MALABO, 23 mars (AFP) 16h31.- « Si yo tuviera dinero, encargaría uno o dos contenedores de velas y me convertiría seguramente en uno de los hombres más ricos de Malabo “, ironiza Juan de Dios, un habitante del barrio de los Ángeles, totalmente sumergida en la oscuridad.

Pues la capital guineoecuatoriana, dotada sin embargo de cuatro centrales eléctricas, es desde hace una decena de dias, permanentemente y en su totalidad, una ciudad sin electricidad.

La empresa de electrcidad de Guinea Ecuatorial (SEGESA), empresa que ostenta el monopolio de la distribución en Malabo, cuyos nuevos flamantes 4x4 surcan la ciudad y cuya nueva sede ha sido inaugurado pomposamente el último fin de semana por el jefe de Estado, Teodoro Obiang Nguema, no consigue abastecer el tercio de la necesidad de la ciudad en electricidad.

Y si las grandes empresas, las instituciones internacionales y los dignatarios se han apresurado a dotarse de generadores eléctricos, en los barrios populares y el centro de la ciudad, los habitantes salen todas las tardes a la caída de la noche en busca de velas y cerillas.

« Las velas se han convertido en un artículo raro. Para conseguir dos velas, he tenido que recorrer cinco kilómetros”, comenta Juan.

De golpe, los precios de estos artículos, que se han vuelto indispensables para el alumbrado de los 60.000 habitantes de la capital de la anciana colonia española del Golfo de Guinea, se han duplicado hasta triplicado.

El paquete de cerillas, todavía vendido hasta hace poco a 25 FCFA (0,04 euro), se negocia ahora alrededor de 50 hasta 75 FCFA.

En cuanto a las velas, ellas se venden a 200 0 250 FCFA (0,30 o 0,38 euro) frente a los 100 FCFA de antes.

En la noche, por las ventanas de las casas o en las escalinatas donde se sientan los habitantes para recibir un poco de frescura, faltan ventiladores, sólo destellan las llamas de las velas y de lámparas de petróleo.

Según la SEGESA, esta escasez de electricidad es debida a un incendio que habia dañado fuertemente a la linea de alta tensión que alimenta ordinariamente la capital en electricidad desde el sur de la Isla de Bioko, en la que se encuentra.

Pero la vetustez de las dos centrales térmicas, que la SEGESA está obigado de hacer funcionar alternativamente, y el período de sequía que impide el funcionamiento de la central hidroeléctrica, son igualmente puestos como causa.

La electricidad funciona normalmente en el resto del país, principalmente en Bata, la capital económica, situada en la parte continental. Sólo la capital está afectada por esas privaciones.

Una escasez que, además de los tenderos de cerillas y velas, hace fortuna igualmente a los inspectores de la SEGESA.

Estos, encargados del control de la red en los barrios, aprovechan para « negociar » con los particulares, a precios altos, un enlace a la linea eléctrica que alimenta la zona presidencial, la única que funciona permanentemente.

Los enlaces salvajes han sido recientemente el orígen de varios incendios en Malabo, a consecuencia de bruscos altovoltages que llevan consigo y de los cortes-circuitos que causan.

En la noche del martes pasado, los habitantes del barrio de Caidasa se han visto así “quemados” todos sus aparatos eléctricos, televisores y equipos musicales.

Sin esperanza de indemnización, la SEGESA rechaza a rembolsar los desgastes debido a esto que califica de “ramificaciones fraudulentas”.AFP



Fuente: LD/AFP

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