EN EUSKADI ha establecido su vida Elvira Bisoko y no piensa en volver a su país, Guinea Ecuatorial, «por nada del mundo», según señala. Ella explica también que la última vez que estuvo, hace dos años, de vacaciones, volvió horrorizada por la situación de sumisión de las mujeres»

Con la nacionalidad del Estado, trabajo ¿En el colectivo de inmigrantes no se siente una privilegiada?

Sí. Sin lugar a dudas. He tenido la oportunidad de estudiar aquí, de formarme. Me casé, mis hijos nacieron aquí. Aunque no te creas mi situación, en gran medida por el color de mi piel, no siempre resulta sencilla. Además, cuando mi país consiguió la independencia de España, mis padres dejaron de enviarme dinero y me tuve que poner a trabajar por lo que abandoné los estudios, que más tarde reinicié.


Nació bajo colonia española. ¿Tuvo problemas con la nacionalidad?


Sí. Durante al menos cinco años fui apátrida. Recuerdo que iba con las monjas a la Comisaría de la Policía para explicarles mi caso, pero ellos pasaban olímpicamente de lo que me pasaba. Realmente no entendían que yo era española, porque había nacido bajo el protectorado, aunque luego se independizara Guinea.


Trabaja en Osakidetza. ¿Fue éste su primer empleo?


¡Que va!, exclama sonriente. Empecé mi andadura laboral limpiando una casa. Luego en los ratos libres estudiaba. Primero hice auxiliar de clínica y luego me especialicé en psiquiatría. Realmente estoy muy satisfecha con mi trabajo en Zamudio y con mi vida personal.


¿Pero se siente inmigrante?


Sí. Porque hay mucha gente que cada día se molesta por recordarte tu color de piel. Aunque hay que reconocer ­insiste Elvira­ que Euskadi es una de las zonas del Estado donde la gente es más solidaria. La ciudadanía se está acostumbrando a ver a gente de color. Recuerdo que cuando llegué hace 32 años casi no alcanzaban a una docena las personas negras en Bilbao. Así que nos conocíamos todos. Ahora la situación ha variado totalmente y las cosas irán a peor con la Ley de Extranjería del del PP. Están abocando a los inmigrantes a la invisibilidad y a las mujeres a la prostitución


¿Se ha sentido discriminada por el color negro de su piel?


Sí. Recuerdo cuando quise alquilar un piso. Cuando me presenté la señora no sabía qué hacer. Mi respuesta fue directa: Mire, parezco europea, pero no lo soy. Estoy acostumbrada a esto, porque usted no puede distinguir por teléfono el color de mi piel.



http://www.deia.com/8-3-2002/08BizD2575859B.htm

Fuente: DEIA DIARIO DE EUSKADI (8-3-02)

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