Por : Dr. Samuel Mbá Mombé, médico

El silencio ante el crímen es un delito. Romper el muro de silencio y de desinformación sobre la violación sistemática y flagrante de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial en particular y en el resto del mundo en general, no sólo es un derecho sino y una obligación de todos los ciudadanos de este mundo a fin de conservar la paz y la estabilidad tanto política como social en los paises donde éstos se violan.

No sería una exageración si afirmamos con contundencia que la situación de violación sistemática de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial sigue siendo la misma que la existenten desde siempre y que ha sido y sigue siendo denunciada en los foros internacionales. El pomposo proceso bautizado de democratización del país no es nada más que un camuflage y un producto para la galería y el consumo exterior. Debería ser una vergüenza mayúscula para la llamada Comunidad Internacional y los gobiernos que se dicen democráticos ignorar de forma consciente y deliberada yɔ hacer oídos sordos de los llamados que se hacen para que el dictador Teodoro Obiang Nguema Mbasogo deje de amedrentar y amordazar impunemente a los guineoecuatorianos.

El tema debe ser tratado con más responsabilidad al margen de cualquier interés económico que no puede ni debería ser pretexto para silenciar el crimen. La continuidad del status quo en materia de violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos no puede sino comprometer a corto o a largo plazo la buena convivencia y el desarrollo armónico que todos anhelamos para nuestro país. Cabe recordar que muchos conflictos que hoy en día tenemos que lamentar en Africa pudieron haber sido evitados si desde un principio la Comunidad Internacional hubiera reaccionado de manera puntual y responsable. El silencio o la subestimación pueden originar situaciones incontrolables como las que vivimos en la actualidad y Guinea Ecuatorial no es una excepción.

Si se confirman nuestras informaciones, la Comunidad Internacional debe saber que en Guinea Ecuatorial se acaba de cometer un nuevo asesinato político y selectivo de los tantos que tenemos que lamentar a diario y de los a nadie le interesa denunciar ni condenar porque como alguien dijera, una gota de petróleo es más cara que una de sangre.

José Abesó alias « Popo » ex-oficial del Ejército pudo haber sido secuestrado en Benin con otros compañeros donde residian como refugiados políticos desde hace años, podria haber sido asesinado en una de las cárceles de Malabo mientras el paradero de los demás sigue siendo desconocido.

El Gobierno de Benin debería pronunciarse sobre el paradero de esos compatriotas que en su día fueron acogidos en esa hermana República ofreciéndoles el alparo según las convenciones internacionales sobre los refugiados. Cabe recordar que no es la primera vez que el régimen de Obiang Nguema utiliza métodos puramente terroristas sobornando con el dinero del Estado a ciertas autoridades corruptas de los paises de acogida para conseguir la « extradición » manu militari de los exiliados y opositores con la certeza de que éstos seran asesinados una vez en Guinea Ecuatorial.

Es triste y lamentable que un país como Benin ejemplar en Africa por su transición democrática así como el talante democrático de sus dirigentes pueda tolerar el secuestro de personas en su territorio. Pedimos encarecidamente al Gobierno de Benin, su Presidente y el Parlamento democrático la apertura de una investigación sin fisuras sobre este lamentable asunto y exigir responsabilidades a quienes pudieron haber participado en la planificación y ejecución de este diabólico acto.

No puede ser de recibo que ciudadanos guineoecuatorianos estén constatemente acosados, amenazados sólo por discrepar con la política del gobierno incluso fuera de sus fronteras donde se supone deberían gozar de la seguridad y no temer por sus vidas ni la de sus familias.


Fuente: LD

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