Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír. En la madrugada del miércoles 05:45 hora española, el presidente electo de los Estados Unidos de América, Barack Obama, comenzaba su discurso con estas palabras. ”Si alguien todavía tiene dudas de que Estados Unidos es un país donde todo es posible, que todavía se pregunta si el sueño de nuestros ilustres es posible, ésta es la respuesta”. La victoria de obama, su vida, su trayectoria profesional, la lucha personal, la auto superación, son un ejemplo de que en éste mundo, no solo en los Estados Unidos, la posibilidad es posible.
Nadie mejor que Barack Obama, sabe lo que es no tener raíces definidas: padres separados, orígenes muy humildes, familia multicultural, peregrinación por muchos lugares en busca de una vida mejor, adquiere una formación cualificada pero opta por un trabajo humilde y menos remunerado, es el ser y el no-ser al mismo tiempo; dedicación, abnegación, disciplina, paciencia, humildad, mesura. Para los que hemos seguido los mítines, los discursos, entrevistas, del nuevo presidente de los Estados Unidos, reconocemos que es diferente, es muy inteligente, disciplinado y con capacidad inusual para controlar las adversidades. Ha demostrado suficiencia durante la campaña y la precampaña. Vimos que es una persona con enormes capacidades. ¿Qué razones tienen los africanos para celebrar la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos?
Vamos a partir de la hipótesis de que, al mundo le va mejor cuando a Estados Unidos le va bien. La gestión de George W. Bush al frente del gobierno de su país ha demostrado que cuando Estados unidos sufre, el mundo gime de dolor y África languidece. El gobierno de Bush ha empobrecido la economía mundial y las consecuencias de este empobrecimiento, son la crisis económica mundial, las guerras, el imperio del petróleo que genera corrupción y guerras y lo pasan canutas siempre los más pobres. Con esta premisa, África, está dentro de éste mundo que espera de los Estados Unidos, un cambio. Las razones que ilusionan a cualquier africano son las siguientes:
El nuevo presidente electo de los Estados Unidos, tiene más cualidades que su antecesor para despertar una luz de esperanza al mundo y África; demuestra ser más inteligente en cuestiones que no sólo atañe a los americanos, sino al mundo entero, tiene mayor sensibilidad social. Tiene raíces africanas, no tan lejanas. Sin obviar que Obama, es ante todo norteamericano, pero sus raíces africanas, su compasión y comprensión a los problemas reales de las personas que sufren, nos abre un camino de confianza y de seguridad, para que África pueda despertar en éste aturdimiento de calamidades que vive desde hace siglos.
Barack Obama, es el presidente negro de los Estados Unidos de América con todo lo que eso significa. Para mí no es la gran novedad el color de la piel, sólo es una novedad para aquellos que piensan equívocamente que las cualidades humanas están intrínsecamente subordinadas al color de la piel de las personas. Lo que para mí es novedoso, es que el sueño americano se ha cumplido. Se ha hecho realidad. El hecho de que en el mundo, no sólo triunfan los ricos, los de elite, sino también la gente humilde y sencilla, son una gran lección, un gran estímulo y una gran esperanza para el mundo y para el continente africano. Esta es la gran victoria, la victoria de la sencillez frente a la prepotencia, de la humildad, frente a la soberbia, de la igualdad frente a la desigualdad, la modestia frente a la vanidad, la disciplina frente al desorden, la paciencia frente al desasosiego, la tolerancia frente a la intolerancia. Ésta es la gran victoria.
Obama es para los ‘negros’ y africanos, una gran referencia. Porque, no siempre los africanos hemos tenido líderes de puertas para fuera. Los pocos líderes africanos han sido encubiertos por la multitud de tiranos y déspotas que forja el continente africano, los cuales ningún africano de bien se quiere identificar. Encontrar una luz que nace y que brille en pleno siglo XXI, con raíces africanas es una gran alegría, para el mundo y para África. Desde Nkruma, hasta Mandela pasando por Shengor, África sólo ha llenado sus vitrinas de dictadores, ladrones y sátrapas. Personas que sólo han servido para hundir a sus propios hermanos. El mundo en general y el continente africano en particular, buscaba personajes referentes, en edad, visión del mundo actual y sensibilidad con la realidad social y parece que este referente histórico, nos ha llegado desde los Estados Unidos. Es motivo para alegrarse.
En mi opinión, el gobierno de Barack Obama meterá mano a la corrupción que azota al continente africano, por lo menos los sátrapas africanos no encontrarán ya un oasis de libertad en las tierras americanas, como siempre ha sido, por los sentimientos que unen a Obama con éste continente. Sin hacer predicciones, obama ha demostrado en su campaña que las petroleras tendrán un duro despertar, no se casa con los que explotan el petróleo de la corrupción y dejan las migajas a la población famélica, mientras llenan las arcas de los corruptos dictadores africanos en paraísos fiscales. La realidad África no pasará desapercibida en el despacho oval de la Casa Blanca.
Una razón más para alegrarnos. Barack Obama está condenado a entenderse con el mundo, y por su puesto, con África, para no caer en el mismo error que su antecesor. El mundo es peor después de Bush, ha dejado un legado tan miserable moral y materialmente y Obama no puede seguir haciendo lo mismo. Si Georges Bush ha subvertido los principios de la democracia le toca al Barack Obama establecer la buena gobernabilidad y respetar los principios democráticos que siempre el pueblo americano ha defendido.
Otra razón más de fondo es la que voy a describir. Estados Unidos salvó a Europa de las garras de un autócrata, déspota y totalitario nazi, de las dos guerras mundiales. Esto no fue sólo de pura casualidad, y el hecho de que siempre se posicionara el lado de los aliados, también tiene su explicación. Thomas Woodrow Wilson, el 28º presidente de los Estados Unidos, fue quién decidió la entrada en la Primera Guerra Mundial en el bando de los aliados (Gran Bretaña, Francia, Rusia) que inclinó la victoria de este lado. Sus orígenes hablan por sí solos. Hijo del revendo presbiteriano Joseph Ruggles Wilson, el hijo de Anne Adams y James Wilson nacidos en Irlanda. Las raíces de Thomas Woodrow Wilson, sin ser casual, aportaron fortaleza a la decisión de ayudar a los aliados.
Franklin Delano Roosevelt, el influyente presidente de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, tiene también sus raíces en Gran Bretaña, Francia y Holanda. Nadie pone en tela de juicio que durante el siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo XX, Europa fue el escenario de una emigración masiva. Millones de habitantes de los países que hoy conforman la Unión Europea, partieron a otros continentes, especialmente a América. Fue un movimiento especialmente intenso, debido a los aumentos demográficos de la población europea y a las crisis económicas, hambrunas o represión política. Nadie dudaría que las decisiones que Estados Unidos como primera potencia mundial toma, tiene en cuenta estos antecedentes históricos, sobre todo cuando los orígenes familiares de su presidente son claramente anglosajones o europeas. Los ejemplos de las dos guerras mundiales son ilustrativos.
En el rostro del africano, empieza a despuntar la luz del alma de la esperanza, de ver cómo las raíces africanas se sitúan en la cúspide de donde se toman las grandes decisiones mundiales. El grupo de los 8 países más industrializados del mundo ha pasado, de no conocer a ningún hombre de raíces africanas, a tener como cabeza a alguien con profundas raíces africanas. Esto es mucho decir y es un cambio muy profundo que invita al africano a soñar.
El mismo presidente electo de los Estados unidos lo ha dicho que “el camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato”. Obama no es el mesías para África ni para el mundo, pero ha marcado un antes y un después en la historia de la humanidad en general y de África en particular. “No es el final sino el comienzo”, no es la solución de nuestros problemas sino el planteamiento, no es la inmovilización sino el levantamiento, no curará nuestra enfermedades, pero nos dará un diagnóstico de los mismos, no quitará nuestra sed y el hambre que padecemos, pero nos ayudar a buscar la verdad para saciar nuestra sed y nos dotará de instrumentos pasa aliviar el hambre. En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente. Por estas razones tenemos motivos para celebrar la elección de Barack Husein Obama como presidente de los Estados Unidos de América.
Fuente: Reflexiones
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