europa? Son preguntas que me resultan fácil de formular, pero difícil de responder. La primera parte de esta pregunta, tiene una respuesta ilustrativa de los propios africanos que emigran a Europa: “quiero vivir mejor”. Para muchos, o casi todos, Europa es el ‘paraíso’. Con esta respuesta, uno saca una pregunta conclusiva; ¿Por qué África lo abandonan los propios africanos, mientras los occidentales buscan dar soluciones a sus problemas allí? Si la respuesta de los primero es más lógico, la respuesta de los segundos es todavía más esclarecedora. El gran problema que tiene Occidente es África Subsahariana. Y el grave problema que tiene África subsahariana se llama EUROPA u Occidente.
El problema de los africanos negros, no es África. El problema africano, es Occidente; occidente es el verdadero problema que tenemos los africanos. Pero, sólo el ingenuo africano piensa que sus problemas tienen solución en el imaginario ‘paraíso’ Europeo. El africano en África tiene apuros, mientras en Europa tiene impedimentos, escollos y barreras. En África el africano tiene hambre, pero en Europa es famélico en la opulencia. El africano en África cobra cien euros mensuales, pero en Europa no tiene ni ‘papeles’ para trabajar. El africano en África tiene su carné de identidad, su partida de bautismo, su pasaporte; pero en Europa es ‘indocumentado’. El africano en África tiene familia: mujer, hijos, padres, madres, abuelos, abuelas; pero en Europa es un sacrificado eremita, triste y solitario. El africano en África tiene una ‘choza’, pero en la opulenta Europa duerme en la calle. El africano en África es profesor de universidad, en Europa es barrendero. El africano en África es creyente, pero en Europa no tiene dónde profesar su fe y es ateo. ¿Dónde está ese paraíso?
Hay dos tipos de africanos; los ‘europeizados o acomplejados’ y los africanos resentidos. Estos conceptos duran en circunstancias temporales. Un africano ‘europeizado o acomplejado’ puede caer en desgracia y convertirse otra vez, en africano resentido. Y los africanos luchan continuamente para ser ‘europeos o acomplejado’ es un status que hay que lograr y conseguir. Es una identidad que se puede conseguir fácilmente si hablas bien los idiomas de los europeos, vives y te vistes como ellos.
Los ‘Europeizados acomplejados’ son estos africanos que han negado a sí mismos, su cultura, su personalidad, su naturaleza, su condición, su idiosincrasia, en definitiva su identidad y han encarnado cabalmente la cultura europea, menos en el color de su piel. Son estos que han cambiado su tono de voz, hablan como los europeos, evitan encontrase con sus paisanos, su lengua materna es expresión del analfabetismo, califican su ‘ex cultura’ como analfabeta, retrógrada, rancia y la identifican con el subdesarrollo. Muchos de estos africanos, trabajan y hacen vida diaria con sus señores amos. Compran en las mismas tiendas que sus señores y tienen el mismo gusto de vinos comidas y ropa que sus señores. Su amo conoce toda su vida, pero él no sabe nada de su ‘jefe’. Se siente querido por el ‘jefe’, pero él triplica el afecto a su señor. Continuamente dice que la solución de los problemas de África está en Europa, pero nunca se da cuenta que el verdadero problema de África es Europa y el problema no puede resolverse por sí solo.
Algunos de estos ‘apátridas abnegados’, son médicos, enfermeros, abogados, profesores de universidad, militares, políticos, escritores, deportistas, personal no cualificado (PNC), matrimonios mixtos. Han subido un pedestal, en este largo caminar hacía el negativismo cultural. Muchos son los peores enemigos de sus propios hermanos africanos. Son la puerta de fácil acceso de los inquisidores de nuestra cultura, los que diariamente dicen que nuestra cultura es retrograda, mientras presentan a su cultura como el modelo cultural a la que hay que seguir.
El otro grupo los ‘africanos resentidos’ son aquellos que acaban de llegar, todavía están entre la añoranza de la tierra que han dejado y la incertidumbre del ‘paraíso’ escondido. Viven en el confusionismo. Son muy ingenuos, piensan que todos los occidentales son compasivos, generosos, sensibles y acogedores. Piden, declaran, asustan, confían, y buscan integrarse. Dentro de este mismo grupo, se encuentra aquellos que llevando tiempo en Europa, se les resulta muy difícil la integración; no entienden muchas cosas que ocurren aquí en el país que acaba de llegar o que vive desde hace un tiempo. No entiende porqué le tratan diferente, no entiende por qué no le dan papeles, por qué la policía le pide papeles a él y no a otras personas que están a su alrededor. Se justifica todo por que en su país vive mal, es pedigüeño, triste, solitarios, quiere caer simpáticos a los blancos, busca ser acogido y acogerse, nunca se para a pensar que los europeos no saben ni siquiera dónde esta su país; ni les interesa lo que pasa allí. La mayoría viven ayudados por alguna ONG de las montones que hay; viven en su interior una mezcla de rabia y simpatía, arrebato y quietud; desprecio y aprecio; asco y estima hacía el país que le acoge. Una sensación agridulce que se salda con dos posturas extremas: o se es un africano domesticado ‘europeizado acomplejado’ con todos los pronósticos o vive un rechazo enfermizo de la cultura que le acoge. Resentimiento.
El africano como casi la mayoría de los humanos, arrastra su pensar anquilosada y aletargado, piensa más en el pasado que en el futuro. Pensar en el futuro para vivir mejor el presente y odiar los errores del pasado. Porque pensar en el pasado para no equivocarnos en el presente y proyectar mejor el futuro, es un error sistemático del pensar de un ser humano. Algunos lo hacen sabiendo lo que hacen. Estamos haciendo lo que dentro de unos años llamaremos errores del pasado. El occidental es consciente de lo que hace hoy, no admite ese cambio, el cambio lo admitirá 100 años después para justificar los horrores de éste presente, que hoy es nuestro futuro. Matan en Irak y dicen que no es un mal, pero de aquí a un siglo pedirán perdón a los nietos de los abuelos que hoy están siendo masacrados. Nunca aceptará a los inmigrantes africanos en sus terruños y el africano, domesticado acomplejado, resentido, será adoctrinado pero nunca aceptado.
Seguiré reflexionando
Fuente: reflexiones
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