”Miedo a la libertad”

De Humberto Riochí, portavoz del MAIB
2 de septiembre de 2009

”Los guineanos, por regla general, casi nunca hemos sabido discriminar las actuaciones de unos cuantos españoles de las políticas de sus Gobiernos. Incluso tendemos a confundir las decisiones de algunas instituciones con las políticas de Estado cuando los temas tratados afectan a nuestro país. Incluimos en el mismo paquete a la generalidad de los españoles aunque las acciones que juzgamos hayan sido protagonizadas por unos pocos. Eso mismo ocurre cuando se habla de los diferentes colectivos de nuestro país.

Con esta introducción, queremos salir al paso de las declaraciones hechas por la señora Obono en su artículo titulado “Consideraciones ante el aniversario del 3 de agosto” publicado en esta página con la misma fecha. El artículo despacha con cuatro párrafos el tema de referencia y pasa a dedicar el grueso de su argumentación al MAIB, a su “política de insultos y el victimismo político” en el que, según la autora, se desenvuelve nuestra organización.

Las frases que extracta de nuestros artículos y comunicados para justificar sus ataques, son disparatadas, porque la consideración de insultos brilla por su ausencia en todos los casos. Además, las descontextualizaciones que utiliza como pretexto para su salida a escena son tan interesadas como las adjudicaciones gratuitas que nos otorga de otras frases que no sabemos de dónde las ha sacado. (El artículo utilizado como excusa tiene por título: “el apartheid fang de Obiang contra las minorías”, y puede leerse en www.asodegue.org, www.maib.es y www.guineaecuatorial.net y fue publicado el día 7 de abril del presente año).

Para empezar, queremos dejar claro que el MAIB tiene un profundo y escrupuloso respeto por todos los pueblos del mundo, y el fang el primero. Decir también que nuestra organización siempre ha sabido diferenciar los actos de los regímenes guineanos de los del resto de pueblos del país. No obstante ello, y aunque cueste entender y asumir la verdad, los hechos cantan. Las concomitancias entre unos y otros son tan grandes que a veces cuesta discernir los actos de Obiang como mandatario, de sus actos como miembro de un colectivo que reproduce sus mismos esquemas.

Queremos comentar para una mayor compresión de nuestra exposición que España, en lo que fue su Guinea Española, creó una colonia con dos velocidades: Fernando Poo, con capacidad de recorrido en tiempo y espacio de un felino, y Río Muni con la marcha de una tortuga. Y los resultados no eran medidos solo por las aportaciones del colono, sino también de los colonizados. Es decir, la bonanza que tuvimos fue fruto también de las aportaciones bubis incluyendo en este capítulo las de otras nacionalidades que convivían con nosotros. El colono español estaba por y para forrarse, aunque luego nos vendiera la burra como que nos traía civilidades y dioses. El nivel de progreso que se alcanzó entonces nos situaba en primeras posiciones dentro del ranking de países de nuestra región.

Pero aquello se acabó un día. Y Guinea Ecuatorial se fue hundiendo en miserias políticas con socavones enormes que cada vez se hacían menos reparables. Las dictaduras, que vinieron después, completaron lo que nos sobraba de ignorancia y prepotencia.

Precisamente son estas y otras realidades las que fueron ahondando el problema de la “fragmentación social de Guinea Ecuatorial” que la señora Obono enuncia sin entrar en la búsqueda de explicaciones de sus causas y sin medir sus consecuencias. Y a éstas últimas contribuye, consciente o inconscientemente ese artículo.

Y, negar que los partidos políticos legalizados sean todos fang, es como querer convencer al mundo que Obiang ha cambiado de credo dictatorial y se ha pasado a la legión de los demócratas. No admitir que aquellos partidos políticos que gozan de la ficticia legalidad obianguemista lo han conseguido con nocturnidad, premeditación y alevosía, y en contra de los intereses de la parte o comunidad sobre la que descansa el peso de la supervivencia de Guinea Ecuatorial, es tener ganas de echar más leña al fuego, además de falsear la realidad..

Una premisa básica que debería ser asumida por muchos para evitar debates innecesarios, es que Bioko, en primer lugar, es territorio bubi y después, y por desgracia, -por todo lo que estamos contando- territorio guineano. Nos sorprende que muchos no quieran asumir que los bubis somos geográfica, cultural y políticamente una realidad única. Y que conste que con esto no se menoscaba el derecho de nadie a circular e instalarse libremente en cualquier rincón de aquella isla. La pregunta está en el ¿CÓMO? Y la respuesta es: DESPLAZANDO A LOS BUBIS EN SU SUELO PATRIO.

Queremos dejar claro también que las reclamaciones que hacemos de nuestros derechos como pueblo y de nuestro territorio –faltaría más- no entran en colisión con los intereses de ninguna otra comunidad de Guinea Ecuatorial. Con nuestras vindicaciones no estamos defendiendo posiciones excluyentes. Y a los ejemplos remitimos a los que opinan en barbecho: El pueblo bubi a lo largo y ancho de sus historia, ha vivido y convivido con un montón nacionalidades diferentes y con ninguno ha tenido un solo conflicto. Los bubis nunca hemos expulsado a nadie de nuestro territorio; sin embargo, la lista de expulsados de Bioko por decisiones ¿fang? es interminable: nigerianos, ghaneses, cameruneses….. Incluso guineanos de la parte continental han estado siendo expulsados bajo el manto de una dudosa legalidad de “confinamientos” que no sabemos en qué códigos se encuentran.

Nuestra Organización está obligada además -y en esto estamos-, a buscar salidas y planes de choque para parar la sangría de un genocidio encubierto que se está llevando a cabo contra nuestro pueblo, amén de poner los mecanismos necesarios para una nueva Guinea Ecuatorial en la que quepamos todas las comunidades del país. Y en este empeño, el MAIB no excluye a nadie como interlocutor, siempre y cuando tenga una validez probada como tal. A partir de aquí, los grupos del resto de nacionalidades, incluidos los anónimos y otros opinadores están en su derecho a decir lo que les plazca, aunque para su desgracia, el debate hoy no está en el ideario más que justificado del MAIB, sino en la ausencia de derechos que suponemos, padecemos todos los guineanos de bien. Cada vez convencen menos los tautológicos glosarios que levantamos contra la persona Obiang y sus políticas genocidas, sin añadir nada nuevo que pueda significar una salida del impasse en que estamos todos metidos. [Hay que dejar claro que ahora contestamos a un ”autor” anónimo que habla de nuestras ”contradicciones” en www.guineaecuatorial.net]

Lamentamos las traiciones de algunos subconscientes que nos adjudican democracias exclusivas para los bubis y que al aumentar en número, casi se están colectivizando. Decirles simplemente que El MAIB se mueve dentro de la más escrupulosa legalidad internacional, por lo que jamás pretenderá democracias exclusivas para bubis dejando las dictaduras para otros. Sería un sinsentido pensar en un nuevo Ordenamiento jurídico guineano con leyes a lo Macías u Obiang. Es decir, leyes singulares que dejaran de tener características universales como la abstracción y la generalidad. Incluso las leyes que en un futuro inmediato pudieran singularizar a la región de Bioko, por imperativo categórico, tendrían que cumplir con la condición erga omnes.

El “radicalismo, el victimismo y los insultos” bubis del MAIB parecen ser tan grandes como las reclamaciones que hacemos y que hasta la fecha nadie ha sido capaz de refutar. El verdadero problema está en las demandas del MAIB y sus urgencias para una democratización del país, con nuevas leyes, oportunidades y justicia para todos y en las mismas condiciones. Aquí está la madre del cordero. Porque el día que se produzca el milagro democrático, muchos turiferarios del sistema y otros situados fuera del mismo, tendrán que volver a la montaña o a los tupidos bosques de donde no debieron haber salido nunca. El traje democrático les sentará mal y no podrán tener el encaje necesario para moverse en aquella nueva realidad. Y a eso se le llama “miedo a la libertad”.



Fuente: bosila

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